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Teia Dos Povos

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Diversidad y memoria: cobertura colaborativa de la I Jornada de Agroecología contra el latifundio mediático

Una comunicación colaborativa. Popular. Diversa. Al servicio de los pueblos y sus luchas. Comprometida con la construcción del buen vivir. Contra todos los monopolios, contra todos los latifundios. Fertilizando un nuevo tiempo desde semillas ancestrales para reforestar la tierra arrasada que dejó el capitalismo, el colonialismo, el patriarcado. Ocupamos los latifundios mediáticos con nuestras palabras, nuestras vidas, nuestras luchas, nuestras historias. Aquí compartimos lo que-hacer para la cobertura colaborativa de la I Jornada de Agroecología de la Teia dos Povos em Luta en Rio Grande do Sul.

Hace siglos, el monopolio de la tierra se ha mantenido en manos de unas pocas familias poderosas, utilizando al Estado para legitimar y proteger sus intereses, creando formas legales o ilegales que pretenden frenar cualquier avance popular en la construcción de la autonomía, no le importa quien ocupa el poder. Esto también sucede con los medios de comunicación, en los que algunas familias concentran inconstitucionalmente las concesiones de transmisión.

Paralelamente, las radios comunitarias son perseguidas y los sistemas de comunicación independientes son boicoteados de las más diversas formas. Incluso en internet, aparentemente tan libre, somos rehenes de un gigantesco monopolio, su vigilancia y sus algoritmos: casi todas las plataformas que usamos a diario están concentradas en manos de una sola empresa.

Además de la concentración económica y estructural de los medios masivos (que también se difunden en internet), la lógica del monopolio se da en lo que se transmite, en el contenido de los mensajes emitidos. Antes nos vendían que el periodismo que hacían estas emisoras era neutral, hoy nos dicen que son objetivos, fieles a los hechos. Se olvidan de decir que todo es lectura y cada mirada hace la suya. Quién ve y desde qué ángulo ve, cambia el hecho. Todo depende de la perspectiva. Estos locutores y sus periodistas, columnistas, comunicadores, no observan desde el mismo punto de vista que el nuestro. No pisan el suelo. No se organizan de forma colectiva, autónoma, creando redes de apoyo mutuo para el buen vivir de todos los seres. Vienen desde el punto de vista del patrón, desde el punto de vista eurocéntrico, elitista, hegemónico. Ya sea a través de una visión evangélica fundamentalista, o una visión fiel del mercado financiero y la agroindustria.

Creemos que la cobertura colaborativa, popular y autonómica puede y debe ocupar este latifundio comunicacional, tal como lo hace la agroecología con relación al monocultivo. Distintas miradas componiendo un terreno fértil y biodiverso sobre la realidad. Construcción colectiva para establecer nuestro derecho a la memoria a través de los puntos de vista de los de abajo. Al narrar lo que sucede en nuestras vidas, estamos dando sentido a nuestra realidad, y disputando los sentidos de la existencia compartida. Dando espacio a las muchas historias más allá de dicha Historia. Creemos que la vida necesita ser fecundada con la experiencia y la sabiduría de los pueblos, de las luchas, de los movimientos, de quienes construyen el buen vivir en su cotidiano, mismo contra la máquina. Que re-existen por siglos y siglos de opresión. Necesitamos escuchar y contar estas historias, estas formas de entender el mundo y caminar en él.

La lucha también es que establezcamos un sistema que no dependa de la estructura de las megacorporaciones o del Estado para informar. Una red de transmisión de nosotres para nosotres. Que tenga en cuenta la pluralidad de narrativas, que reconozca la importancia del software libre frente a los sistemas propietarios, que valore la construcción colectiva. La comunicación popular no solo como transmisora ​​de información, sino como herramienta política en la construcción de un nuevo mundo que emerge de las memorias ancestrales. No sólo en lo que se transmite, sino también en la forma de hacerlo. No encajamos en formatos hegemónicos.

Más que una herramienta, comunicar es quiénes somos y nuestra forma de estar en el mundo. Comunicar es hacer acción común. Sin comunicación, no hay acción común. Sin comunicación no hay memoria. Y un pueblo sin memoria es un pueblo sin historia. Que se deja guiar por los intereses de unos pocos. Contar nuestras historias es recordar quiénes somos para reconstruirnos en el presente y atrevernos a sembrar el futuro.

Hicimos la cobertura de la 1ª Jornada Agroecológica de la Red de Pueblos en Lucha en Rio Grande do Sul/Brasil, que ocurrió en los días 18 al 20 de marzo en el Asentamiento Carlos Marighela y en tekoa Guaviraty Porã, tierra indígena, en Santa Maria. Los medios Repórter Popular, Colectivo Catarse, Deriva Jornalismo, Território Junana y otras iniciativas, se sumaron a la construcción de este mosaico narrativo, bomba de semillas de otros imaginarios. Los contenidos fueron compartidos en los perfiles de cada vehículo en las redes digitales y concentrados en el perfil de la Red de los Pueblos.

¡¡¡¡Plantemos nuestras historias!!!!

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