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“Decreten nuestra muerte colectiva y que nos entierren a todos aquí”: guaraní-kaiowá

Spensy Pimentel Traducción: Waldo Lao

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Mato Grosso do Sul, Brasil. “Pedimos, de una vez por todas, para decretar nuestra aniquilación/extinción total, enviar varios tractores para cavar un gran hoyo para tirar y enterrar nuestros cuerpos”. Frases como esta hicieron eco en las redes sociales y en la prensa brasileña durante las últimas semanas. La carta, dictada por el grupo guaraní-kaiowa del campamento de Pyleito Kue/Mbarakay, en la región ubicada entre los municipios de Iguatemi y Tacuru, estado de Mato Grosso do Sul, fue difundida el pasado 9 de octubre por el Consejo de la Aty Guasu, la gran asamblea guaraní-kaiowá.

Mucha gente interpretó el documento como un anuncio de suicidio colectivo, lo que parece haber potencializado la difusión del documento. Desde 1980, los guaraní-kaiowá – que son el grupo indígena más grande no amazónico, y el segundo más grande del país, con más 40 mil indígenas, sufren una epidemia de suicidio, principalmente entre los jóvenes, a tal punto que acabaron siendo conocidos en Brasil como “los indígenas suicidas”. Ese problema está directamente relacionado al confinamiento del grupo, efectuado, sobretodo, durante la dictadura militar entre los años 1960 y 1970.

Precisamente como reacción a ese confinamiento, surgió con fuerza en los años ochenta, el movimiento de recuperación de tierras del grupo, en torno al cual se organizan las asambleas de la Aty Guasu. Campamentos como el de Pyeblito no son signo de desesperanza, sino de esperanza. Son una reacción de los indígenas a la indiferencia y a la morosidad de los blancos en lo que se refiere a devolverles lo que les arrebataron – pese a que, en el papel, con la Constitución de 1988 el país asumió un compromiso público de regularizar las tierras indígenas.

Actualmente los guaraní-kaiowá de Pyblito Kue están amenazados de despojo, tras una decisión judicial de la justicia federal. Están sujetos a ser despojados de sus tekoha (“lugar en donde se puede vivir según nuestro modo de ser”), en cualquier momento, por los hombres de la policía federal. Esto, tras permanecer meses enfrentando constantes ataques de paramilitares sostenidos por los hacendados de la región. La agroindustria, como puede verse, aplica no sólo la fuerza ilegal, también controla la propia Ley.

Pybelito Kue es apenas uno más entre decenas de grupos guaraní-kaiowás. Existen 30 tierras indígenas guaraní-kaiowá y más de 30 campamentos en los márgenes de carreteras y dentro de las haciendas, en tierras reivindicadas. Desde hace muchos años, cada dos o tres meses estalla una emergencia en alguna parte: un grupo ocupa una nueva área reivindicada, un despejo forzado, un ataque de pistoleros. La lucha de los guaraní-kaiowá ya tiene varias décadas y todavía seguirá por varios años, hasta que el problema creado por el Estado brasileño a lo largo del siglo XX pueda ser sanado.

La conmoción generada en las redes por la carta de los indígenas de Pyeblito llevó a mucha gente a escuchar por primera vez sobre la existencia de los guarani-kaiowá y de su lucha. Pero, como la carta de Pyeblito, muchas otras apelaciones ya pasaron y seguirán pasando por mucho tiempo. El momento es propicio para que la gente se solidarice e informe, y no se quede en el sensacionalismo fácil.

De hecho, la base de esa solidaridad ha comenzado ya a ser construida. El 26 de octubre fue creado en Brasilia (Distrito Federal de Brasil) un Comité Nacional de Apoyo a los Guaraní- Kaiowá. Han sido programadas actividades en por lo menos 22 ciudades para el próximo 9 de noviembre, e incluso otros países, como México, comienzan ya a movilizarse en defensa de los guaraní- kaiowá.

Sigue la carta del grupo de Pyleito Kue, en sí un símbolo de la situación de muchos otros grupos guaraní-kaiowá.

Carta de la comunidad guaraní-kaiowá de Pyelito Kue/Mbarakay-Iguatemi-MS para el gobierno y justicia de Brasil

Nosotros (50 hombres, 50 mujeres, 70 niños) de las comunidades guaraní-kaiowá, originarios de tekoha Pyleito Kue/Mbrakay, a través de esta carta presentamos nuestra situación histórica y decisión definitiva frente a la orden de nuestra expulsión expresada por la justicia federal de Navirai-MS, conforme el proceso número 0000032-87.2012.4.03.6006, en 29/09/2012.

Recibimos la información de que nuestras comunidades, seremos atacadas, violentadas y expulsadas del margen del río por la propia justicia federal de Navirai-MS. Así, queda evidente para nosotros, que la propia acción de la justicia federal genera y aumenta la violencia contra nuestras vidas, ignorando nuestros derechos de sobrevivir en el margen de un río y próximo a nuestro territorio tradicional Pyleito Kue/Mbarakay.

Así, entendemos claramente que esta decisión de la justicia federal de Navirai-MS es parte de la acción de genocidio/exterminio histórico hacia el pueblo indígena/nativo/ autóctono de MS/Brasil, esto es, la propia acción de la justicia federal esta violentando y exterminado nuestras vidas. Queremos dejar evidente al gobierno y a la justicia federal que, por fin, ya perdimos la esperanza de sobrevivir dignamente y sin violencia en nuestro antiguo territorio, no creemos más en la justicia brasileña.

¿A quién le vamos a denunciar las violencias practicadas contra nuestras vidas? ¿A cuál justicia de Brasil? Si la propia justicia federal está generando y alimentando violencia en contra nuestra. Nosotros ya evaluamos nuestra actual situación y concluimos que vamos a morir todos en poco tiempo, no tenemos y ni tendremos perspectiva de vida digna y justa, tanto aquí, en el margen del río, ni lejos de aquí.

Estamos aquí acampados a 50 metros del río, donde hoy ocurrieron cuatro muertes, dos de ellos murieron por medio del suicidio y dos muertos debido a golpes y tortura por parte de los pistoleros de las haciendas. Vivimos en el margen de este río desde hace más de un año, estamos sin ninguna asistencia, cercados por pistoleros y resistimos hasta hoy. Comemos una vez por día. Todo eso pasamos día con día para recuperar nuestro antiguo territorio antiguo Pyleito Kue/Mbarakay.

De hecho, sabemos muy bien que en el centro de ese nuestro antiguo territorio están enterrados varios de nuestros abuelos y abuelas, bisabuelos y bisabuelas, ahí esta el cementerio de todos nuestros antepasados. Conscientes de ese hecho histórico, nosotros ya no nos vamos y queremos ser muertos y enterrados junto a nuestros antepasados aquí mismo, donde estamos hoy, por ello, pedimos al gobierno y a la justicia federal que no decrete la orden de desalojo/expulsión, lo que solicitamos es que decrete nuestra muerte colectiva para enterrarnos a todos nosotros aquí.

Pedimos de una vez por todas, para decretar nuestra aniquilación/extinción total, enviar varios tractores para cavar un gran hoyo para enterrar nuestros cuerpos. Ese es nuestro pedido para los jueces federales.

Ya aguardamos esta decisión de la justicia federal. Es para decretar nuestra muerte colectiva guaraní y kaiowá de Pyelito Kue/Mbarakay y para enterrarnos a todos aquí. Dado que decidimos integralmente no salirnos de aquí con vida y ni muertos y sabemos que no tenemos más oportunidad de sobrevivir dignamente aquí, en nuestro territorio antiguo. Ya sufrimos mucho y estamos todos masacrados y muriendo de modo acelerado. Sabemos que seremos expulsos de aquí del margen del río por la justicia, por lo tanto, no vamos a salir del margen del río. Como un pueblo nativo/indígena histórico, decidimos meramente ser muertos colectivamente aquí. No tenemos otra opción, esta es nuestra última decisión unánime frente al despacho de la justicia federal de Navirai-MS.

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