El sueño de la razón

Silvia Ribeiro

De México al mundo: parar la geoingeniería

México se está convirtiendo en uno de los principales escenarios de la guerra global por la geoingeniería solar. Luego de que la resistencia de varios pueblos indígenas –desde pueblos nativos de Alaska, a los Sami en Suecia, pasando por Arizona– logró detener la realización de experimentos de este tipo de manipulación climática en sus territorios, los geoingenieros no han logrado avanzar en sus experimentos a cielo abierto en ninguna parte del mundo.

No obstante, a fines de 2022, trascendió que un empresario estadounidense había hecho en México los primeros experimentos de geoingeniería solar a campo abierto a nivel global, en un emprendimiento con fines de lucro. Los hizo sin consultar a nadie y sin permiso de ninguna autoridad. Usó materiales que pudo comprar fácilmente en el mercado: globos meteorológicos, helios y dióxido de sulfuro. Se basó en la investigación del proyecto SCoPEx de la Universidad de Harvard y de otros que promueven la geoingeniería solar. Luego registró la empresa Make Sunsets para vender lo que llama “créditos de enfriamiento” –supuestamente para bajar algo del aumento de temperatura que se produce debido al cambio climático. Logró reunir 750,000 dólares americanos de un par de empresas y algunas compras de créditos. Anuncia que hará varios experimentos más en Baja California Sur a partir de enero 2023.


Antes todo esto, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales de México (Semarnat), en un comunicado conjunto con el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) anunció que no van a permitir la geoingeniería solar en México, y que están trabajando en una estrategia para prohibir estos experimentos. Es un paso importante, es fundamental consolidar esta meta y no permitir que México se convierta en terreno de estos experimentos. Al mismo tiempo, esta es una tecnología inherentemente transfronteriza, por lo que debemos avanzar hacia su prohibición a nivel global.

El hecho de que una empresa estadounidense venga a México a experimentar una tecnología de alto riesgo y lo haga además como una actividad comercial, es deplorable y es un ejemplo casi caricaturesco de colonialismo climático. Estados Unidos es por lejos el principal causante histórico del cambio climático (contando los gases emitidos acumulados) y es actualmente el segundo mayor emisor de gases de efecto invernadero (GEI) en el mundo. Además, con cerca del 5 por ciento de la población mundial, demanda un 25 por ciento de la energía. Pero en lugar de reducir las emisiones de GEI de sus empresas, sus multimillonarios y en general de sus altos consumidores de energía, vienen a México a experimentar con tecnologías peligrosas, aduciendo que están acutando sobre el cambio climático. De paso hacen ganancias vendiendo “créditos de enfriamiento”, una especie de imitación de los (también fraudulentos) ”créditos de carbono”.

Make Sunsets no sabe qué resultado tuvieron sus experimentos, por que no usó instrumentos de medición. De todos modos, cualquier supuesta “medición” es especulativa y nunca informará sobre el efecto que tendría sobre el cambio climático, porque para ello habría que desplegar la tecnología a enorme escala y además en forma continuada durante mucho tiempo. En realidad es una tecnología que no tiene etapa experimental, ya que para saber si funciona, habría aplicar la tecnología a gran escala, con todos los riesgos que conlleva. Hasta ahora son teorías, solamente se han analizado en modelos matemáticos. La suposición es que podría imitar el efecto de las nubes volcánicas, que en grandes erupciones han bloqueado parte de la luz solar, bajando temporalmente la temperatura.

Estudios científicos de modelaje sobre geoingeniería solar y su posible gobernanza, señalan varios efectos potenciales graves, si se desplegara a la escala suficiente para influir en el clima. Entre ellos, mencionan

  1. Provocará sequías y desequilibrios en los regímenes de lluvia y viento, afectando las fuentes de agua y alimentación de cientos de millones de personas en regiones diferentes a donde se realice.
  2. La inyección con sulfuros aumenta el adelgazamiento de la capa de ozono
  3. Una vez iniciada la inyección de aerosoles, si se interrumpe abruptamente, habrá un “choque de terminación”, con una subida súbita de temperatura a niveles mayores que antes, con impactos muy negativos sobre la biodiversidad, ya que será imposible o mucho más difícil la adaptación.
  4. Los impactos desiguales y la dependencia que crea hacen que la gobernanza necesaria sobre la tecnología tendría que ser global, multilateral y por consenso, ser estable y permanecer durante cientos de años o más, lo cual es imposible. Si esto fuera posible, los gobiernos ya podrían haber implementado las medidas necesarias para detener el cambio climático.
  5. Para diferenciar los efectos de la geoingeniería solar de las variaciones climáticas, habría que desplegarla por muchos años y a gran escala, con todos los impactos que conlleva. Esto significa que los experimentos a pequeña escala no dan ninguna información de si la tecnología funcionaría o no para cambiar la temperatura global, por tanto no tienen sentido en sí mismos.

Los “experimentos” de pequeña escala pueden tener impactos negativos locales, pero no sirven para probar si es capaz de afectar el clima global. Son solamente experimentos para justificar el avance a experimentos cada vez mayores. O como en caso de Make Sunsets, para obtener lucro haciendo creer que se está haciendo algo sobre el cambio climático.

Lo cierto es que una vez desarrollada la tecnología suficientemente, quienes tengan recursos para usarla, sea por razones económicas o geopolíticas, lo podrían hacer unilateralmente, provocando serios impactos sobre otros países y regiones. Esto ha sucedido anteriormente con todas las tecnologías de alto riesgo, como la nuclear.

A estos puntos hay que agregar los impactos que ya está teniendo: la imagen de que existe -o podría existir- una tecnología para manejar los síntomas del cambio climático, provee una excusa a los grandes contaminadores para seguir con sus emisiones ya que no tendrían que cambiar nada. También aumenta la desigualdad. La geoingeniería solar es una tecnología de investigadores del Norte global, que tendrá los peores efectos en el Sur global.

Esto es parte de las conclusiones a las que llegaron varios cientos de científicos que desde 2022 están haciendo un llamado a gobiernos y Naciones Unidas de que es necesario establecer un tratado internacional de no uso de la geoingeniería solar (https://www.solargeoeng.org/)

Académicos y organizaciones a favor de la geoingeniería, como el proyecto SCoPEx de Harvard, la iniciativa Degrees y otras, todas ellas financiadas mayormente por multimillonarios como Bill Gates y sus fundaciones privadas, plantean que es “necesario” avanzar la investigación y pruebas, mientras se discute cómo habría que regularla. Esto también se plantea en una supuesta comisión internacional sobre riesgos climáticos, cuyo representante en México es nada menos que el ex presidente Felipe Calderón, actualmente acusado de genocidio ante la Corte Penal Internacional.

Todo estos proyectos con diferentes nombres, son promovidos por un pequeño grupo de científicos, algunas ONG cercanas a empresas y otros cabilderos, principalmente de Estados Unidos, Reino Unido y pocos países más del Norte global – grandes emisores que no quieren cambiar- que intentan legitimar la propuesta de la geoingeniería solar, apoyados por fondos de multimillonarios. El investigador Clive Hamilton los llamó ya hace tiempo “la geo-clique”. Aducen que solamente se trata de estudios y experimentos académicos, como un plan B que se podría usar ante la inacción climática. El uso explícito y comercial que ahora hace la empresa Make Sunsets de sus estudios, prueba lo contrario.

La geoingeniería conlleva tantos impactos peligrosos e injustos, que no debe desarrollarse. Lo que sucede en México es un ejemplo de ello. Al mismo tiempo, la geoingeniería solar es una tecnología inherentemente transfronteriza, por lo que debemos avanzar hacia su prohibición a nivel global.

s información sobre geoingeniería:

Monitor de geoingeniería

https://www.geoengineeringmonitor.org/
https://es.geoengineeringmonitor.org/

Llamado a un Tratado internacional de No Uso de la Geoingeniería Solar

(https://www.solargeoeng.org/)

Sobre geoingeniería solar y resistencia al proyecto SCoPEx:

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Geoingeniería: el gran fraude climático

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Alianza global No Manipulen la Madre Tiera

Manifiesto global contra la geoingeniería

3 Respuestas a “Siembra de nubes, riesgosa y militar”

  1. Juan Corral

    No hay que generalizar en algunos casos con estos proyectos se beneficia a las comunidades donde el gobierno no apoya y si estas comunidades no reciben beneficios económicos por sus créditos ellos explotarian más el bosque y por lo tanto liberarian más carbono

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