Teia Dos Povos

Teia dos Povos

Carta del 7º Día de la Agroecología de Bahia

Con las bendiciones de nuestros mayores y de los mayores de nuestros mayores

En respeto a las aguas y a sus pueblos

En respeto a los niños y a nuestra juventud

En respeto a las fértiles tierras del Recôncavo y a las ricas aguas de la Bahía de Todos los Santos, que tantos de nuestros hermanos y hermanas han alimentado durante siglos y siglos

Con la fuerza de los vientos, desde el quilombo de Conceição de Salinas, territorio ancestral de pesca conquistado y preservado por generaciones de mujeres negras guerreras, hablamos aquí en nombre de la Red de los Pueblos, de Bahía. Aquí estamos, en un territorio lleno de recuerdos de los Tupinambá y los Tupiniquim, que reinaron aquí durante muchos siglos y también siguen vivos en la sangre y en el alma de muchos de nosotros.

En 2019, nos reunimos en la Chapada Diamantina, donde nacen las aguas que desembocan en la bahía a cuyas orillas hoy nos reencontramos, después de más de tres años en los que sufrimos con un gobierno fascista y una pandemia que potenció la política de exterminio de nuestros cuerpos y formas de vida. Mientras luchamos aquí, los hermanos y hermanas yanomami y ye’kwana, entre otros muchos pueblos amenazados por la minería y la agroindustria, siguen siendo perversamente violados.

Reunidos en este lugar sagrado donde se juntan las aguas, nos preparamos en nuestras mentes, cuerpos y espíritus, celebrando el día de Iemanjá y Kayala para bendecir nuestra lucha contra el capital, simbolizada por Salvador, la primera capital establecida por los invasores en Pindorama.

Esta Bahía de Todos los Santos nos sirve, hoy, para recordar que, hace exactamente 200 años, una poderosa alianza negra, indígena y popular barrió las tropas portuguesas de estas tierras, asegurando nuestra participación en el gran sueño de la independencia latinoamericana. Al mismo tiempo, no podemos dejar de recordar la amarga traición que las élites blancas nos infligieron poco después, en cuanto tuvieron ocasión. El recuerdo del cautiverio impuesto a millones de nuestros antepasados y de las injustas guerras que aún se libran contra los pueblos nativos, incluso después del 2 de julio de 1823, permanece vivo.

En nuestro encuentro sobre tierras afroindígenas, inauguramos nuestro trabajo el mismo día en que recibimos la repugnante noticia del asesinato del pescador Josías Almeida de Jesús, residente en la vecina ciudad de Encarnação, brutalmente tiroteado en una plaza pública por un representante de la élite blanca local que huyó cobardemente de la escena del crimen.

Honramos nuestro compromiso con nuestro pueblo y con la comunidad de Encarnação apoyando su justa protesta en la carretera que atraviesa el distrito, en un ejercicio de solidaridad que nos permitió recordar colectivamente el grave desafío al que nos enfrentamos hoy en Brasil, para hacer frente a la militarización de nuestra sociedad y al espurio intento de imponer la tutela militar sobre nuestra frágil democracia burguesa. Siempre es importante darse cuenta de que, como ocurrió en el caso de Josías, cuando los militares tienen que elegir entre proteger la vida de la población o la propiedad de los ricos, a menudo toman decisiones que ponen al descubierto la verdadera naturaleza de esta institución: impedir la revuelta de los pueblos esclavizados contra el latifundio.

En este momento en que asume un nuevo gobierno, en torno al cual se generan enormes expectativas, en nuestro ejercicio colectivo de reflexión también pudimos escuchar atentamente a nuestros mayores, que nos alertaron sobre la necesidad de no construir un nuevo ciclo de ilusiones en nuestras mentes y corazones. La alianza constante con el latifundio y el capital que ha sostenido a todos los gobiernos de este país durante cinco siglos, nunca nos ha dado ni nos dará en plenitud lo más fundamental: tierra y territorio – libertad y dignidad.

Es hora de enterrar de una vez por todas el autoritarismo y el militarismo en estas tierras. En Bahia no se crean fascistas. Que el espíritu de los Aimoré, de los Malês, de los Alfaiates, de Canudos, inspire a Brasil a barrer estas escorias a las cloacas.

Renovamos, todavía, en nuestras conversaciones, las reflexiones sobre el mayor peligro que actualmente rodea a la humanidad, el actual estado generalizado de ecocidio, cuyo enfrentamiento nos exigirá, todavía, mucho vigor y energía. Sabemos que es una lucha urgente y a largo plazo. Muchas comunidades nos informan de las amenazas que las rodean. No satisfecho con el actual proceso de colapso ambiental planetario, el capital continúa su voraz persecución, codiciando aguas, tierras, bosques, yacimientos minerales, bancos de peces, todo lo que devora para convertirlo en dinero para ellos y en ruinas para nosotros.

No podemos engañarnos: el ecocidio generalizado y la expansión desenfrenada del capital sobre el mercado mundial de alimentos están creando una crisis sin precedentes. El hambre se extiende cada vez más, y tristes serán los pueblos que sigan sin prestar atención a la necesidad de construir su soberanía alimentaria. Sólo un pueblo orgulloso puede hacer la guerra a sus enemigos.

Se trata de una tarea inmediata y urgente que no podemos dejar en manos del Estado. Al mismo tiempo, es importante darse cuenta de que la gente sólo se quedará en la tierra, para defender nuestros territorios, si tiene unos ingresos decentes, que deben estar garantizados por el trabajo. Sólo así conseguiremos que las nuevas generaciones permanezcan en los territorios y se construyan un futuro de lucha y emancipación real.

En nuestra anterior reunión de 2019, nos habíamos comprometido a dar un espacio central a la juventud en esta Jornada. Hemos cumplido nuestra palabra. A los jóvenes se les han confiado importantes tareas y espadas para las luchas venideras.

Y no hay espacio para la juventud sin espacio para la formación. Por eso creamos este año la Universidad de los Pueblos. No será un espacio de aprendizaje para individuos, será de los pueblos y territorios. No nos preocupa ofrecer diplomas, sino oportunidades para el desarrollo de nuestras mejores inteligencias. Puede que la Universidad de los Pueblos no nos dé popotes, pero quién sabe, puede que nos dé muchos nuevos Canudos1.

Pero es importante recordar que debemos garantizar a los niños una buena educación básica. El sistema actual que ofrecen los malos gobiernos es simplemente una fábrica de esclavos. La Universidad de los Pueblos parte, de hecho de nuestro patio de recreo, de la escuela básica, que necesita educar para la emancipación.

El reto de encantar al mundo no encuentra límites dentro de las fronteras definidas por los malos gobiernos. Por esta razón, prometemos ir mucho más allá de Bahía en nuestro tejido, y eso es lo que estamos haciendo. En nuestro encuentro tuvimos el honor de contar con la presencia de delegaciones de algunas de las nuevas Redes que están sembrando por todo Brasil, a las que dejamos un saludo especial y la confianza de que seguirán la expansión de nuestra articulación.

***

Venimos de las dulces aguas de la Chapada Diamantina y ahora hemos sido bendecidos en las aguas salobres de la Baía de Todos os Santos. El destino del río es encontrarse con el mar. Y esperamos que así suceda en esta jornada.

Nuestra palabra no es de boca, es de corazón. Asumimos, entonces, que hasta entonces seguiremos un camino de unidad a través de los siguientes pasos:

-No esperaremos a que el Estado demarque nuestras tierras, seguiremos el camino de la autodemarcación de nuestros territorios en lucha.

-En nuestra próxima jornada habrá una centralidad de la lucha de las mujeres en nuestra actividad para que este empeño haga justicia a la gran obra de las compañeras que son la base de este tejido que es la Red Popular.

– Enfrentaremos el hambre en nuestros territorios y donde tengamos piernas y fuerzas para hacerlo.

-Fortaleceremos las experiencias revolucionarias de formación de niños y jóvenes para que tengamos guerreros para nuestras próximas generaciones.

-Cuando nos reunimos en el Quilombo de Conceição, reafirmamos nuestra solidaridad con los territorios en conflicto. Seguiremos con esta postura y ampliaremos nuestro pacto de solidaridad.

– Hemos avanzado con la Teia de los Pueblos a otros cinco estados y tenemos que seguir ampliando nuestra articulación, involucrando cada vez más a nuevos pueblos y sumando a nuestros pueblos desterritorializados para que encuentren un hogar en nuestras luchas.

– Con la fuerza de los vientos y de las aguas, continuaremos en el desafío histórico de acabar con el machismo, el racismo y el capitalismo, abriendo la pequeña brecha de esperanza en el futuro de la humanidad frente al colapso ambiental, que es la unidad de los pueblos en lucha.

Esta es la palabra de la Red de los Pueblos.

Quilombo de Conceição

Salinas da Margarida, Bahia.

3 de febrero de 2023

1 Juego de palabras. Canudo en portugués es pajilla o popote, pero también hace referencia a la histórica lucha de la localidad de Canudos contra el neo colonialismo.

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