El movimiento politécnico crece a pesar del aplazamiento de la reforma

Jaime Quintana Guerrero Fotos: Elizabeth Salander

México, Distrito Federal. Los alumnos del Instituto Politécnico Nacional (IPN), que participan por millares en las protestas y paros escolares, no se detuvieron con el anuncio de la posposición de la aplicación de la reforma educativa. Se mantienen en paro al menos 13 vocacionales y 15 escuelas de nivel superior, con la exigencia de derogar el nuevo reglamento que, argumentan, rebajará el nivel educativo y abrirá las puertas a la iniciativa privada.

La Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura (ESIA), Unidad Zacatenco, que se encuentra en paro desde el 17 de septiembre, reporta el “constante acoso” de unidades de la policía del Distrito Federal, y solicita alimentos preparados, agua (potable y para aseo personal) y materiales para realizar propaganda. También advierte que hay asambleas convocadas por grupos porriles.

Cientos de estudiantes de la Escuela Superior de Comercio y Administración (ESCA) Plantel Tepepan, al sur de la Ciudad de México, se dieron cita en asamblea estudiantil el 26 de septiembre, y acordaron un pliego de demandas local, así como su rechazo a la modificación al plan de estudios. Instalaron un paro estudiantil que durará hasta el día martes 30 de septiembre. Señalaron que se unirán a la marcha del 2 de octubre.

La asamblea se realizó bajo un fuerte dispositivo de seguridad; se preguntó a los asistentes su grupo, nombre de maestros y horarios; al que dudaba no se le permitió la entrada.

Muchos de los estudiantes son de escasos recursos, explicó Alejandra Hernández, quien viene desde Chimalhuacán y tarda en llegar más de cuatro horas. Ella y su familia rentan su vivienda  y se ganan la vida en trabajos domésticos. Participó en el Movimiento de Estudiantes Excluidos de la Educación Superior, y señala que “para nosotros ha sido muy difícil entrar al IPN, salimos de la exclusión y ahora nos encontramos con la misma limitación para cuando terminemos la carrera, no queremos ser técnicos”.

El paro en la ESCA se sometió a votación varias veces, y en todas ganó el sí al grito de: “Resistencia, resistencia”. Así, con poca experiencia de la mayoría de los estudiantes en cuanto a movimientos estudiantiles, estalló el paro ante los ojos de las autoridades educativas, que no dejaron de fotografiar a los jóvenes. A las 4 de la tarde, las comisiones fueron a informar a las autoridades de la decisión, y comenzaron a organizar comisiones de vigilancia. En todo se registró una alta participación de mujeres.

El  “No somos porros, somos estudiantes”, escrito en carteles, muestra una preocupación que enfrentarán durante el movimiento.

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