México. El incesante aumento de la violencia ejercida en México –tanto por grupos delictivos como por autoridades federales y estatales– contra los migrantes centroamericanos, es la principal causa del aumento en las repatriaciones de hondureños, salvadoreños, guatemaltecos y nicaragüenses que transitan por el país en busca del cada vez más lejano sueño americano.

“La ruta se ha convertido en algo mucho más complejo de lo que antes era, por lo que muchos de los migrantes desisten y, voluntariamente, piden que los repatríen”, explica en entrevista con Desinformémonos la defensora de los derechos humanos, Martha Sánchez, del Movimiento Migrante Mesoamericano.

“Hay cosas que han sucedido siempre”, abunda la activista, “pero que ahora se han disparado y existen a mayor escala: los centroamericanos van sin un quinto, y tienen que pagar a las bandas del crimen organizado derechos de piso para poder esperar al tren, y los garroteros para poder subir al tren. Ha aumentado mucho la presencia de criminales alrededor del corredor del Estado de México y el Bajío. Todo esto provoca que haya muchas solicitudes de repatriación por motu proprio desde los albergues; muchos de los migrantes se arrepienten a mitad del camino al ver lo difícil de la situación”.

Tan sólo de septiembre de 2011 a junio de este año, en operativos a cargo del Instituto Nacional de Migración (INM), fueron repatriados cerca de 49 mil centroamericanos, los que significa un aumento del 22.9 por ciento, luego que desde el 2007 se había registrado una caída constante de este indicador.

Durante el último mes han aumentando los operativos violentos del INM tanto en Veracruz como en Tabasco. Martha Sánchez advierte que la situación es muy alarmante, tanto, que incluso “Fray Tomas González Castillo, director del refugio La 72, se encadenó a las puertas de la delegación del Instituto Nacional de Migración de Villahermosa” en protesta por los operativos salvajes y brutales llevados a cabo por elementos de esta dependencia contra migrantes centroamericanos.

De acuerdo con declaraciones del propio Fray Tomás, las personas son agredidas en redadas y muchas terminan con fracturas en los brazos y golpes en las costillas. Por ello, dijo, estos operativos están fuera de la norma y vulneran las garantías de los migrantes. Además, los agentes del INM no son castigados y sus abusos quedan en total impunidad.

En cuanto a la diversidad de nacionalidades, son los hondureños quienes más han sido afectados con las repatriaciones, pues el traslado a su país de origen aumentó en un 55. 6 por ciento; le siguen los salvadoreños, con un aumento del 44.1 por ciento y los guatemaltecos con 11.5 por ciento. Por otro lado, el regreso de nicaragüenses disminuyó 29.8 por ciento, con respecto al mismo periodo durante el año anterior.

Martha Sánchez señala que “después del golpe de Estado, Honduras padece muchos problemas de violencia doméstica y social, lo que explica un poco la cifra mayor de repatriados sea de hondureños, pues hay mayor cantidad de habitantes de este país centroamericano que intentan llegar a Estados Unidos”.

De acuerdo con las cifras del INM, son los guatemaltecos quienes menos regresan a su país. Esto se debe, asegura Martha Sánchez, a que aún cruzan México mediante un sistema de polleros “más a la antigua”, con polleros que conocen en sus ciudades; entonces vienen más cuidados, no van por la misma ruta que el resto, es decir, “sí cruzan la misma ruta física, pero en camiones, no suben al tren, y no duermen en albergues, sino en pequeños hoteles”, por lo que no se enfrentan directamente con las bandas del crimen organizado y tienen muchas más posibilidades de llegar a Estados Unidos.

En el 2007 fueron expulsados 62 mil 909 centroamericanos, casi todos ellos eran guatemaltecos; en el 2008 la cifra fue de 51 mil 113 y para el 2009 aumentó a 53 mil 113, cifra que casi se mantuvo durante 2010. Para 2011, hubo 49 mil 140 repatriados. Luego vino la nueva normatividad en materia migratoria, pero no existe ninguna evidencia de que haya traído beneficio alguno para los ciudadanos extranjeros que están en México, pues la mayoría de ellos han sido expulsados.

“No ha habido ninguna mejora; las acciones emprendidas por el Estado no están en proporción con un aumento en la seguridad de los migrantes. Es como si no hubieran hecho absolutamente nada, al contrario, todo está complicándose cada vez más con los grupos de delincuentes”, afirma la defensora de derechos humanos.

En días pasados, la secretaría de Gobernación alertó sobre el importante aumento de migrantes menores de edad, procedentes de Centroamérica que viajan solos, cruzan la frontera hacia Estado Unidos y luego son expulsados a territorio mexicano. De acuerdo con datos del INM, ha habido un aumento del 50 por ciento en el número de menores “devueltos”: de enero a julio de 2011, fueron expulsados a México 2 mil 238 menores, mientras que en el mismo periodo de 2012, fueron regresados cerca de 3 mil 459 niños y jóvenes.

Los chicos corren los mismos riesgos que los adultos de ser asaltados, golpeados, chantajeados, secuestrados, violados o asesinados y, además, “son más vulnerables a ser víctimas de trata. La trata de menores en uno de los problemas más serios y los más pequeños son los más expuestos”.

“Hemos entrevistado a muchos niños y jóvenes migrantes y la mayor parte de ellos señala que la razón para haberse ido de sus casas y sus países es la violencia familiar, es decir, vienen huyendo de sus casas, lo cual complica el problema de repatriación. Llevarlos a su hogar, lejos de significar una mejora en su condición, supone devolverlos al ambiente hostil del que están huyendo”, finaliza la activista del Movimiento Migrante Mesoamericano.

Publicado el 08 de Octubre de 2012