La columna de lxs que sobran

Desde el Margen

Steve Biko: memoria desde otros sures

«Si somos libres en el corazón, no habrá cadenas hechas por el hombre con fuerza suficiente para sujetarnos. Pero si la mente del oprimido es manipulada (…) de modo que crea que es inferior, no será capaz de hacer nada para enfrentar a su opresor” (Steve Biko)

En los primeros días de este mes, tras haber sido detenido por la policía sudafricana y torturado cruelmente, en 1977, Steve Biko moría solo en una celda durante el régimen del Apartheid1. Casi 40 años han pasado desde este hecho y ahora, desde nuestros territorios, es preciso preguntarnos ―volver a ver para aprender― la vida y pensamiento de un revolucionario, cuya historia no es una historia personal, sino la historia de una parte del sur global que a largo aliento resulta un reflejo de otros sures ―como el nuestro― como el de todos los territorios que resisten ante el despojo que nos ha dejado la herida colonial-capitalista-patriarcal.

Es mejor morir por una idea que vivirá, a vivir por una idea que morirá”

Biko nació en 1946 en King William’s Town, de orígenes muy humildes, inició su actividad política desde muy joven, en el ámbito estudiantil y en el Congreso Nacional Africano (ANC). Como estudiante de Medicina se unió a una organización estudiantil multirracial, la Unión Nacional de Estudiantes de Sudáfrica (NUSAS), pero al tener graves divergencias políticas debido al control ejercido por los estudiantes blancos, decidió abandonarla para crear la Asociación de Estudiantes Sudafricanos (SASO), la misma que sería semilla de lo que pasó a ser después el Movimiento de Conciencia Negra (BCM), que creó junto con otros líderes estudiantes negros. Un movimiento revolucionario cuya gran apuesta ideológica estaba centrada hacia el cambio radical de las estructuras de opresión a partir de transformar la mentalidad; es decir, cambiando los patrones que nos sujetan como oprimidos frente al opresor o nos sujetan a perpetuar esas estructuras (instituciones creadas a partir de la historia de “lxs vencedores”; el Estado con su orden policial y jurídico), para reafirmarnos en nuestra propia existencia, en nuestra propia historia, en nuestra libertad y autodeterminación. Decimos nuestra porque “lo negro”, según definía Biko, no solo incluía a africanxs negrxs, sino a todxs quienes históricamente habitamos-encarnamos lo “no blanco” del mundo colonial. Ahí nos hermanamos, porque esa superación no es solo un cambio del lugar de poder, sino una emancipación de esa estructura de poder.

El arma más poderosa del opresor es el espíritu del oprimido”

Por sus actividades políticas fue expulsado de la universidad, pero esto no le impidió seguir con su trabajo militante. A inicios de los 70, el pensamiento de Paulo Freire desde la Pedagogía del Oprimido comienza a tomar fuerza en las organizaciones de Sudáfrica. A pesar de que el Estado del Apartheid había censurado las obras de Freire, Biko le pide a una compañera de una organización cristiana radical que había conocido a Paulo, que trabajara con integrantes de la SASO para que les enseñara los métodos participativos; es así que Biko junto a un grupo de estudiantes militantes empiezan un proceso de formación política, con copias piratas de sus obras, enfocándose en hacer investigación de base en sus propias comunidades.

A esta base política también se suman los aportes de Frantz Fanon, quien insistía en que la liberación verdadera será cuando se devuelva la dignidad de todas las personas que habitan y encarnan el “no ser”, que se vuelva al camino de la humanización radical de lxs oprimidxs y esto solo se podía conseguir a través de la participación activa en las luchas para la transformación y liberación social. La BCM empieza a poner como principios de su organización, que solo lxs oprimidxs, dándose cuenta de su posición en la sociedad, serán capaces de organizarse para la liberación, ya que nunca la transformación real vendrá de la mano de lxs opresorxs.

Después de la formación política de seis meses, la BCM empieza con los Programas para la Comunidad Negra (BCP). En el desarrollo de estos programas, la participación de las mujeres fue esencial, pues eran quienes estaban a cargo de varias tareas y coordinación de diferentes áreas. Mamphela Ramphele, una de las líderes del Movimiento y también de los programas, sostenía que el objetivo principal de esto era la materialización práctica de la Conciencia Negra, pues no solo se necesitaba que las personas tengan una conciencia crítica de su posición como oprimidxs, sino que también ―desde ahí― construyan una autosuficiencia de manera comunitaria2; algo que también podríamos entender como autonomía.

El énfasis e insistencia en estos programas, justamente consistía en devolverle esa dignidad humana que mencionamos antes. Las personas negras solo habían conocido despojo, desprecio y humillaciones, por eso lo que creaban tenía que ser bello; que simbólicamente representara esperanza y así reafirmarse en la lucha por la liberación. Estos programas tenían proyectos que incluían investigación y publicaciones, centros de salud, una fábrica y un fondo fiduciario que principalmente sostenía a lxs presxs políticxs y sus familias. En el área de investigación y publicaciones, Biko crea la Revista Negra, ahí se publicarían análisis políticos del contexto social y también lo usaban para dar a conocer el trabajo que realizaban desde los programas.

Fue en ese momento donde Biko recibió una restricción que prácticamente consistía en arresto domiciliario, no podía realizar propaganda política ni publicar, tampoco podía reunirse con más de una persona en un mismo lugar y menos salir del área de restricción. Esta medida era común en el Estado del Apartheid, como una forma de control y castigo, desde el aislamiento, a lxs luchadores políticxs. Ante esto, Biko junto a toda la comunidad crean distintas estrategias creativas para burlar la vigilancia policial.

«Nos hemos puesto en la búsqueda de la verdadera humanidad, y en algún lugar en el horizonte lejano divisamos el valioso botín. Marchemos con coraje y determinación, sacando fuerzas de nuestra condición común y nuestra hermandad. Con el tiempo, vamos a estar en una posición en la que podremos otorgar al mundo el mayor regalo posible: un rostro más humano».

En junio de 1976 más de 10 mil estudiantes salieron a las calles de Soweto, negándose a seguir estudiando en Afrikaans, la lengua impuesta por los colonizadores. La presencia de la SASO también fue un punto clave en esas manifestaciones, el pensamiento de Biko y los principios del Movimiento resonaban en las calles. La respuesta ante tantxs estudiantes movilizadxs ―la mayoría niñxs― fue la represión brutal. La policía asesinó a quemarropa a casi 700 estudiantes negrxs; la versión “oficial” dijo que solo fueron 23. Eso marcó profundamente al Movimiento, la mayoría de esfuerzos se direccionaron a sostener de alguna manera a lxs estudiantes y jóvenes.

Biko continuaba yendo a mítines políticos y reuniones, fue detenido varias veces, pero no podían mantenerlo en prisión. Sin embargo, en agosto de 1977, regresando de un mítin con estudiantes, fue arrestado sin ningún juicio o sentencia previa. Durante días la policía lo torturó hasta provocarle un daño neurológico, fue asesinado a golpes el 12 de septiembre de 1977; tenía 30 años. La versión “oficial”, señaló que su muerte se debía a una huelga de hambre que él había iniciado. Lo que hicieron con Biko también lo hicieron con cientas de personas negras que fueron detenidas, condenadas a prisión sin sentencia y sin ningún derecho a defensa, debido a una ley expedida durante el régimen. La mayoría fue asesinada por la policía, pero en la causa de muerte los argumentos que más se repetían eran suicidio o causa no identificada.

¿Por qué recordar a Biko? ¿Por qué recuperamos el trabajo que realizaban desde el Movimiento de Conciencia Negra? Porque Biko era de lxs nuestrxs y la lucha que construyó colectivamente fue desde abajo y pensada desde una propuesta revolucionaria hacia la liberación. No pensaba en la toma del poder del Estado. No buscaba sustituir a un blanco por un negro, Biko decía “moriremos por nada si el sistema político se convierte en negro y sigue siendo exactamente como el de ellos, usando a la policía para que rompa otras cabezas por las mismas razones que rompen ahora las nuestras”3, y la historia ya nos ha confirmado que ningún proyecto de liberación que haya tomado el poder cambió o transformó realmente la estructura de opresión porque se sigue construyendo sobre la misma base dominante. Y aunque casi siempre la coyuntura electoral o la desesperanza cotidiana a la que nos están empujando constantemente los malos gobiernos nos hacen creer que no existe nada más por fuera de esa misma estructura de poder y que siempre estaremos eligiendo entre la muerte o la muerte, aparecen estas luchas, estxs compañerxs, esta memoria, a decirnos y a mostrarnos que sí hay otros horizontes posibles.

Por eso este mes traemos esta historia acá, porque incluso en la memoria de las izquierdas, las historias de compañerxs como Biko se mantienen en los márgenes o son muy lejanas. Desde arriba nos han querido arrebatar lxs referentes y está en nosotrxs no permitirlo. La guerra del olvido, es la guerra contra el pueblo y su memoria, es la guerra contra la dignidad y la no repetición. Justo en este mes también recordamos los 50 años de la sangrienta dictadura en Chile, a lxs compañerxs desaparecidxs y asesinadxs, y hace unos meses recordábamos también los 50 años de la dictadura en Uruguay. La memoria es nuestro golpe ante la impunidad. La memoria es lo que nos da sentido en este caminar y por eso la recuperamos constantemente. El sueño de Biko todavía no se ha cumplido, aún el despojo hace mella en su tierra ―incluso después del apartheid― sin embargo, sabemos que cuando en algún momento ―en cualquiera de los sures globales― un territorio se libere, nos detendremos a llorar por todxs lxs ausentes que nos han alumbrado y cimentado el camino, pero también los honraremos con nuestra alegría y determinación en la construcción de un mundo nuevo, repleto de otros mundos nuevos indómitos, rebeldes y dignos.

Por todxs lxs que lucharon, ¡Venceremos!

1 Sistema de segregación racial aplicado desde 1948 hasta 1992 en Sudáfrica. Un sistema sangriento que asesinó a miles de hombres, mujeres y niñxs.

2 Programas de la Comunidad Negra https://thetricontinental.org/es/dossier-programas-de-la-comunidad-negra/

3 Grita Libertad, película.

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