La columna de lxs que sobran

Desde el Margen

Inteligencia artificial: otro frente de extracción y dominación para el capitalismo

Hace un tiempo ya que la Inteligencia Artificial (IA) ha comenzado a ser un común entre nosotrxs. Las múltiples funciones, herramientas, aplicaciones, software, etc., que ofrece parecieran una novedad que está direccionada al “desarrollo”. Y lo cierto es que, es fundamental que miremos este avance exponencial, tanto de la tecnología, como de la IA con sospecha, pues es una herramienta más del sistema capitalista. No podemos ignorar que lxs de arriba, usan esa misma tecnología y herramientas para avanzar con su proyecto de muerte, el despojo en territorios, el fortalecimiento de armas bélicas para los ejércitos más grandes, etc. Y no, no es que decimos que debemos rechazar visceralmente los avances tecnológicos, pero sí que nos permitamos identificar esto como uno de los frentes más que el capitalismo creó —a través de las élites— para seguir fortaleciendo las dinámicas de despojo, individualización y alejamiento de la realidad; para seguir manteniendo el orden hegemónico.

Algo que nos han hecho creer es que la IA y la tecnología han sido democratizadas para todxs, pues “todxs” podemos acceder a ellas, y es ahí donde podemos empezar a preguntarnos:

  1. ¿Por qué la liberación de estas herramientas?

Se conoce desde que Alan Turing1 desarrolló un sistema de codificación matemático y algorítmico, siendo este el precursor de las computadoras modernas como las conocemos, esta industria nunca paró de producir tomando los aportes que él había hecho. Fueron décadas de investigación e inversión de diferentes y múltiples actores interesados en capitalizar ese conocimiento, que no fue ampliamente socializado hasta el día de hoy. Por eso debemos preguntarnos el porqué de esto, sabiendo que en el capitalismo nada es fortuito.

Actualmente, muchos de los gigantes tecnológicos2, son responsables por 2 de cada 3 dólares que se invierten en IA, según un artículo recientemente publicado por Wired. Estas mismas empresas son también las que poseen la gran mayoría de las patentes. Las cinco empresas norteamericanas más grandes (Amazon, Apple, Microsoft, Google y Facebook) tienen un promedio de 18.000 ingenieros trabajando para sus departamentos de IA. Aun así, la forma en que estas empresas han presentado gran parte de sus servicios y ahora la IA, ha sido a través de una gran campaña mediática que llama a la gente a usarlas ya que estas son “gratis”. ¡Alerta de spoiler!; como se ha dicho por ahí, “cuando no pagas por el producto, es porque tú eres el producto”.

Desde el boom provocado por las redes sociales y las controversias surgidas en estas, como el caso de Cambridge Analytica3, se ha venido discutiendo sobre las nuevas dimensiones que el capitalismo ha optado para seguir con sus lógicas de expoliación y de despojo para la acumulación; extractivismo de datos, propiciado a través del capitalismo de las plataformas (web), lo cual ha sido una base fundamental para el desarrollo de la IA:

establece una analogía entre el manejo de información y la industria minera, definiendo a los datos como una materia prima que puede ser extraída, comercializada, refinada, procesada, y transformada en otros bienes con valor agregado. Las plataformas, por su parte, constituirían la “vasta infraestructura” necesaria para “detectar, grabar y analizar” estos datos (Srnicek 2018). Los usuarios, por último, aparecen como “la fuente natural de esta materia prima” que son los datos (Srnicek 2018).4

Todo el tiempo, 24/7 estamos siendo sujetxs de extracción, no solo gracias a la aceptación de condiciones obligatorias a aceptar (la letra pequeña que nadie lee; una maraña truculenta “legal”), que violentan nuestra privacidad para hacer uso de determinadas plataformas, sino también por las enormes cantidades de tiempo en que le dedicamos nuestra atención a estas, ya que de esa forma se garantiza que quienes manejan nuestros datos, puedan generar mejores y más específicos procesos de perfilación para la lógica de oferta-publicidad-demanda-consumo.

Esto implica que, para todxs, además de generar plusvalía en las diferentes actividades que realizamos para el sostenimiento de la vida (trabajo formal o informal), también de forma inconsciente estamos generando plusvalía durante nuestros momentos de “ocio”, produciendo así un doble trabajo por el que no recibimos ninguna retribución, dónde nuestra fuerza vital (física, mental) está siendo cotizada por los grandes capitales. Generando así, un negocio redondo.

Con todo ese tiempo de atención que produce enormes cantidades de información, se han creado gigantescas bases de datos que alimentan a la IA, es decir, esta información no se produce de manera mágica — como nos quieren hacer pensar— sino que ha sido el producto de años y años de extracción. Es por eso que se liberan, puesto que, para seguir acumulando, requieren de mayor materia prima.

  1. ¿A costa de qué o quiénes?

Nos han re-colonizado la cotidianidad, colonizan nuestra autonomía. Se conoce que la mayor cantidad de información que alimenta las bases de datos, proviene sobre manera de los diferentes países del Sur global, con referencia al resto del mundo, ya que, por ejemplo, en otros lugares, como Europa, se han expedido leyes para la protección de la información.

A la vieja usanza de la tradición colonial y patriarcal, en las zonas periféricas del mundo, el capitalismo depredador despliega toda su maquinaria. En nuestros territorios nos enfrentamos a la presencia de grandes transnacionales que extraen diferentes recursos naturales y la presencia de gigantes tecnológicos que expolian la información. De esta forma, los datos y los commodities forman parte de un mismo mercado, en una relación más que vinculante y estrecha. Puesto que para la creación de estas tecnologías se requiere de materia prima, metales, que producen —además de contaminación— procesos totalmente sangrientos (trabajo esclavo en esos territorios de extracción).

Sin embargo, esa cadena no termina allí, puesto que se conoce que, para el mantenimiento de estas grandes computadoras, que realizan la elaboración de los algoritmos basados en la información obtenida, se obtiene un coste ambiental cinco veces superior a la vida útil de cualquier otro objeto contaminante (por ejemplo, un auto). El impacto ecológico y social, lo pagan nuestros mismos territorios.

  1. Procesos contrainsurgentes:

Al capitalismo no le interesa que seamos creativxs, que analicemos, reflexionemos y discutamos, menos aún, que sintamos y nos organicemos ante el proyecto de muerte que opera en nuestros territorios. Por algo se sostiene a través de la explotación de cuerpos y mentes. Las herramientas de la IA que ahora nos hacen ensayos, discursos, publicidad, canciones, cualquier cosa que queramos “crear”, nos alejan justamente de eso.

Siguiendo esa línea, existe otro punto a analizar, ¿qué clase de contenido es el que produce la IA?, ¿bajo qué lógica o a qué sentido común es el que se está apuntando?, es obvio que el pensamiento crítico sería imposible de replicar mediante un proceso informático, y justamente ahí se encuentra el peligro, pues se corre el riesgo de que el sentido común hegemónico sea el que se propague de forma más amplia debido al algoritmo; y sea internalizado aún más. Se ha popularizado una imagen que hace referencia a la respuesta que la IA genera frente a una pregunta. Diferentes medios de comunicación, replicaron la noticia, alabando las características de la IA, con titulares como “La IA no responde a cuestionamientos que generan odio”5. Claro que sabemos que todo depende del contexto, pero, sin un análisis de por medio, esto puede ser tomado por cualquier persona (sobre todo lxs jóvenes y niñxs que están más expuestos a estas herramientas) como una verdad, que luego se convierte en un valor y después en una forma de ver la vida, ya que se incorpora al sentido común.

Esta respuesta claramente deja ver el sesgo con que está elaborada, repitiendo un discurso más que utilizado por determinados sectores de la sociedad, por ejemplo, cuando nos piden pacificidad y formas correctas de protestar, incluso si recibimos a quemarropa la violencia estatal:

La creatividad y el pensamiento crítico, son parte de la disputa ideológica frente al sistema de alienación/opresión, en esa disputa se sostienen nuestras luchas. ¿Cómo vamos a crear otro sentido común no patriarcal y no capitalista si existe algo/alguien que piensa y nos dice qué hacer?

Y claro, reconocemos que esas herramientas pueden ser de gran aporte para las investigaciones y otras actividades (aunque nuevamente tendríamos que analizar quiénes tienen el monopolio de las patentes), pero no podemos permitir que reemplacen el proceso de creación y, sobre todo, de sensibilización, algo que constantemente intentan quitarnos.

Creemos que la accesibilidad y difusión son para todxs, que nosotrxs tenemos el control de lo que queremos publicar y difundir, pero esto, al igual que todo lo que controlan las grandes élites y monopolios, está regulado. No por nada hay múltiples restricciones a los contenidos que precisamente están direccionados a procesos insurgentes.

Un ejemplo claro en este punto es lo que ocurre con el Movimiento de Liberación del Kurdistán, en redes sociales “comunes” como Facebook, Instagram y Twitter, es muy difícil mantener contenido fluido acerca del pueblo kurdo, los bombardeos y, sobre todo, la lucha revolucionaria que han venido sosteniendo. Esto porque el Partido de Trabajadores de Kurdistán (PKK) es considerado una organización terrorista para la Unión Europea y Estados-nación aliados como Estados Unidos (mismo que maneja estas redes sociales), entonces, el contenido es censurado porque el algoritmo considera que hace alusión al terrorismo y por lo mismo las páginas son bajadas.

También aquí es necesario señalar que es justo a las organizaciones de autodefensa del pueblo kurdo a quienes han atacado brutalmente con parte de esta “nueva tecnología”. Los drones que el ejército de Turquía usa son una especie de aviones no tripulados y con estos han asesinado a miles de combatientes y civiles, drones que dispersan ácido o bombardean territorios. Y es que esa es la nueva estrategia de los Estados-nación, tener ejércitos equipados de tal manera que en la guerra —que ellos mismos crean— no sean quienes pongan los muertos, pues tienen las herramientas tecnológicas para eso.

Lxs compañerxs zapatistas también han recibido varios ataques a su página oficial donde difunden variedad de material de la lucha zapatista. En los distintos levantamientos populares como Ecuador, Chile y Colombia, se ha visto cómo la policía usa inhibidores de señales para evitar las transmisiones en vivo, es decir, todo puede ser (y es) usado como una forma más de opresión hacia lxs de abajo. Entonces, no es cierto que todo lo que queramos puede ser difundido y compartido, no precisamente en sus medios, aplicaciones y redes; no en sus formas. Es ahí donde vemos los límites que tiene todo este gran avance tecnológico, límite para nosotrxs, nuevamente. Porque lxs de arriba sí que seguirán usando todas esas herramientas para el saqueo de recursos naturales, expropiación de datos, y haciéndonos creer que no necesitamos organizarnos para cambiar el orden que ellxs establecieron.

Es preciso leer con suspicacia lo que estos avances implican, así también leer con sospecha estas “posibilidades” que nos abre el capital para no dejar que expropie y siga lucrando con nuestra fuerza vital. No queremos decir/pedir que se abandone todo tipo de espacio/producto que ha surgido por la tecnología. Sabemos que, en un mundo globalizado, resulta difícil no estar inmerso en él, pues existen lógicas que nos obligan a estar siempre con un pie adentro. Sabemos que incluso para que nos puedan leer, necesitamos de esa tecnología para producir este artículo, así como también para difundirlo. Sabemos que este espacio, nos puede permitir encontrarnos con otrxs, con otras luchas y otros contenidos que pueden escapar de esa regulación/censura y que, al llegar a otros lados, pueden hacer eco, red, tejido.

Por eso la invitación es intentar hacerlo a nuestra manera, dentro de todo lo posible. Hay organizaciones y compañerxs que han venido trabajando en la creación de software alternativos, aplicaciones y programas que tienen las mismas funciones que las tradicionales, pero que no las usamos porque el sentido común que nos han impuesto, nos direcciona a que hay programas que son válidos y otros no, y ahí está nuestra apuesta, en regresar a mirar esos trabajos o usar lo que tenemos, pero siendo conscientes en qué datos e información estamos proporcionando; encontrarle la brecha para que nuestro pensamiento, nuestros relatos, nuestras denuncias y nuestra forma de hacer política no esté controlada. Y que lo virtual no sea todo, sino los actos concretos de nuestras luchas en cada territorio. Porque no podemos abandonar nuestra capacidad de creación e imaginación, menos aún la capacidad de sentir las injusticias que atravesamos y que atraviesan lxs otrxs, y que desde ahí nos organizamos.

1 Famoso por descifrar el código nazi en la Segunda Guerra Mundial y pionero en otras ramas como la biología y la inteligencia artificial, cuya contribución es imprescindible en el desarrollo de las tecnologías actuales.

2 Entre ellas Amazon, Alphabet, Alibaba, Facebook, Netflix, Baidu

3 la consultora británica Cambridge Analytica recopiló datos de millones de usuarios de Facebook sin su consentimiento, principalmente para utilizarlos con un fin de propaganda política

4 Citado en: Imaginación mecánica, 2023.Extractivismo de datos. http://imaginacionmaquinica.cl/extractivismo-de-datos#site-header

5 https://expansion.mx/tecnologia/2023/03/22/bard-y-chatgpt-tambien-caen-en-la-desinformacion

Dejar una Respuesta

Otras columnas