Ciudad Juárez, Chihuahua. La Sociedad de Padres de Familia y alumnos de la escuela primaria Alfredo Nava Sahagún, junto con habitantes de la colonia Granjas Lomas del Poleo, permanecen desde principios de septiembre frente a las oficinas de la dependencia de educación pública del estado de Chihuahua, demandando el nombramiento de un maestro para la escuela de su colonia.

Allí, frente a la dependencia educativa, ocho alumnos y sus padres toman clase a diario para exigir que los servicios educativos del estado envíen un profesor a su primaria, la cual fue cerrada debido a que “no tenía el número mínimo de alumnos (16) requerido para continuar operando”.
Ante la petición de los habitantes de Lomas del Poleo, el subsecretario de educación pública del estado de Chihuahua, Javier González Mocken, ha respondido únicamente que “los alumnos que aún quedan en la ptimaria Alfredo Nava Sahagún, por su número reducido, pueden ser reubicados a la escuela primaria Pedro Zaragoza Vizcárraga o a otra cercana”.
Antes del cierre, la escuela sufrió un sinfín de agresiones. “Fue encerrada tras un cerco de alambre de púas, se construyó una fosa a su alrededor para obstaculizar el paso de los alumnos, los servicios de agua y energía eléctrica fueron suspendidos, fue sustraído del plantel el equipo mínimo escolar y fuimos presionados para inscribir a nuestros hijos en la escuela Pedro Zaragoza Vizcarraga, creada con el fin de desaparecer la escuela Alfredo Nava Sahagún”, denunciaron los padres de familia.
Alumnos de la primaria escribieron cartas a González Mocken, para solicitarle que se normalice la situación.
“Nosotros queremos que mande un maestro, que nos dé un buen estudio. Ya perdimos dos semanas de clases, usted se comprometió a mandar un maestro y no lo hizo”, dice uno de los niños.

“Quiero que nos manden un maestro pues llevamos dos semanas sin un profesor. Ya pasé a sexto año y pronto iniciaré la secundaria. Es muy difícil que mis padres me lleven a otra escuela. Mi mamá trabaja y mi papá se queda a cuidar la casa para que no la destruyan. En nuestra escuela se han robado nuestros libros, el portón, las sillas… Queremos que nos dejen de tomar fotos, que nos dejen de amenazar y de decir que nos van a sacar de donde estamos”, escribió Karen Espino al funcionario público.

A pesar de la adversidad, y de las continuas respuestas negativas por parte de los funcionarios de gobierno, la decisión de los padres de familia es seguir luchando para que haya un maestro, se inscriban los alumnos y se normalice el funcionamiento de la escuela. “Mientras tanto”, aseguran, “seguiremos dándole clases a nuestros hijos en los pasillos, pues ellos tienen derecho a asistir a la escuela que prefieran y no a otras impuestas por intereses oscuros que finalmente pretenden apropiarse de la tierra en Lomas del Poleo”.
Un poco de historia

Rodeadas por un cerco indignante e inconcebible, con una caseta alta de vigilancia a cargo de personas armadas (como en las cárceles o campos de concentración), decenas de familias de la colonia Granjas Lomas de Poleo, ubicada a un kilómetro y medio de la frontera entre México y Estados Unidos, en Ciudad Juárez, Chihuahua, resisten y se niegan a entregar esas tierras, en las que viven desde hace más de 30 años, y que desde hace un lustro les quiere arrebatar el poder económico, encabezado en este estado por Pedro y Jorge Zaragoza.

“En la primavera del 2003 entró la gente de la familia Zaragoza, ya con los materiales para montar su campamento dentro de nuestras tierras. Traían el cemento, la grava, el alambre… y armas. De la noche a la mañana hicieron la caseta y rodearon la colonia con postes de cemento y alambre de púas. A partir de ese momento vivimos con miedo, nunca sabemos qué a va pasar”, relata un pequeño grupo de moradores reunidos en El Paso, Texas.

Desde hace un lustro cambió radicalmente la vida de aquellos habitantes. Los primeros llegaron en 1971 y desde entonces se dispusieron a construir una colonia. Levantaron los escombros y construyeron su escuela y una iglesia. Y así pasaron más de tres décadas, sin que nadie mirara a los invisibles habitantes de estas 345 hectáreas, hasta que llegó la voracidad de los Zaragoza que argumentan, sin demostrarlo, que son dueños de las más de 20 mil hectáreas (entre las que se encuentra Lomas de Poleo), que en realidad, como muestran los registros de la Reforma Agraria, son propiedad de la nación desde 1975. Sobre este predio, como también lo demuestran los colonos, ellos mantienen la posesión desde hace décadas.

El plan es tétrico: el poder empresarial, con la complicidad de los gobiernos locales y federal, pretende convertir esta zona en un nuevo corredor industrial entre Ciudad Juárez y el cruce fronterizo de Santa Teresa, Nuevo México. Los pobladores les estorban y, para intimidarlos, ya que se rehúsan a entregar las tierras en las que viven (y mueren), los asfixian dentro de un cerco de púas, los vigilan día y noche con guardias armados, han asesinado a uno de ellos y han provocado la muerte de dos niños mediante un incendio intencional. Destruyen sus viviendas, los persiguen y acosan todos los días con enormes perros que siguen sus pasos. Hay constancia de todas las violaciones constitucionales y ninguna autoridad hace nada, pues, advierten los colonos, “todos son cómplices”. (columna Los de abajo/La Jornada)

Publicado el 01 de Octubre de 2011