San Luis Acatlán, Guerrero. Nueve municipios de La Montaña y Costa Chica de Guerrero, cuentan con una policía que brinda seguridad a casi setenta comunidades; no recibe sueldo, no pertenece al gobierno y mantiene un sistema de justicia basado en la reeducación. En palabras de Asunción Ponce Ramos, coordinadora de la CRAC “la Policía Comunitaria es una institución de los pueblos creada como una forma de justicia que no se cobra, cimentada en un nuevo derecho, distinto al impuesto por el Estado, vigila la seguridad en los caminos y vela por la impartición de justicia, derecho que fue arrebatado al pueblo”.
Del 13 al 16 de octubre, en la cabecera municipal de San Luis Acatlán se realizó el Encuentro Nacional por la Seguridad y Justicia de los Pueblos en el marco del XV aniversario de la Policía Comunitaria y la ahora Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC).
El día 15 de octubre más de mil doscientas personas marcharon desde las instalaciones de la cafetalera Nueva Luz de la Montaña, al centro de San Luis Acatlán, conmemorando la creación de la Policía Comunitaria.
La Policía Comunitaria recorre un camino difícil pero que resulta importante y vigente como sistema de justicia y seguridad para los pueblos. La CRAC continúa buscando vías para un desarrollo regional atendiendo la salud, educación, comercio y medios de comunicación.
El contexto
El estado de Guerrero está compuesto por siete regiones: Acapulco, Costa Chica, Costa Grande, Centro, Montaña, Norte y Tierra Caliente.
En Guerrero, en las décadas de los sesenta y setenta, saldrían a la luz movimientos de lucha social, teniendo entre sus principales líderes a Lucio Cabañas y Genaro Vázquez, maestros rurales. El Estado, lejos de entender las problemáticas que originaron las movilizaciones, desató una guerra sucia contra defensores de derechos humanos y contra grupos rebeldes armados, dentro de la cual se cometerían cientos de crímenes que aún no se esclarecen.