Nueva York, Estados Unidos. La invitación decía: “Proponemos que nos encontremos en una convergencia, en la cual todos podamos traer nuestras historias, lo que nos hace diferente y nuestros sueños”.
Y en febrero las voces de los rebeldes de diferentes partes del mundo se unieron en el Este de Harlem, en el Tercer Encuentro de la Ciudad de Nueva York por la Dignidad y contra el Desplazamiento. Convocado por el Movimiento por Justicia en El Barrio, el encuentro reunió a más de 200 personas y 40 organizaciones, además de la participación de organizadores de Sudáfrica y de San Salvador Atenco, México, quienes asistieron a través de video conferencias por internet.
Por cinco horas el ambiente del encuentro fluctuó entre lo festivo, lúgubre y combativo. Hubo muchas rosas, consignas, tostadas y también, como es tradición aquí, una piñata neoliberal para que los niños la rompieran al final de la noche.
Inspirado por la práctica de los encuentros de los zapatistas, el Movimiento por Justicia en El Barrio es una organización conformada por más de 600 inmigrantes y familias de bajos recursos del Este de Harlem (El Barrio) y busca “…crear un espacio de intercambio abierto y seguro para dialogar, donde el pueblo puede compartir y aprender de personas que son directamente afectadas por el desplazamiento”. Como dijo Javier Salamanca, de la Alianza de Vecinos de Sunset Park de Brooklyn: “estamos aquí para ver qué está pasando en otros partes de la ciudad, del país y del mundo.”
¡La ciudad de Nueva York no está en venta!
Al principio del encuentro, Oscar Domínguez, integrante de El Movimiento recordó que en los dos encuentros anteriores “nos hemos presentado todos y hemos identificado a nuestros enemigos en común. En este Encuentro –dijo- queremos hablar sobre cómo hemos avanzado.”
El Movimiento sigue celebrando la caída de Dawnay, Day Group, una corporación muliti-nacional de billones de dólares radicada en Londres, que pretendió desalojar a inquilinos de 47 edificios en el Este de Harlem y subir la renta diez veces más.
Después de organizar una campaña internacional contra Dawnay, Day y ganar una victoria legal sin precedentes contra la corporación, El Movimiento ha sido forzado a desafiar el oportunismo dentro de su propio barrio. “Nos hemos estado organizando por justicia desde antes de que Dawnay, Day se convirtiera en dueño de nuestros edificios. De hecho, como inquilinos, marchamos, protestamos, y tomamos acción legal contra nuestro casero anterior Steve Kessner, hasta que huyó del Este de Harlem… Con el derrumbe del gigante propietario Dawnay, Day, la oportunista concejal del Este de Harlem, Melissa Mark-Viverito, y la gente vendida que la apoya, quiere promoverse como si apoyara a los inquilinos de Dawnay, Day, diciendo que siempre ha sido así. Nosotros, los inquilinos de los edificios de Dawnay, Day, sabemos que esto es una farsa… Movimiento por Justicia en El Barrio continuará la lucha por dignidad y contra el desplazamiento con más fuerza y energía que nunca. No nos engañarán, no nos comprarán, y no nos moverán.”
En el periódico comunitario de El Movimiento, se advierte que la concejal del ayuntamiento municipal, Mark-Viverito, ha dirigido y también votado numerosos planes de desarrollo por todo el Harlem, por los que se desalojará a miles de inquilinos, negocios pequeños y trabajadores, en favor de apartamentos lujosos, la expansión de una Universidad privada y corporaciones multinacionales.
En el Encuentro se planteó como una problemática común la práctica de los políticos oportunistas y los grupos patrocinados por ellos que se entrometen con las organizaciones comunitarias auténticas. Nellie Bailey, del Consejo de Inquilinos de Harlem, señaló que “tres o cuatro años atrás nuestra organización decidió no aceptar dinero de los oficiales elegidos., pues es importante permanecer libre de sus influencias”. Bailey dijo que “está aumentado el problema de organizaciones sin fines de lucro que actúan como instrumentos de los políticos y desarrolladores y siempre están ahí para tratar de bloquear a la militancia de nuestras organizaciones”.
Colocando el horizonte del Encuentro en las condiciones de toda la ciudad, Bailey comentó que “el alcalde Bloomberg es el hombre más rico en la ciudad de Nueva York y el número 17 de los hombres más ricos del mundo.
Él quiere un Nueva York más rico y más blanco y usará todas las medidas posibles para conseguirlo. Sin embargo –dijo- la quiebra de la industria de bienes raíces nos ha dado tiempo para respirar. ¿Qué oportunidades nos trae esto?”.
A partir de la experiencia de haber perdido contra el Alcalde Bloomberg, en septiembre pasado, la lucha para poner un alto a la rezonificacion del vecindario Salamanca, de la Alianza de Vecinos de Sunset Park, Bailey cuestionó. “¿Cómo nos reagrupamos sin reaccionar al horario o agenda que crea el ayuntamiento municipal de la ciudad?”
Bailey alentó a los participantes a no ser complacientes con los políticos supuestamente progresistas. “El gobierno de los Estados Unidos está en crisis y no podemos mirar el problema del desplazamiento en Nueva York como algo separado de todo lo que está pasando. Sufrimos el mismo destino sin importar quien está en el gobierno. Con Obama, tenemos nuestro primer presidente afroamericano pero eso no nos cubre nuestras necesidades más básicas”.
Tom Kappner, integrante de la Coalición para Preservar la Comunidad y activista desde hace décadas de la lucha contra la expansión de la Universidad de Columbia en el Oeste de Harlem, recordó al auditorio que “cada vez que nosotros luchamos contra ellos, nuestro poder aumenta y eventualmente un poquito se vuelve en un montón. Nos beneficia ser fieleles. Si te vuelves lo suficiente fuerte, los políticos vienen a ti”.
Nuestra lucha es mundial, desde Sudáfrica a San Salvador Atenco.
Al primer grupo que se presentó en el Encuentro vía video conferencia, no se le necesitaba recordar la necesidad de construir poder popular ni los peligros de cifrar esperanzas en los políticos.
En un clip de la película “Querido Mandela”, Mazwi Nzimande, del sudafricano Movimiento de Habitantes de Casas de Cartón, también conocido como Abahali baseMjondolo, señaló que “hay un nuevo sistema de apartheid operando en Sudáfrica, y ese sistema apartheid es entre los pobres y los ricos.”
La segregación legalmente institucionalizada conocida como apartheid, dividió a la sociedad sudafricana en tres clases raciales y sociales: blanca, colorada y negra, cada una con sus propios derechos y restricciones hasta 1990, cuando las leyes discriminatorias comenzaron a ser derrotadas. Con mucha lucha y esperanza, Nelson Mandela se convirtió en el primer presidente negro del país en 1994 y el Congreso Nacional Africano (ANC) se ha mantenido en el poder desde entonces. En los 16 años posteriores el número de sudafricanos que viven con menos de un dólar al día ha aumentado el doble.
Shamita Naidoo, integrante de Abahlali baseMjondolo (AbM), explicó que 2005 fue el año que la gente de Sudáfrica comenzó a unirse con éxito para luchar contra la politica neoliberal del gobierno de ANC. En septiembre del año pasado el ANC atacó el poblado de Kennedy Road, una localidad central de organizacion de AbM, matando a tres personas y desplazando a más de mil. En las dos semanas siguientes 13 apoyadores de Abhlali fueron arrestados.
El ataque parece ser ejercido en revancha por la lucha de AbM y su campaña “No Tierra. No Casa. No Voto!”, contra la política de partidos politicos en el país, y también por la larga lucha contra el Acto de Chozas, que permitió desplazamientos masivos sin ofrecerle a los desplazados acomodos alternativos. Un mes después del ataque brutal, AbM obtuvo una victoria en la corte más alta de Sudáfrica que declaró el Acto de Chozas anticonstitucional.
En el momento en que Juan Haro, de El Movimiento de Nueva York, informó a los miembros de AbM, Mazawi Nzimande, Zodwa Nsiband y Mnikelo Ndabankul, que 40 organizaciones estaban escuchando su presentación, Nzimade respondió: “Ustedes están contribuyendo a algo para todos en todas partes del Continente Africano”.
En una reflexión sobre el ataque brutal contra ellos en septiembre pasado, Ndabankul anotó que “muchas ramas están uniendose a AbM. La meta de ellos era derrotar a nuestra organización por completo, pero más gente se ha integrado y somos más populares”.
Los miembros de AbM hablaron de sus presos políticos y de los problemas que persisten.
Y también sobre la iniciativa del gobierno de quitar las chozas antes de que llegue la Copa Mundial a Capetown, en Junio y julio de este año. Nsiband pidió que los participantes del Encuentro “sigan apoyando, corran la voz de los que está pasando, y presionen al gobierno de Sudáfrica, pues mucha de la realidad no está siendo expuesta por la fachada de democracia.”
La lucha contra un aeropuerto en San Salvador Atenco, México
Al otro lado del Océano que rodea a AbM, en las Américas, el pueblo de San Salvador Atenco, en México, también lucha contra un gobierno que a tratado de esconder su brutalidad detrás de la imagen de una democracia liberal emergente.
Diana Vega, otra integrante de El Movimiento por Justicia en El Barrio, introdujo así la participación de los campesinos de San Salvador Atenco: “El desplazamiento está pasando en todos lados. Hay un grupo llamado el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra que en el 2002 derrotó los planes del gobierno mexicano de sacarlos de sus tierras para construir un aeropuerto. En 2006 fueron atacados por el gobierno y todavía tienen 12 presos políticos detenidos.”
En una presentacion por video antes de su participación en el Encuentro, se proyectaron secuencias de la gran victoria del FPDT en el 2002, precedente para las luchas sociales en todo el país de que se le puede ganar al gobierno. También se transmitieron imágenes de la invasión a sus comunidades por 3 mil policías municipales, estatales, y federales en 2006, cuando dos jóvenes fueron asesinados y doscientas personas fueron detenidas, la mayoría sometidas a crueles torturas, incluyendo 26 mujeres que fueron violadas.
Integrantes del FPDT se sumaron al Encuentro a través de una video conferencia por internet, justo a tiempo para ver la presentación que incluyó imágenes de la ocupación pacífica del Consulado Mexicano en Nueva York por parte de El Movimiento, hace menos de un año.
Trinidad Ramírez del Valle, líder del Frente y esposa de uno de los doce presos políticos, declaró que “la distancia y barreras no pueden pararnos de luchar contra tanta injusticia”.
André explicó que “casi dos meses después del temblor la tragedia continúa aunque no esté siendo difundida en los medios de comunicacion. El problema más grande son los refugios: 1.5 millones de personas han perdido sus hogares y están viviendo en carpas”.
“Haití es una país rebelde”, finalizó André, luego de recordar que “en 1804 la comunidad esclavizada derrotó a sus opresores y nosotros hemos apoyado a movimientos libertarios de todo el mundo”. Los Estados Unidos, dijo, “no nos reconoció hasta 1865 y nunca le ha perdonado a Haití lo que pasó en 1804, por lo tanto no esperamos amistad de parte de nuestros enemigos, la esperamos de ustedes”.
Publicado el 01 de Abril de 2010