Microteatro: Guitarras X Metrallas, un golpe de realidad, dolor y esperanza en 15 minutos

Gloria Muñoz Ramírez Fotos: Luis Jorge Gallegos

México, DF. Es cualquier lugar de México, de América o del mundo. Son los años setenta de la guerra sucia. Y es, sobre todo, hoy. Es Ayotzinapa y Ciudad Juárez, Oaxaca y Matamoros, Tenosique o Bachajón. Es una calle del chilango profundo. Todo en una micro obra montada en un microespacio en el que no hay posibilidad de escape. Guitarras X Metrallas “sale del dolor y de las vivencias actuales, de las marchas, los secuestros, de los detenidos de ayer y de siempre”, dice Mel Pacheco, guionista, productora, directora y uno de los cuatro rostros en escena.

Los 15 espectadores se confunden con los actores que llenan la escena. Hombro con hombro, casi rodilla con rodilla, todos en una cárcel, un agujero oscuro al que llegó una pareja de artistas torturados, cercenados; puesta a prueba su humanidad. El trasfondo político se respira desde el primer segundo.

Programada dentro del ciclo Por Música, en el Micro Teatro México, este cachito de realidad que es Guitarras X Metrallas, se ubica “en cualquier espacio y tiempo en donde la atrocidad y la apatía humana permiten que sucedan este tipo de cosas”. En la obra los cuatro actores intercambian los cuatro roles, lo que hace un conjunto de 12 posibilidades con tres finales distintos.
En un momento en el que parece que todo apunta a la desesperanza, luego de la desaparición forzada de 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, este equipo de cuatro actores monta 15 minutos de dolor y amor. Y los refriega en la cara. La existencia misma de la obra es producto del despertar “de un México que también está luchando”.

La idea bulle en la cabeza y corazón de Mel Pacheco, actriz, dramaturga y productora luego del “temor, enojo, frustración y tristeza que me producía ir a las marchas por Ayotzinapa. Iba en un acto de protesta, pero en realidad me daba mucho miedo, y cuando regresaba a mi casa pensaba ‘estamos de la chingada’, lo que me llevaba al llanto y a sentir que no estaba haciendo nada”. Después empezaron las detenciones en las marchas, el encarcelamiento de Bryan y Jaqueline, el secuestro de Sandino, y se fueron sumando estudiantes y artistas. De ese “bombardeo emocional” surge el texto, pues quedaba claro que “cualquiera puede ser víctima de una desaparición forzada y no nada más los activistas políticos”.

¿Y dónde queda la esperanza?

“La esperanza seguirá viva en tanto haya propuestas como esta, que sigamos denunciando, que no nos quedamos callados; que transformemos la rabia en esperanza, que transformemos la inconformidad en un acto de protesta, en un ‘basta, no estoy de acuerdo’. Y hoy, más que nunca, radica en no quedarse callados, alzar la mano y decir ‘yo no decidí esto’”.

El reto es sensibilizar, exponer y exhibir desde la actividad artística, pues “nosotros tenemos la fortuna, dentro de nuestra intensidad, de nuestros demonios y ángeles, de permitimos ser un poco más empáticos al ponernos en el papel de otras personas, circunstancias, espacios y tiempos. El papel que juega cualquier actividad artística en estos momentos es el de sensibilizar a aquellos que se mantienen apáticos y alejados, en otras realidades, o que sólo se ven afectados cuando hay tráfico por las manifestaciones”.

La entrevista es colectiva al término de las dos últimas funciones de un domingo cualquiera. Imposible adivinar cómo resisten a la intensidad de los minutos de actuación. El público llora, se reacomoda, se pone la mano en la boca como conteniendo un grito. La obra, sin duda, trastorna. Las voces de Adriana Reséndiz, Mel Pacheco y Rodrigo Ostap se mezclan en la entrevista. Les gusta su trabajo, no hay duda, y el público lo agradece.

“Pensamos que la obra puede ayudar a formar un criterios. Aquí hemos tenido a personas que no creen en todo lo que está pasando en el país. Hay muchas personas que viven en otra realidad y de pronto ven que todo esto es real y puede modificar su pensamiento. Habrá uno al menos en cada función que se le mueva la conciencia. Uno que diga, ‘no puedo permitir que suceda, porque la vida vale’.

El trabajo actoral es impecable, pero los personajes no están construidos desde ahí, sino “de atravesarlos y transitarlos desde nuestros propios miedos, límites, demonios. Fue un trabajo muy intenso y desgastante, pero muy profundo, porque era trabajar con nuestra propia oscuridad y luz”. Es, ante todo, un montaje honesto, de verdad, y eso se nota.

Las doce posibilidades que se presentan de jueves a domingo en Guitarras X Metrallas “no sólo radican en las posibilidades que podemos dar los actores, sino en las posibilidades que están sentadas aquí, de conmoverse, de sentir con nosotros. El hecho de que el público esté tan cerca es que todos vamos en el mismo barco. No existe eso de que yo estoy en un escenario y tú estás del otro lado, sólo de observador. Estás ahí porque también eres mexicano, porque estás en este peligro, porque también tienes que despertar y porque te debe de importar…”.

Guitarras X Metrallas (¡Último fin de semana!)
Jueves y Viernes: 9:10 · 9:40 · 10:10 · 10:40 · 11:10 · 11:40
Sábados: 8:10 · 8:40 · 9:10 · 9:40 · 10:10 · 10:40
Domingos: 7:10 · 7:40 · 8:10 · 8:40 · 9:10 · 9:40

Micro Teatro México, Roble número 3, colonia Santa María la Rivera. http://www.microteatro.mx/

 

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