La violencia empobrece a pobladores en el Ajusco

Emilio Rabasa Véjar

México, Distrito Federal. “El miedo se apoderó del Ajusco”, define Alberto Guerra, alpinista que frecuenta la zona y que ya sufrió dos asaltos en la ola de violencia que azota a estas montañas. “No sabemos qué hacer, le pedimos a las autoridades que pongan atención pues cada vez menos turistas vienen y éste es nuestro sustento. ¿De qué otra manera alimentamos a nuestras familias, si no?”, lamenta el poblador Jesús Rodríguez.

Para los capitalinos, el Ajusco representó el regalo de tener un lugar tan cerca y a la vez tan diferente. Esta zona se encuentra en las orillas del Distrito Federal; es una zona montañosa con volcanes extintos y mucha fauna y flora perteneciente al bosque.

La violencia, la inseguridad, las drogas y la tala ilegal, entre otros fenómenos, son los principales enemigos de la zona boscosa del Ajusco, una de las más ricas del país. Fue una zona cercana a la capital mexicana, a la que acudían las familias a distraerse y contagiarse un poco de la tranquilidad, la belleza natural y las diversas actividades que tiene la zona para el entretenimiento.

Algunas de las actividades que se pueden realizar son andar a caballo por praderas y montañas, caminar, rentar motos y cuatrimotos para recorrer las pistas de obstáculos, comer en restaurantes con productos típicos como el conejo y la trucha, y jugar gotcha o futbol.

En los últimos años, la ola de inseguridad creció de manera alarmante en la zona turística que rodea a la ciudad capital. Integrantes de diversas organizaciones señalan que entre los lugares no recomendables para visitar por la violencia están La Marquesa, en el Estado de México, y el Ajusco, ambas invadidas por las drogas, las armas y los asaltos.

Jesús Rodríguez, comerciante y dueño de diversos negocios en el Ajusco, señala que la actividad económica con la que sostuvo a su familia disminuyó de forma que jamás creyó posible, debido a la violencia.

“Tengo varios caballos y unas cuatrimotos, que es mi material para sobrevivir. Poco a poco me hice de algunos locales, como restaurantes, y gracias a ellos la voy llevando. Es muy complicada la situación actual de la zona, pues las autoridades hacen caso omiso a las demandas y argumentan que las zonas son muy grandes como para buscar a los delincuentes”, relata Rodríguez.

Diversos medios de comunicación reportan que las zonas riesgosas dentro del Ajusco son El Pico del Águila, las espaldas del Iztaccíhuatl, San Rafael, Nexcoalango, La Joya, El Cerro del Telapón y Las Lagunas de Salazar; así como Llano Grande, Río Frío y Las Lagunas de Zempoala, que actualmente no presentan condiciones de seguridad para poder visitarlas. Éstas últimas son señaladas como zonas de alto riesgo, pues varios grupos de narcotraficantes operan ahí.

El comerciante entrevistado indica que a pesar de que existen zonas de riesgo, aún hay lugares con seguridad extrema, como las zonas de campismo, los locales donde venden los árboles de navidad y algunos balnearios, todos bardeados y con gente patrullando todo el tiempo.

“Vienen scouts de muchas partes de México para tratar de prevenir e informar a la gente de la inseguridad que se vive. Desde hace cuatro años se comenzó a reportar la situación, pero no sólo por parte de los scouts, sino de campistas, alpinistas y sobre todo quienes vienen a divertirse en familia. No sabemos qué hacer, le pedimos a las autoridades que pongan atención pues cada vez menos turistas vienen y éste es nuestro sustento. ¿De qué otra manera alimentamos a nuestras familias, si no?”, exige Rodríguez.

Alberto Guerra, alpinista que acude aproximadamente dos veces al mes a escalar las montañas del lugar, indica que ya lo asaltaron dos veces. El sigue visitando el Ajusco pues, valora, es uno de los lugares mas tranquilos que ha visitado. “Sí denuncié, pero de momento no se ha sabido nada. Cuando yo fui me dijeron que una pareja denunció el mismo acto y con las mismas características que mi asalto. Es lamentable que no se ponga atención”, alerta Guerra.

De acuerdo con diversos reportes, cada semana se registra al menos un robo en esta zona, y la espalda del Iztaccíhuatl es el lugar de la que se tienen más reportes de violencia. El alpinista explica que mucha gente no denuncia, pues lo considera una pérdida de tiempo. Ante la situación, se crearon diversas comunidades en Internet para alertar a la gente de los peligros. “Subes a la montaña, te encuentras relajado y en cuestión de minutos, eres amenazado, despojado y llevado a zonas desconocidas. Puedo percibir la disminución de la gente que viene a esta magnífica zona del país. El miedo invadió al Ajusco”, indica el deportista.

Jesús Rodríguez pide a los medios de comunicación que transmitan el sentir de los pobladores, que ya tienen que deshacerse de los negocios familiares para ir a la Ciudad a buscar suerte. “A quienes usted ve en un semáforo vendiendo frutas o paseando caballos en las grande avenidas es gente de estas zonas, que no encontró otra solución. Si no, optan por la fácil: unirse a la delincuencia”, finaliza.

25 de mayo 2014

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