Guerrero, México. Después de casi un año de aparente calma, el Consejo de Ejidos y Comunidades Opositoras a La Parota (CECOP) retomó la lucha contra la instalación del mega-proyecto hidroeléctrico La Parota, en Guerrero, en respuesta a la amenaza de que este año lo retome la Comisión Federal de Electricidad (CFE) con el apoyo de los gobiernos federal y estatal.
Según el programa de la CFE, los trabajos comenzarían en julio de este año sobre el río Papagayo, para concluirse en octubre de 2016, con una inversión de casi 900 millones de dólares. El proyecto tiene prevista la inundación de 17 mil 300 hectáreas de tierras cultivables de los bienes comunales de Cacahuatepec, localidad ubicada al norte de la zona urbana de Acapulco, para generar 900 MW, con lo que desaparecerían aproximadamente 39 comunidades, 25 mil campesinos serían afectados de manera directa y más de 70 mil de forma indirecta.
Las elecciones para gobernador del estado (ocurridas el pasado 30 de enero) regresaron el tema de La Parota como promesa de campaña de los principales contendientes. Además, el Congreso de la Unión autorizó este proyecto de infraestructura para los próximos tres años. En respuesta, el CECOP convocó a la solidaridad de la población para retomar su mayor estrategia de resistencia: los plantones que impiden el paso de los trabajadores de la CFE para la construcción de la presa. Por lo pronto, y de manera indefinida, el pasado 9 de enero fue reinstalado un reten en la comunidad de Parotillas.
De acuerdo con la ley agraria, el proyecto sólo podrá ser puesto en marcha si los comuneros de Cacahuatepec están totalmente de acuerdo. Esa exigencia legal ha marcado el proceso por innumerables asambleas fraudulentas organizadas por la CFE. «Durante más de 7 años hemos detenido el proceso de construcción de la hidroeléctrica, y por lo mismo ni siquiera ha iniciado, primero gracias a la decisión de los pueblos y después por el camino que ha seguido en los tribunales, donde también se ha ganado», explica Rodolfo Chávez Galindo, miembro del CECOP.
La acusación común a quienes se oponen a La Parota es que están en contra del progreso del estado y del país. «Los gobiernos dicen que nos oponemos al desarrollo y nosotros lo que decimos es: desarrollo ¿para quién?». Él mismo contesta: «El proyecto La Parota está encubierto. Se presenta como si fuera de la CFE, pero quienes están detrás son grandes empresas transnacionales de origen estadunidense y español, que esperan su entrada a diversos negocios que van de la construcción hasta la generación y después la venta de energía».