El pasado 28 de febrero se informó el deceso a los 66 años del periodista caleño José Alberto Tejada, quien falleció producto de un cáncer que venía tratándose hace algunos meses. José Alberto fue líder juvenil en los años 80, luego líder sindical en el Valle del Cauca y posteriormente director del Canal 2 de Cali, un medio alternativo de televisión que tomó un papel protagónico en el marco del denominado estallido social de 2021 en Colombia, cuyo epicentro fue la ciudad de Cali. En el último tiempo se desempeñó como congresista del Pacto Histórico (fuerza política del gobierno de Gustavo Petro).

José Alberto fue un personaje polémico, muchas personas tenían desavenencias con él por algunas de sus posiciones políticas que podrían interpretarse como conciliadoras con sectores del poder y el empresariado, sin embargo, es incuestionable que la labor comunicativa que desplegó en medio de la coyuntura del estallido social, marcó un hito histórico para los ejercicios periodísticos y de comunicación alternativa en Colombia, y sin duda, debe ser ejemplo para cualquier medio del mundo. En esta columna quisiera resaltar algunas de las enseñanzas y desafíos en la comunicación que dejó marcado este gran periodista demócrata colombiano.

Periodismo con “sabor especial de boca y sentimiento de piel”

El 28 de abril de 2021 fue el inicio de una coyuntura histórica en Colombia, pues la convocatoria a un paro nacional en contra de las reformas neoliberales del entonces presidente Iván Duque, se transformó en un alzamiento popular de tres meses a nivel nacional, y al ser Cali el corazón del desborde popular, José Alberto junto a su equipo decidieron convertirse en los testigos que registrarían los horrores y crímenes del terrorismo de Estado contra la población. 

Poniendo en riesgo sus vidas, estos periodistas salieron a las calles día y noche para estar con las comunidades, para registrar lo que verdaderamente ocurría en las barriadas populares y así desmentir lo que los medios plegados al poder se ensañaban en informar (desinformar) masivamente. En una entrevista que le realizamos en medio del estallido en 2021, José Alberto nos contaba cómo se ganó la confianza de la sociedad:

“Nos hemos metido a vivir con la gente el drama de lo que está pasando, no hemos reportado desde una columna por allá en un quinto piso mirando desde un telescopio los eventos a través del celular. Nosotros, por el contrario, nos hemos metido ahí, en el barrio, con la gente y eso nos ha dado un sabor especial de boca, un sentimiento de piel” (1).

Aguantando tiroteos y poniéndose de frente a las fuerzas estatales que reprimían las movilizaciones, entendieron el momento coyuntural y se fueron sin miedo y sin timidez, por informar desde el lado de los jóvenes populares que eran asesinados, torturados y lesionados por las fuerzas estatales y paraestatales (2). Fue así que se ganaron el amor de lo que José Alberto bautizó como “La Muchachada”, la misma que luego lo bautizaría a él como “El Cucho del Canal 2”:

“Cuando los muchachos vieron que nos quedamos y realizamos el cubrimiento y no corrimos, se dieron cuenta que éramos confiables, que no fuimos a realizar reportería a distancia. Ahí empezamos a ganarnos su cariño y respeto. Fueron ellos los que comenzaron a llamarnos”.

José Alberto con su micrófono escuchó al pueblo, le brindó los medios a la sociedad para expresar su palabra, sus dolores, necesidades, esperanzas y anhelos. No impuso un límite de tiempo para contener la palabra de la gente y mientras caminaba por toda la ciudad, duró horas hablando con las personas que se encontraba en las calles. Se detenía a hablar con cualquier persona sin importar su condición económica e intelectual, todas las voces eran importantes para entrevistar. Fue así que el Canal 2 y su director, se ganaron el cariño del pueblo caleño por su labor informativa seria, veraz, constante y sencilla a la hora de comunicar.

Su trabajo no se quedó meramente en transmitir la palabra de la sociedad, él también marcaba posiciones políticas claras, denunciando el terrorismo de Estado y exigiendo democracia y justicia. Esto puede verse con claridad en el mensaje que envió el 20 de julio de 2021, donde luego de vivir una jornada de terror en las calles, se declaró en oposición política al gobierno de Iván Duque, al que denominó como una “caterva de rufianes” y “un grupo de criminales investidos con poder político” (3).

Su decisión de informar con veracidad le trajo grandes problemas, entre ellos los económicos, pues muchos de los grupos que pautaban en el canal retiraron sus recursos y se negaron a seguir pautando. Pese a esto José Alberto y su equipo de trabajo, resistieron. Al mismo tiempo llegaron amenazas contra sus vidas, lo que llevó a que tuvieran que salir a grabar en las calles él y su camarógrafo con chaleco antibalas y cascos. Los hostigamientos del aparato estatal y paraestatal llegaron hasta sus viviendas, lo que llevó a que tuvieran que salir acompañados de un cuerpo de guardaespaldas de la comunidad.

El trabajo que el Canal 2 realizó en medio del estallido, hizo evidente que, si un medio se posiciona realmente del lado de la gente y se unta de pueblo (caminando sus calles, comiendo con la gente, viviendo sus realidades), la sociedad lo respaldará con todo su amor. Fue así que, espontáneamente frente a las instalaciones del canal se hacían plantones donde las personas gritaban arengas que daban las gracias por su labor, de igual manera se hacían murales en las calles homenajeando al medio del pueblo. Paralelamente a esto, en otras ciudades como Bogotá la sociedad movilizada iba a las instalaciones de un medio del poder (RCN) para pintarle insultos y arrojarles piedras a sus instalaciones por desinformar permanentemente.

Un cerco mediático a los medios del poder

El ejercicio del Canal 2 en la ciudad de Cali, además de desnudar el terrorismo de Estado, permitió ver la potencia que podría tener un proyecto comunicativo de contrainformación. El reconocimiento y legitimidad que ganó el canal a nivel nacional fue impresionante, sus visualizaciones en las transmisiones en vivo eran de miles de personas conectadas siguiendo la situación; cada que se publicaba un nuevo video, sus reproducciones eran masivas, las personas participaban compartiendo y comentando en cada video. Gran parte de la sociedad optó por informarse a través de este medio y dejó de lado a los medios hegemónicos, pues en el Canal 2 veían una propuesta honesta que decía la verdad y mostraba los hechos como estaban sucediendo.

La decisión de José Alberto de implementar un “acuartelamiento periodístico de primer nivel para cubrir la coyuntura”, es un ejemplo de la capacidad que tienen los medios alternativos cuando deciden salir a las calles con potencia, sin embargo, es evidente que no es fácil mantener este esfuerzo de manera individual, pues la realidad económica de todos los ejercicios de contrainformación es limitada, lo que no permite contar con periodistas y reporterías en todos los territorios, por tanto, se evidencia una vez más la urgente necesidad de que, entre todos los medios alternativos se logren complementar los unos a los otros, creando agendas comunes de información, compartiendo contenidos entre sí y haciendo alianzas para cubrir la realidad de los territorios en donde se encuentren. De esta manera se podría construir un cubrimiento nacional y regional de las sociedades latinoamericanas.

Lo que sucedió en términos comunicativos en medio del estallido social, también deja una gran lección, pues mientras el Canal 2 tenía la información directa de las comunidades, los medios plegados al poder se quedaron viviendo la coyuntura desde la barrera de sus amos, es decir desde el lado de la policía que reprimía a la sociedad. No tenían acceso a las fuentes que realmente contaban la realidad, lo que los llevó a crear noticias falsas, inventar teorías conspirativas para desatar el miedo, o hasta en algunos casos, construir sus artículos a partir de lo que decían los medios alternativos.

Fue así como en la práctica se constituyó un cerco mediático alternativo popular a los medios hegemónicos. La sociedad comprendió quiénes decían la verdad y quiénes simplemente manipulaban la información y alimentaban así las practicas del terrorismo, pues la desinformación es un crimen que a los medios del poder no les importa hacer abiertamente, ya que son medios sin ética por la sociedad y que responden únicamente a los intereses de sus patronos, los poderes económicos que les financian sus empresas comunicativas y a quienes deben servir por encima de todo.   

Con José Alberto hicimos un empujón para construir una unidad comunicativa, fue así como se dio inicio a la Alianza de Medios Independientes, donde participábamos inicialmente el Canal 2, Contagio Radio, Kavilando, desdeabajo y desinformemonos. Este fue un ejercicio interesante que duró poco tiempo y que fue una ganancia, pero que no pudo dársele continuidad porque las agendas propias no lograron trascender a construir una agenda común más allá de algunos programas quincenales que hacíamos. Sin embargo, la decisión del “Cucho” de aceptar su postulación a la política parlamentaria desboronó lo poco que habíamos construido, pues su liderazgo daba cohesión y legitimidad, pero con su salida del periodismo quedamos debilitados.

Fue un tema que conversamos, le dijimos que no era acertado ingresar a la política institucional, pues su papel era más importante fuera del Estado. Al final, el tiempo nos dio la razón. El Canal 2 perdió su amplio publico ganado a pulso en medio del estallido y el resto de medios alternativos quedamos en la misma situación de siempre: la marginalidad. Por su lado el “Cucho” perdió también su liderazgo y desató controversias con diversos grupos sociales que antes lo apoyaban. Quizá esta situación llevó a que se enfermara, pues se debía sentir impotente en los fríos escenarios de la institucionalidad, que lo aislaron del calor de las comunidades. Esta situación debe traer reflexiones profundas.

Pese a esto, José Alberto nos dejó algunos desafíos para los medios alternativos, entre ellos “la tarea es reproducirnos como flores silvestres, enredarnos, crear sistemas capilares donde unos y otros compartamos fuentes, información, mecanismos de visualización de nuestra información. Ser capaces de crear de manera conjunta parrillas consolidadas, potentes, que le den contrainformación a la gente (…) Necesitamos medios pequeños, medianos, grandes, con capacidad de armonizar unas parrillas en lo audiovisual, escrito, impreso, radio, con contenidos fuertes, muy bien hechos, con capacidad argumental e informativa”.

Sueño similar al que el Periódico desdeabajo le ha apostado desde hace años con la propuesta de un Sistema Nacional de Comunicación Alternativa. Sin duda el reto de crear medios fuertes que allanen el camino de otra sociedad es un punto fundamental para los movimientos sociales a nivel global. La disputa cultural y la educación política es imprescindible para construir otra sociedad.

Despedida

A José Alberto lo despidieron con un acto en Puerto Resistencia, ese lugar que fue el corazón del desborde popular. Bajo la sombra del monumento de PR, florecido de la fuerza y belleza de la resistencia del estallido, muchas personas dieron sus últimas palabras para despedir al “Cucho”. Hubo un acto cultural, olla comunitaria y muchos sentimientos encontrados. Entre las arengas que le cantaban a José Alberto se escucharon gritos de agradecimiento y de cariño (4).

Para cerrar, le dejo una canción al “Cucho”, un tango que tiene la ternura de contar esa vida de las y los de abajo que viven las inclemencias e injusticias de este sistema de muerte, ese que en medio de todo José Alberto quiso cambiar.

Notas

1. Ver entrevista completa en: https://www.youtube.com/watch?v=GSzlzFrIP6Y
2. Ver artículo “Un ejercicio periodístico impecable” en: https://www.desdeabajo.info/actualidad/colombia/item/un-ejercicio-periodistico-impecable.html
3. Ver mensaje al poder político el 20 de julio de 2021: https://www.facebook.com/canal2cali/videos/4453892187974614
4. Ver transmisión de la despedida en Puerto Resistencia: https://www.facebook.com/canal2cali/videos/724777206448598