A cuatro años de la represión sufrida el 3 y 4 de mayo de 2006 por los habitantes de San Salvador Atenco “seguimos sembrando la tierra y eso significa que ganamos”, cuenta Trinidad Ramírez, integrante del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT), mientras deshierba, azadón en mano, un sembradío de frijol.
La también esposa de Ignacio del Valle, preso en el penal del Altiplano y sentenciado a 112 años de prisión por su participación en el movimiento contra el proyecto aeroportuario, advierte: “El hecho de que unos estén presos, no detiene la lucha por la defensa de la tierra.”
Pero la historia de la criminalización a los habitantes de Atenco no comenzó en 2006, sino en el 2000, cuando se pretendió construir un aeropuerto alterno al de la Ciudad de México y fueron expropiadas cerca de 5000 hectáreas de tierra mexiquense.
El FPDT se creó para evitar la construcción del aeropuerto y luego de múltiples demostraciones en repudio al proyecto, éste se dio por cancelado en agosto del 2001.
La venganza del Estado
“La represión del 3 y 4 de mayo de 2006, no fue sólo porque hayamos ido a solidarizarnos con nuestros compañeros floristas. Más bien, fue por haber desafiado al Estado, tirando un decreto presidencial”, asegura Trinidad.
El 3 de mayo de 2006, el FPDT y adherentes de La Otra Campaña se solidarizaron con un grupo de floricultores de Texcoco que se resistía a dejar sus puestos y se desató un enfrentamiento, durante el cual un joven murió.
Al día siguiente, más de tres mil policías entraron armados a Atenco. “Fue una represión brutal y cobarde, con un saldo de dos jóvenes asesinados, más de 200 detenidos y cerca de 30 mujeres violadas.”
Posteriormente, la mayoría de los detenidos fueron recluidos de manera ilegal en el Penal de Santiaguito y más tarde, a 172 de ellos se les dictó auto de formal prisión por diversos delitos.
Hasta el día de hoy, los culpables no han recibido castigo alguno y continúan presos 12 de los hombres detenidos aquel día.
Una amenaza latente
A principios del 2009, el gobierno federal, a través de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), nuevamente buscó apropiarse de espacios en territorio mexiquense, para “crear la zona de rescate ecológico del lago de Texcoco”.
“Nuestras tierras siguen en riesgo con el proyecto de la Conagua, pues no es otra cosa que el proyecto de aeropuerto enmascarado, aunque digan que quieren comprar tierra para ‘preservar la ecología’ ”, asegura Trinidad Ramírez.
Pero los pobladores de Atenco no están dispuestos a ceder: “No queremos ningún proyecto, lo que queremos es que se larguen de aquí.”
La lucha sigue
La intimidación a los habitantes de San Salvador Atenco continúa. “Nos hostigan continuamente con helicópteros, pero lejos de tener miedo, sentimos indignación. No estamos dispuesto a agacharnos ante nadie.”
A ocho años de haber tirado un decreto expropiatorio el FPDF sigue en pie de lucha. “El objetivo del gobierno era acabar con este movimiento, pero no lo han logrado. Lo que nosotros queremos – explica Trinidad – es tener trabajo, oportunidades y los servicios que nos corresponden. Pero el gobierno ha respondido con represión, pues no le gusta que los pueblos nos organicemos y sepamos que tenemos derechos.”
“Hay que seguir sembrando conciencia”
“Queremos respeto a nuestras tierras y a nuestra forma de vida. Exigimos recuperar la libertad de los presos y de los perseguidos y castigo para los asesinos de nuestros muertos y los violadores de nuestras mujeres.”
Pero sobre todo, los atenquenses exigen castigo para los autores intelectuales de la represión de 3 y 4 de mayo de 2006: Enrique Peña Nieto y Vicente Fox Quesada, entre muchos otros que participaron.
“Nuestra tarea – dice Trinidad – es contagiar el amor que sentimos por nuestra tierra. La movilización es la fuerza que puede cambiar este sistema. Tenemos que seguir sembrando conciencia. Es la única manera.”
Publicado el 01 de Mayo de 2010