Tras nueve días de paro ininterrumpido, los primeros trenes empezaron a salir de las cocheras hacia las 14.15 hora local (12.15 GMT), aunque se espera que no sea hasta bien entrado el fin de semana cuando la circulación se normalice del todo. Durante el fin de semana «la situación se normalizará», ha prometido el portavoz del Gobierno, Simos Kedikoglu, quien defendió la decisión de «aplicar la ley» con medidas forzosas.
El Gobierno griego ha recurrido a la fuerza para acabar con la huelga del metro de Atenas mediante la imposición de una orden de movilización forzosa y la intervención de policías antidisturbios.
Que sucedió hasta ese momento…
El primer ministro, Antonis Samarás, emitió ayer una orden de movilización civil contra los empleados del transporte público de Atenas, lo que les obligaba a volver a sus puestos de trabajo o enfrentarse a ser detenidos por un delito penado con cárcel.
El mandatario aseguró la víspera que seguiría adelante con la reforma salarial, origen del conflicto, y dio de plazo hasta las 5 de la mañana de hoy para que los trabajadores pusieran fin a la huelga de Metro bajo la amenaza de despedir o procesar a los rebeldes.
La primera respuesta llegó desde los sindicatos del resto de empresas públicas del transporte de la capital, que anunciaron una huelga por tiempo indefinido y a los que se sumó la compañía estatal de electricidad, con 24 horas de huelga en solidaridad con los trabajadores de Metro.
En la madrugada de hoy las fuerzas policiales irrumpieron en las cocheras de Metro, donde se hallaban concentrados decenas de trabajadores y, de acuerdo con diversos medios de difusión al menos 10 personas fueron detenidas mientras que una mujer debió ser trasladada a un hospital.
Pese a ello la huelga continuó pues la mayoría de las notificaciones de la movilización aún no llegó a los trabajadores, y los avisados no fueron suficientes para hacer funcionar el Metro.
Según la oficina de prensa de Syriza, principal partido opositor, a mediodía de hoy solo se habían entregado 500 cartas, de las 2 mil 500 que el gobierno debe hacer llegar a cada uno de los empleados.
El presidente del sindicato de Metro, Antonis Stamatopulos, propuso poner fin a la huelga si el gobierno accedía a mantener en vigor el convenio colectivo que expira en abril, mientras que Manzos Tsakos, secretario general de la organización, aseguró a Radio Vima que volver a poner en marcha el Metro «podría llevar días».
Los trabajadores convocaron una marcha para la tarde de hoy desde las cocheras del Metro hasta la Plaza de Syntagma, frente al Parlamento, para obligar al gobierno a sentarse a negociar la reforma salarial que trata de imponer por la fuerza.
El parlamentario de Syriza Zodorí Dritsa aseguró que «la victoria de la lucha de los empleados del Metro será el principio del fin del gobierno del memorando de Samarás», mientras que oficinas de correos, escuelas e institutos cerraron sus puertas en solidaridad con la movilización y para permitir la asistencia a la manifestación.
Por su parte el portavoz del Gobierno, Simos Kedikoglu, aseguró que el servicio de Metro se restablecería durante el fin de semana, pero ningún sindicato del transporte desconvocó la huelga que aún bloquea la capital.
El conflicto se inició el pasado 17 de enero contra la pretensión gubernamental de modificar unilateralmente el convenio colectivo para rebajar los niveles salariales, que reduciría los sueldos en 25 por ciento de promedio, igualando a la baja con el resto de los empleados públicos.
