Al 15M le queda todo por delante

Entrevista Adazahira Chávez

Las movilizaciones en el primer aniversario del 15M en España iniciaron el 12 de mayo. Esta entrevista se realiza luego de que la policía  desalojó –en la madrugada del 13 de mayo- las plazas de distintas ciudades españolas, cuando ya casi se habían vaciado de manifestantes. Pese a ello, se sostiene el programa de movilizaciones planeado: asambleas temáticas en distintos lugares, presentación de propuestas, concentraciones.

El movimiento se recuperó rápidamente del golpe represivo del ultraderechista gobierno del PP y llenó nuevamente las plazas y calles. Su idea, como al principio, es quedarse en los espacios públicos hasta el 15 de mayo. Al cierre de esta edición (06:00 horas del 14 de mayo, tiempo de España) se realizaba un segundo desalojo en la Plaza del Sol en Madrid.

Madrid, España. El último año se ha hecho visible que la crisis económica, que empezó a hacerse presente a partir de 2008, no solamente provoca una crisis social –que se aprecia en índices que cualquiera puede comprobar, como el nivel de paro, los desahucios, el empeoramiento del nivel de vida de la mayor parte de la población y las consecuencias de los recortes a servicios públicos básicos, como sanidad y educación-, sino que también puede derivar en una crisis política que ponga en cuestión el edificio institucional surgido de la Transición, y de alguna manera consagrado en la constitución española y sus instituciones.

Éso ha entrado en crisis; hay varios elementos que son señales de que esto ocurre (independientemente de los resultados electorales), y uno es un desprestigio creciente de la clase política y de las élites económicas. Ese desprestigio ha afectado también a la institución monárquica y quizá el movimiento 15M y todo el conjunto abigarrado de procesos de contestación social que se han dado en el último año-particularmente lo que ha representado la huelga general y las movilizaciones de los profesores y aquellas contra los desahucios- permiten hablar de que en este país hay una verdadera crisis política. Si atendemos a lo que está ocurriendo en otros países europeos (y Grecia no es, quizá, un mal ejemplo), esa crisis política amenaza con poner en cuestión las bases del sistema político y del sistema de partidos a corto o medio plazo.

El 15M de alguna manera se ha replegado a los barrios y probablemente haya adquirido un nivel de madurez mayor en la medida de lo que representa, que es la incorporación de mucha gente a la política, cristalizando en el trabajo de base a través de una pluralidad de colectivos. Esto ha hecho que en este país cada vez haya más gente participando políticamente, interesada en la política; hay más madurez política en este momento que hace un año.

Las movilizaciones sociales tienen el alcance que tienen, pero desde luego el movimiento ha sido capaz de redefinir la agenda política de este país y ha conseguido lo que la izquierda política y social no logró en 33 años: llamar la atención sobre una serie de elementos clave para cuestionar el sistema político y el sistema económico, tanto a nivel estatal como a nivel europeo y global.

¿Qué puede pasar de aquí en adelante? Es difícil preverlo, pero desde luego hay una crisis de legitimidad política creciente y  el 15M ha tenido mucha responsabilidad en que esto sea así.

Los niveles de indignación y la rabia social acumulada cada vez son mayores y cada vez hay más gente que ha comprendido que la política es un instrumento fundamental para cambiar sus vidas.

La derecha decía que el movimiento había terminado. Lo que hubo ayer en muchas ciudades del Estado español fue un despliegue de poder por parte del movimiento, que volvió a llenar las plazas. Era impresionante ayer por la noche la puerta de Sol y las plazas de Valencia y las otras ciudades. La participación ha sido masiva y no tiene nada que envidiar a lo que vimos el año pasado. En cualquier caso, la clave no va a ser la acumulación de manifestantes, sino la capacidad de sostener en el tiempo las campañas, que es la forma sostenida del movimiento social.

La respuesta del  gobierno fue un tanto absurda; pusieron una hora (de límite para que las movilizaciones sean consideradas legales), hablaron de las diez de la noche, luego hablaron de las 12. Finalmente lo que hubo fue en torno a las cinco de la mañana.

La segunda parte se juega ahora. La gente está convocada a la puerta del Sol. Es pronto para hablar, pero quién sabe si podría ocurrir lo que ocurrió hace un año: que precisamente el movimiento nació como la respuesta a una intervención policial injustificada. Es llamativo que en este país, al mismo tiempo que el Estado socializa los activos tóxicos de una de las puntales financieras en este país (Bankia), esté desalojando de las plazas a manifestantes que piden más democracia.

¿Qué le queda por delante a este movimiento? Le queda todo. Al fin y al cabo, hacer política es acumular recursos de poder. Entre esos recursos de poder está la movilización, pero hay muchos más. Lo que estamos viendo en Grecia es importante. Ha habido grandes movilizaciones, pero si se repiten las elecciones en junio la candidatura que va a obtener más votos es de una candidatura de izquierda de verdad, que rechaza los planes de la troika. El partido de centroizquierda, el PASOK, ha sido sobrepasado, y Syriza se podría convertir en la fuerzo política mayoritaria. Es cierto que en cada país los procesos son distintos, pero en Grecia llevan asumiendo los costes de la crisis más tiempo que en España. Quizá se está visualizando que la crisis social, de la que los movimientos sociales son la expresión muchas veces, puede derivar también en crisis política. Es pronto para hablar de eso.

El movimiento 15M es joven, no tiene portavoces, no tiene estructuras políticas de decisión muy definidas, pero está claro que tanto a nivel estatal como a nivel europeo el desafío es cómo se está construyendo Europa al servicio y bajo los intereses de las élites económicas que representan, en el mejor caso, al uno por ciento de la población.

Publicado el 14 de mayo 2012

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Una Respuesta a “Al 15M le queda todo por delante”

  1. Verónica Bonvini

    El movimiento de los indignados es un ejemplo y
    una esperanza para todos nosotros de que el mundo pueda cambiar y darle una oportunidad a los de
    abajo y a los sin voz.

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