“No me voy a ir de aquí hasta que encuentren a mi hijo”: madre de José Luis Luna, desparecido en Iguala

Alaidé Martínez

Chilpancingo, Guerrero. Su hijo se inscribió a la Normal de Ayotzinapa porque no le alcanzaba para la universidad y quería ayudar a su familia a superarse. Macedonia Torres Romero, originaria de Amilcingo municipio de Temoac, Morelos, es madre  de uno de los estudiantes de la Normal Rural Isidro Burgos de Ayotzinapa que desparecieron la noche del 26 de septiembre. Hasta el momento, no sabe nada de su paradero.

José Luis Luna Torres cursa su primer año de estudios profesionales. Llegó a la Normal de Ayotzinapa a estudiar. Quería comprarle zapatos nuevos a su mamá. Hoy, ella está en Chilpancingo, Guerrero, buscándolo. Él es uno de los normalistas desaparecidos desde la madrugada del sábado 27 de septiembre, luego de que policías municipales de Iguala atacaron a un convoy de estudiantes; hay 6 muertos y 38 desaparecidos.

Con lágrimas en los ojos, doña Macedonia relata el viacrucis que vive desde el sábado 27 de septiembre, cuando un vecino de su comunidad le dio la noticia de que en Chilpancingo había ocurrido un “enfrentamiento” en el que participaron normalistas de Ayotzinapa.

Proveniente de familia campesina, doña Macedonia es ama de casa, viuda, madre de seis hijos y vende elotes y cacahuates para mantenerse. Relata que cuando José Luis terminó su bachillerato, decidió venir a Guerrero a estudiar la Normal, pues no le alcanzaba para pagar una universidad pero quería sacar adelante a su familia.

Ante la insistencia de su madre, que le pidió no irse a Guerrero porque está muy lejos de su comunidad, José Luis le dijo que su mayor deseo era estudiar y que en la Normal de Ayotzinapa no se pagaba por que es como un internado. Por esto, después de terminar su educación media superior, José Luis trabajó en el campo, para poder comprarse zapatos, tenis y pagar su pasaje con destino a Guerrero.

La noche del pasado 26 de septiembre, un grupo de policías municipales de Iguala disparó a mansalva a estudiantes de la Escuela Normal Rural Isidro Burgos de Ayotzinapa que salían de la ciudad en autobuses de los que se apropiaron. El saldo fue de tres estudiantes y tres civiles asesinados, además de otros que resultaron heridos y 38 desaparecidos, entre ellos José Luis.

El sábado 27 de septiembre, un vecino de Doña Macedonia, cuyo hijo es también estudiante de la Normal de Ayotzinapa, le dio la noticia. Ella dejó de lado la carga que iba a vender ese día y salió de inmediato hacia Guerrero. Desde entonces,  emprendió la búsqueda.

Con lágrimas, más de coraje y desesperación que de tristeza, responsabiliza al gobernador del estado, Ángel Aguirre Rivero, por los acontecimientos en donde su hijo desapareció. Exige, a gritos, que se haga justicia, que busquen a los estudiantes con el mismo interés que lo hacen cuando buscan los votos en tiempos de campañas: “Yo no me voy a ir de aquí hasta que encuentren a mi hijo, hasta que esté bien, vivo lo agarraron y vivo lo queremos. Los responsables son los policías que lo agarraron, ¿Por qué les pegan sin pedir permiso? Ellos andan recaudando alimento para comer. ¿Por qué salen a botear? Porque no tienen lo necesario. ¿Por qué el gobierno no les ayuda? ¿Por qué no les dan nada? ¿Por qué cuando quieren la votación ahí andan? ¿Por qué prometen cualquier cosa? ¿Y ahora qué? Nos están chingado, a nosotros como campesinos y a los estudiantes”.

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