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Peripecias del Sur y Autonomía

Salvador Schavelzon

Los nietos del MIR que encendieron el estallido de 2019: “El MIR ya no existe, pero el proyecto revolucionario sí”. Entrevista con Víctor Chanfreau, de Unión Rebelde, Chile

(Foto de 2020, Diario La Tercera)

Conversamos con Víctor Chanfreau, de la organización política Unión Rebelde y ex vocero de la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES). Su agrupación reconoce la herencia rojinegra del MIR, y además de un papel importante en la ACES tiene trabajo territorial en poblaciones y hoy se pregunta también por el modelo de vida, debatiendo sobre el sector productivo y la organización territorial del país. Unión Rebelde nace de la lucha estudiantil secundaria en tiempo del segundo mandato de Michelle Bachelet (2014-2018), alejada del recorrido institucional que seguirían las organizaciones estudiantiles ligadas al Partido Socialista, Partido Comunista y de los dirigentes que formarían el Frente Amplio. Este sector político estudiantil se opuso desde las calles y asambleas en colegios a los sucesivos pactos con el gobierno en las distintas reformas educacionales. En 2016, la ACES realiza una inventiva protesta en que se hicieron pasar por turistas e ingresaron al Palacio de la Moneda con un gran cartel notificando al gobierno de Bachelet por el fracaso de su política para el sector. ctor Chanfreau y otros compañeros de la organización fueron detenidos en las protestas por la muerte de Camilo Catrillanca en 2018 frente a la Dirección General de Carabineros y, en octubre de 2019, son ellos quienes convocan las evasionescontra el aumento de 30 pesos del precio del metro, que días después derivaría en el estallido social que llevó millones a las calles de todo el país. En 2020 vendrían nuevas detenciones cuando boicotearon la Prueba de Selección Universitaria (PSU), protestando contra una educación arancelada y restrictiva. La ministra de Educación del gobierno de Piñera, Marcela Cubillos, actual candidata a alcalde de Las Condes y ex convencional constitucional, enfrentó públicamente a los estudiantes que organizaron el boicot masivo anunciando su procesamiento por desorden público y que se les prohíba realizar la prueba, en lo que podría verse como parte de la disputa y discusión por el modelo de universidad y por quién hace parte de esta. Recientemente y no por casualidad, en septiembre de 2024 estalló un escándalo por el salario de 17 millones de pesos mensuales (19 mil dólares) que la misma Cubillos recibía en la Universidad San Sebastián, sin dar clases ni tener méritos académicos adecuados para esa contratación.

ctor Chanfreau es nieto de un militante del MIR desaparecido, Alfonso Chanfreau, en homenaje a quien cambió formalmente su apellido. Víctor habla en esta entrevista a 50 años de la muerte de Miguel Enríquez y de la desaparición de su abuelo; y a 5 años del estallido social iniciado el 18 de octubre, después de la represión que siguió a las evasiones llamadas por los estudiantes cuatro días antes. Junto con la lucha estudiantil, Unión Rebelde se organiza hoy frente a otro fracaso político de promesas incumplidas y pactos conservadores: el del gobierno de Gabriel Boric. Tras la muerte de Piñera, Boric calificaría a su antecesor como estadista y demócrata, dejando atrás el pedido de enjuiciamiento por la represión del estallido que había exigido cuando era diputado opositor. Boric llegaría a la presidencia en las elecciones de noviembre de 2021, dos años después de sentarse a firmar el pacto congresal multipartidario del 15 de noviembre, que buscó apaciguar la revuelta que por entonces se expandía. Podemos ver en contraste con Boric, al momento del fallecimiento del presidente que enfrentó al estallido con represión asesina, Víctor Chanfreau escribió en su cuenta de Instagram «nunca olvidaremos a aquellos que nos legaron este sistema a través de la violencia y la opresión. No olvidaremos que Piñera fue un empresario que se enriqueció estafando, vendiendo y privatizando nuestros derechos sociales. Un político que convirtió las necesidades de nuestra gente en su mayor negocio. No olvidaremos que cuando el pueblo dijo ‘¡basta!’, él declaró la guerra. Aquí la entrevista con Víctor, desde Santiago:

Salvador Schavelzon: Estamos a días del 50 aniversario de la caída de Miguel Enríquez, quería comenzar con la lectura que ustedes hacen de recuperación histórica y balance del MIR. Pero antes quería pedir que te presentes.

Víctor Chanfreau: Soy Víctor Chanfreau, militante de la Unión Rebelde, organización de la izquierda revolucionaria de aquí de Chile. En términos familiares, además de en el lado político, hay conexión con el MIR porque mi abuelo y mi abuela fueron militantes del MIR, mi abuelo es desaparecido el 30 de julio del 74. El 74 es el año de la ofensiva represiva contra el MIR. Es ahí el golpe contundente contra la organización de la izquierda revolucionaria. Mi abuelo es militante de aquí de Santiago, aunque estaba en ese momento en la zona norte, él participaba del GPM 5 (Grupo Político Militar), que hacía tareas en el sector Sur Oriente de Santiago, en el vínculo con los estudiantes. Mi abuela cae al día siguiente detenida, la van a buscar a la casa también y a mi abuela la utilizan como un instrumento de tortura hacia mi abuelo Para quebrar a mi abuelo. A las dos semanas le dicen que se despidan y se llevan a mi abuelo. Aunque hay relatos que también a mi abuelo lo torturaron en Villa Grimaldi. Y desde ahí, que no se sabe nada de él. Mi abuela logra sobrevivir a la tortura, después está detenida en un par de centros de reclusión clandestinos más y la liberan a los meses después y la mandan al exilio a Francia. Mi mamá tenía un año y poco. Mi mamá tiene una parte importante de su crianza en Francia. Además del vínculo familiar que existe con el MIR está el vínculo político con la organización política en que milito. Es mucho decir la Unión Rebelde nos reconocemos herederos de ese proyecto, pero recogemos parte importante de ese proyecto. El MIR fue una organización que supo referenciar un proyecto revolucionario en Chile a través de frente de masas y lucha política en amplios niveles, no a través de la institucionalidad y supo construir una alternativa. Y supo avanzar en la lucha de los sectores de los sujetos que ellos reconocían, los pobres del campo y de la ciudad, y supo encarnar esa alternativa revolucionaria que consideraban que se necesitaba en ese momento en el país. Además, les reconocemos también en términos políticos y esto independiente de los errores y balances que se pueden hacer ahora 50 años después, pero que decidieron quedarse a pelear junto a su pueblo. Y ahí los reconocemos también no solo en términos políticos, lo que significó quedarse a resistir acá, sino que también en términos del coraje y la valentía desde lo humano, por sobre la muerte y la miseria, la valentía necesaria para quedarse resistiendo en esos tiempos. Consideramos que un legado que hay que reivindicar, no solo por el MIR sino que más amplio por el proyecto revolucionario que es por lo que hoy día militamos. Sabemos que el MIR hoy ya no existe, pero sí existe un proyecto revolucionario, y estamos en la construcción y reconstrucción de este.

Salvador Schavelzon: y ¿cuál es esta revolución y este proyecto revolucionario? ¿Es socialista? ¿Continúan los ideales y cambian las formas?

Víctor Chanfreau. Si. Nosotros luchamos por la revolución socialista y entendemos que ha cambiado la forma. La sociedad es una sociedad nueva, ¿no?, el capitalismo sigue siendo capitalismo, sigue existiendo la explotación del hombre por el hombre, pero hay que saber construir el proyecto revolucionario y mantener desde la bandera rojinegra el horizonte socialista al que aspiramos construir y vivir en él. Pero adaptándonos también, a que es una sociedad nueva. Adaptándonos desde el mundo de la hipercomunicación y las redes sociales y también las nuevas formas de producción capitalista, la nueva forma de la reproducción y de la relación con el otro. Vemos una sociedad mucho más individualista que en la que se desarrolló el MIR en los setenta y finales de los 60. Si bien tenemos y heredamos la perspectiva de la revolución socialista en Chile y en Latinoamérica, y el mundo, pero entendemos que estamos en una sociedad distinta, y ante eso que sabemos que hay que aprender de los errores y aciertos del MIR, para lograr avanzar paso a paso hacia el objetivo que sigue siendo el de la revolución socialista en Chile.

Salvador Schavelzon: ¿Cómo leés hoy el 73? Se podría decir que el MIR tenía un análisis acertado en el sentido de entender la fuerza con que se impuso la dictadura, y que era una guerra, donde una vía al socialismo pacífica no pudo sostenerse. ¿Cómo ves las decisiones del 73 y la relación que se instaura a la izquierda de la Unidad Popular?

Víctor Chanfreau: Yo creo que esto hay que entenderlo haciendo la relación con el hoy. Creo que hay que saber diferenciar que ni nosotros somos el MIR, ni la actual izquierda progresista, o el reformismo, es la misma izquierda que estaba por la institucionalidad en el setenta y tres. Tiene carácter de clase distinto, programas distintos; la actual no lucha por el socialismo…

Salvador Schavelzon: Hubo una decisión desde la Unidad Popular de no encarar una guerra, no armarse, no responder militarmente. También, en mi análisis hoy no hay ningún espacio para una izquierda armada que plantee enfrentarse a las fuerzas de seguridad con alguna chance de que no te destruya. La experiencia de la represión de La dictadura es algo que nosotros traemos también, ¿no?

Víctor Chanfreau: Lo que puedo decir del MIR en 1973 y en los años anteriores es que, como tú dices, hay un acierto en el análisis, respecto a que el el choque armado en ese caso entre clases es inevitable y entendemos que, si bien lo reconoce acertadamente el MIR, evidentemente hubo años que faltaron para lograr autónomamente construir esa capacidad de respuesta. Ahí hay anécdotas, pero el MIR logra, algunos militantes logran llegar a las casas de seguridad el propio 11 de septiembre. Ese día en la noche se logran reunir, ven más o menos lo que tenían que hacer según el plan que tenían definido para el momento que hubiera golpe, porque ya sabían que el golpe era un hecho. Se logran reunir varios grupos de militantes y en la casa de seguridad les pasan, no sé, una pistola por nueve militantes… una para todo el grupo. Entonces si bien hay un reconocimiento acertado en el análisis, faltaron años quizás de preparación. De poder construir la herramienta necesaria para resistir algo tan fuerte como era la sublevación completa de las fuerzas armadas contra el gobierno constitucional, contra el proyecto popular. Si bien hay un reconocimiento de un análisis acertado, era muy complicado construir una capacidad de respuesta a tal nivel de magnitud como para que se libre un proceso armado, no en igualdad de condiciones, pero con una mínima capacidad de resistir. Y si bien hay procesos destacables de resistencia del pueblo, tanto del 73, 74, como después en los ochenta, con la experiencia del Frente, lamentablemente no se tuvo esas condiciones. Y algo que hay que reconocer también, por algo es tal la derrota que se vive en el setenta y tres. Lo otro respecto del 73 que también está en cierto análisis del MIR es que el golpe no es solo contra el gobierno. El golpe no es “fuerzas armadas versus Unidad Popular”, o más individual “Pinochet versus Allende”, sino que las fuerzas armadas no se levantan por sí solas, se levantan porque son fieles representantes de intereses de una clase que estaba viendo en peligro no solo sus privilegio en términos individuales, sino que estaba viendo el peligro del sistema económico político social, que los había hecho llegar a donde estaban se estaba poniendo en duda y no solo en duda del cuestionamiento interno, sino que como sociedad se estaba construyendo algo distinto al modelo de explotación que existía y que existe hasta el día de hoy. Entonces ante eso es que no actúan por sí solos, no actúan por intereses personales, sino que se da un golpe contra un proyecto popular que estaba logrando dar no sé si los primeros pasos, pero que estaba caminando hacia construir una sociedad distinta. Había amplios sectores de la izquierda que decían que luchaban por el socialismo. Entonces hay que reconocerlo en clave de que hay un sistema en disputa, un proyecto en disputa e intereses de clases en disputa. En ese momento se da el golpe no por rencillas personales ni por algo interno que existía, sino que es un modelo en disputa y ante una clase que estaba viendo el peligro, no solo de su privilegio sino del sistema, es que deciden hacer el golpe y dar continuidad a la represión durante esos años.

Salvador Schavelzon: ¿Qué reivindicas de la figura de Miguel Enríquez como dirigente?

Víctor Chanfreau: Lo veo capaz de instalar elementos políticos complejos, hasta líneas teóricas en términos simples, en términos que se entendiera. Dista mucho de los dirigentes de hoy de la izquierda que, al tratar de explicar la lucha de clases, el enfrentamiento entre clases inevitable, se enredan con conceptos complejísimos e imposibles de entender al común de la gente. Miguel tiene eso, ¿no? En términos de su diligencia pública, de plantear eso, pero también del reconocimiento del humano y que yo creo que eso se reconocía en esos años quizás en los círculos más cercanos al MIR, pero hoy se puede entender más ampliamente de un dirigente humano desde su perspectiva de pareja, de amigos, de compañeros. Como realmente lo movía el convencimiento y el amor por su pueblo y también la decisión valiente de quedarse, Yo creo que es parte de lo mismo, ¿no? Te repito, ahí pueden existir diversos balances al respecto. Así fuera la política del MIR adecuada o no, de “el MIR no se asila”, ni de los dirigentes que se fueron al exilio, pero hay una decisión humana del coraje necesario de decir “yo me quedo a pelear con mi gente”, o “yo me quedo a combatir”. Y la dictadura también lo convierte rápidamente en uno de los más buscados. Porque se reconocía eso también, hasta el enemigo le reconocía su capacidad dirigencial y la línea peligrosa que era para el régimen. Él es la línea que representaba al MIR, de todo lo que se le reconoce desde el humano y lo más político de poder representar fielmente una idea como era la idea del proyecto revolucionario.

Salvador Schavelzon: Y cómo caracterizas al MIR Políticamente, porque hay un origen con elementos del trotskismo, al mismo tiempo hay una cercanía con Cuba, digamos, con un socialismo más oficial, alineado con la Unión Soviética. ¿Cómo lo entendemos en el mapa de las izquierdas latinoamericanas y de Chile?

Víctor Chanfreau: Ahí es interesante la disputa interna también que existe en un inicio, donde se constituye la unión de diversos movimientos más pequeños de la izquierda revolucionaria y rojinegra. Creo que en el 68 hay un congreso donde el guevarismo es la línea más bien del MIR. Bautista van Schouwen, Luciano Cruz como dirigente de masas que representa al guevarismo y se hacen del comité central. Ahí se dice que hay como una total separación con el trotskismo, lo cual no es real porque mi abuelo era trotskista y siguió durante años, se va de la Jota al MIR y permanece hasta su desaparición. Entonces ahí yo creo que hay que reconocerle el elemento de unidad que teníamos, de cómo supo hacer confluir no solo diversas organizaciones, sino que también a diversas líneas políticas y esa unidad en la acción con líneas teóricas claras. Pero es la unidad en la acción que supo llevar no solo la relación con otros sectores, sino que, dentro del propio MIR, y supieron poner en práctica su política. Yo creo que lo valorable también es ahí del MIR que se diferencia de otras expresiones. O sea, supo constituir una referencia nacional, que yo creo que es lo que se diferencia de otras organizaciones a nivel latinoamericano que quizás no lograron constituir un partido a nivel nacional. Entonces yo creo que esas son las particularidades que tiene el MIR en la experiencia en Chile, en pocos años de existencia, también. Depende de cuando consideremos que cae como organización política como tal, pero sí, yo creo que en el 74 hay un hito importante con un golpe que resiente al MIR. Pese a que después hubo otras operaciones. Pero dentro de sus cortos años logró ser un elemento de unidad y referencia de la izquierda revolucionaria que estaba planteando la lucha armada como camino desde el 73 y antes también.

Salvador Schavelzon: Hay una lectura que se puede hacer en la que a ustedes se los ve como una Izquierda mirista, digamos, nietos, si uno piensa eso en la realidad de hoy es interesante porque era algo difícil de imaginar hace un tiempo, cuando quizás la derrota de las experiencias armadas era algo más reciente. Se le da una chance a lo que sería otro intento de la izquierda por dentro de las instituciones. Pero hoy es otro momento. Hoy estamos no en la derrota de la lucha armada, sino en la derrota de lo que vino después, que es el progresismo neoliberal. ¿Qué lectura hacen ustedes de estas décadas y del hoy, después del estallido con un gobierno como el de Boric? ¿Qué lectura hacen de este recorrido?

Víctor Chanfreau: en Chile dicen que hay un fenómeno interesante las personas que comparan la transición de acá con la transición de España. ¿Cómo se pone fin a la dictadura en el `90? Por un acuerdo político de la alta política. Si bien la crisis de la dictadura se potencia por la movilización de los sectores populares y continúa hasta el fin de la dictadura, después del surgimiento de grupos más organizados como el Frente, y en la disputa de la lucha armada contra la dictadura, pero la dictadura cae también porque es en ese momento donde Estados Unidos decide quitar el apoyo a Pinochet, y se llega a un acuerdo para que sea una transición ordenada asegurando también la impunidad de los criminales de la dictadura, que dura hasta hoy. Entonces es la transición, y el primer presidente democráticamente electo después de Allende, Patricio Aylwin, después de los 17 años que gobierna Pinochet, es alguien que había apoyado el gobierno de Pinochet en el 73. Entonces eso te habla del carácter que tenía esta democracia, Pinochet seguía siendo comandante jefe del ejército, senador vitalicio, nunca hay una transición como tal que se puede decir “llegó la democracia”, o que “estábamos en las mismas condiciones en que que se fue Allende”, porque en la dictadura se cambia el modelo político y económico. Y hay un fenómeno interesante porque continúa la represión contra los grupos de la izquierda revolucionaria. Solo que continúa por miembros de ese partido de la Democracia Cristiana, en el gobierno. Y de miembros del Partido Socialista. Es conocido un organismo represivo de persecución principalmente al Frente y al movimiento juvenil Lautaro, llamado La Oficina, con miembros del Partido Socialista que estaban encabezando la represión contra esos grupos de la izquierda revolucionaria, o sea, era el mismo partido de Allende, que 17 años después de que asesinaran a uno de los más brillantes de los suyos, encabezaron la represión. Entonces hubo otro sector que se vino a hacer cargo de la democracia, de la institucionalidad, pero que continuó con la represión. Entonces ya desde ahí vemos esta democracia con un “pero”. Durante muchos años ellos fueron los administradores del modelo. Y después esta izquierda progresista o más bien socialdemócrata que hoy está en el gobierno tras procesos de movilización, pero que precisamente por este carácter de la democracia post dictatorial y por el carácter también del gobierno actual es que durante todos estos años sigue existiendo un espacio de construcción de desarrollo del discurso y del proyecto revolucionario en Chile. Se estuvo viendo durante años con el movimiento estudiantil, la primera expresión después de la dictadura en el 2001, como las primeras movilizaciones de masas después de la dictadura. Entonces reconocemos el movimiento estudiantil como un desarrollo importante de una fuerza. Yo creo que es sobreestimar decirle fuerza revolucionaria, pero sí de un esfuerzo crítico contra esta supuesta izquierda que está en el poder. También hoy el movimiento estudiantil tiene un carácter crítico respecto a esta izquierda que surgió de los movimientos estudiantiles pero que hoy está en el gobierno de Boric. entonces vemos que sigue habiendo un espacio de desarrollo de un proyecto revolucionario un proyecto alternativo a lo que tenemos hoy. Y ahí es necesario diferenciarse y no tener complejos en diferenciarse con quien hoy día está en el congreso, con quienes hoy día están en el gobierno propiamente como tal, porque representamos proyectos distintos y si bien en algunos momentos marchamos todos juntos por la Alameda desde ese momento que reconocemos que tenemos intereses distintos y que a ellos no le interesa realmente mejorar las condiciones de vida de la clase trabajadora, ni siquiera en su proyecto institucional, del que nosotros tenemos diferencia, sino que quieren ser parte de la maquinaria, de ser un capitalismo más amigable, no quieren acabar con el capitalismo Entonces ya desde esas diferencias ideológicas, es que tenemos que saber diferenciarnos y referenciar una izquierda distinta. Que pueda encarnar un proyecto revolucionario en Chile del Siglo 21.

Salvador Schavelzon: En un momento hablaste de octubrismo y noviembrismo. En Octubre estuviste desde la base, digamos, en los primeros momentos del estallido. ¿Cómo viviste el estallido, de dónde sale este análisis y hasta dónde se mantiene hoy también estas categorías?

Sí, yo creo que si bien este análisis parte como una caricatura por parte de los medios de prensa tradicionales, va a ser una diferencia entre octubrismo que era la violencia descontrolada irracional y noviembrismo, la izquierda negociadora… En el octubrismo nos reconocíamos mucho porque consideramos que era el camino de la rebelión, era el camino de que había construido el movimiento estudiantil durante muchos años, que se ve reflejado en 2019 en una revuelta amplia, y que era un poco la referencia y al fin teníamos una referencia más o menos cuál es el camino de lucha que tenía que seguir el pueblo, que nosotros consideramos que era el camino correcto que tenía que seguir el pueblo para conseguir su reivindicaciones y para avanzar hacia la transformación de la sociedad. Entonces ahí nosotros vemos que eso está en octubre. Con todos los errores también que tuvo, nosotros consideramos que a la organización sociales políticas y populares también nos pilla de imprevisto. Al igual que a la clase política, si bien sabíamos que se iba a dar en algún momento. Iniciamos la protesta por los treinta pesos, pero sería mentirte decir que esperábamos que esa protesta, esa convocatoria que hicimos a las evasiones de los metros, iba a llevar a tal nivel de rebelión del tema. El tema es que la protesta hizo sentido. Fue una protesta distinta porque la evasión en los metros no consistía solo en que los estudiantes saltaran el torniquete y se fueran a donde sea. La protesta consistía en tomarse prácticamente una estación de metro y abrir las puertas para que los trabajadores pudieran pasar. Veíamos reflejado en nuestra familia, nuestros vecinos con quienes tomamos el transporte público todas las mañanas. Entonces, ahí es que se parte, pero, aunque la derecha quiere imponer lo contrario, no es una fuerza organizada que decide “ya, el 18 de octubre comienza la revuelta”. Es algo que se da espontáneo, autoconvocado, también por el cansancio de la gente y el hartazgo que provocó un sistema brutalmente desigual e injusto y miserable como es el sistema en que vivimos.

Salvador Schavelzon: ¿Cómo te afecta a vos y a tus compañeros en lo político? Después del estallido se abren varias líneas de organización y de acción: huelga general, los cabildos, las asambleas, después vendría la convención constitucional

Víctor Chanfreau: nosotros consideramos y lo que vimos con mejor ojo fue el tema de que la violencia política popular estaba siendo organizada. Por ejemplo, el movimiento estudiantil secundario la había organizado utilizando los liceos como trinchera en el combate contra la represión. Veíamos ese ejercicio organizado de manera más aislada y lo que también pasa durante la revuelta es que se empezó a validar ese método de la barricada, del combate directo contra la represión de una manera más amplia. O sea, por poner una caricatura, la señora que antes nos pasaba agua para protestar, o lo celebraba, pero de lejos, estaba siendo protagonista de esa manera de manifestación y ahí nosotros reconocemos un elemento muy importante, que es que el pueblo se cansa de tal nivel de desprecio de las instituciones del hartazgo de las listas de espera gigantes en los centros de salud, etcétera. Se cansa y decide tomar la solución por sus propias manos y en ese momento consideraron que lo necesario era protestar con violencia política organizada desde las propias comunidades se toman esas decisiones, entonces ahí en esa línea también vemos el tema de la huelga general. Solo que ahí no se da tanto en clave territorial, que es un elemento importante, pero realmente son los trabajadores quienes dan ese paso adelante. Por eso el poder rápidamente tiene que buscar una solución. Porque ve que el problema y las movilizaciones no están siendo solo en las distintas poblaciones en los distintos territorios acá en Santiago y en el resto de las regiones, sino que estaba pasando a los trabajadores y lo que más les afecta es lo productivo. Que los portuarios, en un país con la geografía de Chile, que paralizan en todo Chile, no es cualquier cosa. Millones y millones de dólares a cada hora de puertos cerrados, salieron diciendo esos mismos días que se estaban perdiendo por la paralización de los portuarios. Entonces se les empezó a atacar donde más les duele y ahí por eso aprietan el acelerador y llega el acuerdo general del 2 de noviembre, aprietan el acelerador y llega al acuerdo del 15 de noviembre. Entonces reconocemos ahí una experiencia importante, pero también en asambleas territoriales —a veces cuesta creerlo y cuesta explicarlo también para fuera de Chile, como de quien no vivió ahí los procesos de organización— pero fueron procesos de organización autoconvocados, el pueblo reconoció que se tenía que organizar y lo que le quedaba más cerca eran los propios vecinos y vecinas, y ahí los estudiantes no se organizaban como estudiantes, sino que se organizaban como pobladores de un territorio. Entonces ahí se reconocen distintos sectores que se ponen y se ponen a disposición de asambleas territoriales, que incluso después de la revuelta quedan algunas asambleas territoriales vivas al día de hoy. Entonces ahí reconocemos un elemento importante porque más allá de los distintos roles o tareas que cumplamos en el sistema productivo, nos reconocemos, como todos, parte de una clase y ahí también están los estudiantes ahí también están los pobladores y los trabajadores, y ese reconocimiento llevó a que se estaba desarrollando una organización del pueblo, no en base a las instituciones, sino que para las propias necesidades de la gente.

Salvador Schavelzon: Vos venís del espacio estudiantil, sos estudiante todavía. Y hay algo interesante hoy que es la experiencia de un movimiento estudiantil, que forma una organización política y llega al estado, y que hoy vemos su fracaso. Ustedes son una generación que viene con esta experiencia, me imagino que hay un balance y una necesidad de no hacer eso, ¿Cómo se da esa lectura y esa crítica al camino que siguieron los dirigentes universitarios del 2011, del 2006? ¿Cómo lo ves incluso vos en lo personal? ¿Cómo se da eso en el sentido de análisis político de estrategia política y de lectura política?

Víctor Chanfreau: Vemos que hay una profunda decepción de los sectores de base sobre estas diligencias que apostaron por cargos dentro del movimiento estudiantil como un trampolín para llegar a la política institucional. Parte de la descomposición que sufrió el movimiento estudiantil, junto al elemento principal de la pandemia y el dejar de encontrarnos en las comunidades estudiantiles. O sea, los espacios estudiantiles como comunidades vemos que está en descomposición y también tuvo un elemento importante en la desconfianza que se llevó a dentro de las comunidades estudiantiles en que existía esperanza en esos dirigentes, que estaban siendo la voz de ciertas movilizaciones. Utilizaron esto para sus fines políticos personales o partidarios independientes de los intereses propios del movimiento estudiantil. Como organización llevamos años reconociendo a estos sectores dentro del movimiento estudiantil, sabemos quiénes son hoy los del gobierno precisamente porque los conocemos desde que eran dirigentes. Y desde que ellos eran dirigentes estudiantiles notamos que su crítica a la administración del sistema, a la administración del Estado no era una crítica sistemática. No se estaban planteando la cuestión del capitalismo como tal, sino que querían hacer del capitalismo un sistema más amigable, un sistema más humano, o sea, en esa época ya eran lo que se ve ahora. Han llevado a cabo una serie de virajes y concesiones, que para algunos sectores que tenían más esperanza en estas figuras políticas les puede sorprender más, pero por cómo se comportaban ya desde el movimiento estudiantil, para nosotros no es tan sorprendente. Por cómo colaboraron con la represión años atrás no vemos tan sorprendente que hoy día están llevando a cabo operaciones políticas represivas contra los sectores que siguen luchando a día de hoy. Es conocido la historia de Boric bajando tomas en el movimiento en la Universidad de Chile, cuando era presidente de la federación, pero también de que eran más bien de la política de los acuerdos. De sentarse a mesas de negociación con el gobierno hasta con el gobierno de Piñera, el primer gobierno de Piñera, pidiendo autorización para las marchas comprometiéndose a que de su parte no iban a apoyar a aquellos sectores que estaban llevando adelante una violencia política más combativa contra la represión. Hasta contra los actos de autodefensa de esas manifestaciones ante las embestidas policiales, la tendencia a la política de los acuerdos de querer reducir la potencialidad que tenía el movimiento estudiantil en años como el 2011, por acuerdos más pequeños, pero que los hicieran a ver ellos como los ganadores de esa época. También en el tema de la política al inicio del 2011 hay una disputa muy fuerte entre sectores estudiantiles de sectores que hoy están en el gobierno que no apostaban por la gratuidad Universal de la educación superior, sino que por un arancel diferenciado. Según el quintil en el que se estaba. Que tuviera distinto pago en la universidad en cambio, otros sectores plantearon que tenía que existir gratuidad universal en la educación, que es un derecho que no se podía en ninguno de los casos pagar por ella. En ese marco como que se ve las diferencias, que hoy se ven reflejadas. Hoy están lejos de cumplir todo lo que prometieron. En campaña o durante esos años de movilización y precisamente han hecho lo contrario. Han profundizado la salud como un negocio de los más brutales, no han hecho grandes medidas para que cambie la educación como un mercado. Entonces diría que lamentablemente no me sorprende tanto.

Salvador Schavelzon. ¿Y el acuerdo del 15 de noviembre? ¿El Frente Amplio te parece que ya era una fuerza en este sentido, o hay un frente amplio que está en las movilizaciones y otro en el gobierno? Como decías, renunció a muchas banderas, pero hay también un Boric firmando solo en noviembre, sin su partido. Eso te parece que fue un golpe al estallido, o podría haber habido un movimiento Constituyente que sale del estallido. ¿Cómo evaluar la firma de Boric?

Víctor Chanfreau: Nosotros ahí lo que reconocemos es que al Frente Amplio tenía que verse como una fuerza que le hizo una seña a la burguesía de que podían administrar, de que podían ser una carta de transformaciones ultra moderadas. Que iban a tener disputas, pero en el momento real de las definiciones actuarían según su carácter de clase que no era el reflejado en la movilización. Si bien ellos son parte de las movilizaciones en la amplitud de todos lo amplio que tenía octubre, no titubean en el momento de sentarse en la misma mesa a negociar acuerdos con los mismos que estaban mandando asesinar a nuestra gente en las calles. No dudaron en hacer eso y pidiendo disculpas más, disculpas menos, justificándose más o menos, no dudaron en hacerlo porque tenían claro un objetivo que era ser la cara amigable hoy del sistema y algo que lograron, en términos que no corresponde con nuestro análisis y no estamos de acuerdo con eso, pero la jugada que quiere hacer Boric le sale bien. Se termina convirtiendo en presidente porque supo ser esa cara. Como de la manifestación light que llevaban instalando durante mucho tiempo. Es cosa de ver hoy los acuerdos con la pequeña burguesía que tiene el gobierno. Por ejemplo, en el sector de Huachipato con el acero, una empresa en la región del Bío Bío que está amenazando con cerrar porque el acero chino que estaba llegando, llegaba mucho más barato. Entonces el gobierno Boric instala unas tasas arancelarias a las importaciones logrando favorecer esta pequeña industria nacional, pero sin un carácter de lo nacional como soberano, sino que solo exploradores de acá, de acuerdo con ese estilo, que han logrado hacer ciertas concesiones con un grupo de empresarios, caer bien en ese ámbito, pero que no ha llevado a un avance de su programa, que se puede decir, no es que están logrando juntar plata para instalar sus políticas.

Salvador Schavelzon: ¿Esto se veía en la Convención Constituyente? ¿Cómo actuó el gobierno del Frente Amplio en este escenario?

Víctor Chanfreau: Se vio cuando se negaron a la nacionalización completa de los recursos naturales, por ejemplo. Como que ahí también hay concesiones donde se hacen ver como una cara con la que el empresario se puede sentar a conversar y a negociar, pero no han logrado construir las fuerzas para que esa negociación sea una negociación impulsada por las protestas… Las concesiones que hacen los empresarios, por ejemplo, para obtener las 40 horas semanales de trabajo como tope máximo. En las calles en octubre se estaba exigiendo eso. Sueldo mínimo de 500 mil pesos y las 40 horas era parte de las demandas de octubre. Y que le hayan quitado fuerza al protagonismo popular de ese entonces también hace que intenten instalar como ganancias a esas demandas, pero lo hacen con muchísimas concesiones, precisamente porque no están impulsando un proyecto Popular de transformaciones, sino que está haciendo todo en clave institucional y eso le ha quitado fuerza transformadora, que se veía en la revuelta popular de octubre.

Salvador Schavelzon: Me vas a decir que no, porque realmente no se puede poner a Boric a la altura de Allende, pero hay algo que, si uno analiza, no sólo con Allende, sino otras experiencias como la sociedad democracia europea, el eurocomunismo en Italia, que llegará a hacer acuerdos con empresarios y después con la política de austeridad, acordando un rumbo político con liberales y derechas conservadoras. Hay algo en el cuadro político que representa Boric, que remite a una disputa desde la izquierda de la Unidad Popular.

Víctor Chanfreau: Sí, y creo que ahí también es tarea nuestra construir ese espacio de izquierda que se sepa referenciar como supo hacer el MIR a la izquierda de la unidad popular y es tarea nuestra intentar hacerlo o lograrlo a la izquierda de Boric y el gobierno. Creo que ahí no podemos analizar sólo errores ajenos, sino que también hay que reconocer que nos ha faltado para lograr construir esa referencia. No sólo en términos públicos, sino que también en términos de proyecto, como cuando decimos que somos de izquierda pero que no somos como Boric, ¿Qué pretendemos construir?, ¿Cómo instalamos un programa?, ¿Qué se va a hacer distinto? ¿Cómo logramos mostrar que queremos vivir en una sociedad distinta?, Pero ¿Cuál es la sociedad distinta a la que queremos vivir, como es la salud que nos imaginamos en el socialismo? ¿Cómo el modelo educativo? ¿Cómo se toman las decisiones a nivel de comunidades? y yo creo que ese proceso es en el que hay que avanzar para construir un proyecto revolucionario en el Siglo XXI. Y el siglo XXI no quiere decir que no nos planteamos el camino de la Revolución, sino que reconociéndolos en un nuevo sistema en el que vivimos, ¿cómo logramos construir esa referencia entre lo público en términos políticos, en términos de la realidad que sepa hacer oposición por izquierda a todas estas fuerzas que han surgido y que hoy día vemos que están fracasando en el en el poder?

Salvador Schavelzon: ¿Cómo lo están pensando desde Unión Rebelde, desde las calles, con qué alianzas? ¿en el sector del trabajo? ¿movilizaciones? ¿un programa? ¿cómo qué pistas tienen?

Víctor Chanfreau: Vemos con muy buenos ojos la recomposición que ha tenido el movimiento estudiantil este año y el año anterior, o sea el año pasado porque hay un espíritu también crítico. Se ha visto que hay una crítica por izquierda a ese gobierno y no es que todas las críticas y todas las oposiciones de este gobierno son por derecha. Entonces ahí vemos un elemento importante que nos referencia que el camino de la lucha callejera de las movilizaciones sociales está reivindicando este espíritu crítico, y ahí también hay una apuesta, por supuesto. Parte de los elementos principales que no hemos planteado que es necesario instalar y construir en esa perspectiva respecto al funcionamiento de lo productivo. Entendemos como consigna, pero como una buena línea de acción: para un nuevo modo de vivir necesitamos un nuevo modo de producir, entonces cómo se cuestiona la distribución de la riqueza, la fuga de la riqueza hacia capital extranjero en vez de que se quede en Chile para mejorar las condiciones de vida de la clase, siempre la clave de que esto se va a conseguir a punta de lucha y organización popular independiente de las instituciones. La movilización callejera, la movilización estudiantil y de otros sectores logró construir una experiencia que llevó a cuajar totalmente en octubre de 2019. Como reivindicamos ese camino no solo por las grandes movilizaciones de masa, sino por el espíritu crítico de gran parte de la población al salir a las calles a manifestarse contra un gobierno de derecha, como estaba entonces, sino que cuestionando el modelo de vida que tenemos. Entonces ahí reconocemos ciertas claves en cuanto a empezar a cuestionar lo productivo también, el camino de la movilización y por último el elemento de la organización territorial. Nosotros consideramos que es clave y que también es parte de las elecciones importantes que nos da Octubre. Cómo organizarnos en un territorio común donde tenemos necesidades parecidas, herramientas limitadas como individuos, pero más fortalecidas cuando hablamos de grupos organizados, como eso nos permite plantear la solución a nuestras necesidades desde el camino de la organización popular independiente de la institucionalidad, que hemos visto que aquellos sectores que han apostado por la institucionalidad no han logrado construir este protagonismo popular que otros sí apostamos. Así, la organización popular apuesta por ahí que no va por la institucionalidad no por principio, sino por una apuesta política que consideramos que hoy la institucionalidad ha servido más para entrampar esos procesos de organización que para potenciarla, como ha sido en otras experiencias latinoamericanas. Entonces ahí yo creo que es la apuesta, y lo que hemos discutido con los compañeros va más bien por ahí, ahora queda aplicar, no podemos pasarnos la vida solo criticando a los proyectos que consideramos que han fracasado en sus intentos. Porque también cuando vemos que fuerzas como el Frente Amplio le han quitado protagonismo al pueblo, no han logrado instalar sus demandas, ellos no han fracasado, su pretensión era precisamente esa. Desesperanzar a sectores populares en lucha, porque reconocemos sus intereses de clase y vemos que esos no estaban en la misma vereda que los que se vieron reflejados en las calles, el 18 de octubre ahí hay que entender que no fracasaron que lograron cumplir a los de los de los más bien sus objetivos y como nosotros no podemos quedarnos en el camino de la derrota o la desesperanza, sino que construir una referencia y un proyecto distinto y poder albergar esa esperanza que tuvo el pueblo de Chile.

Salvador Schavelzon: Cuando decís que no es un camino institucional se puede entender que no va a ser desde el estado, que es un debate que hoy está en el activismo, y se ve en la fuerza que hoy tiene el anarquismo. Pero también hay posiciones que dicen que no es desde lo institucional en este momento, pero que en otras circunstancias tal vez sí lo sea. ¿Se podrá pensar en otro tipo de instituciones? ¿Cómo hacen este debate?

Víctor Chanfreau: Nosotros durante años hicimos campañas por la abstención electoral. En las últimas elecciones presidenciales hubo una posición de votar en la segunda vuelta de Boric versus Kast, una de las figuras principales de la ultraderecha en Chile, que estábamos eligiendo, ya con el voto obligatorio que se implementó. Y vemos que estamos eligiendo de qué gobierno ser oposición. Lo anti institucional de hoy no era un principio, sino la táctica actual. Y vemos que hay sectores que se han planteado como el primer camino dentro de la construcción territorial, el disputar las elecciones. Y desde arriba, bajar a intentar construir comunidad organizada en los distintos territorios. Nosotros vemos que si en algún momento una construcción territorial llega a un tope, vemos que llega a un techo y que ya se está prácticamente gobernando, tomando las decisiones en determinada comunidad, quizás en ese momento, en un proceso de discusión y junto a un debate amplio, por supuesto, se decida disputar en algún momento algún cargo, qué sé yo. Pero vemos que hoy estamos muy lejos de eso y hoy, en este periodo, lo que estamos analizando es que nadie está en condiciones de fuerza para llevar una disputa institucional y es, por ejemplo, el caso de la Convención Constitucional. Veíamos que hubo sectores que apostaron por disputar cargos dentro de la Convención. Pero al no construir una fuerza popular que lo acompañara, que lo impulsara a más cambios, etcétera, se terminaron viendo solos en el cargo, todas las fuerzas de organizaciones enteras se terminaron consumiendo en un par de cargos dentro de la convención y dejaron de lado totalmente el camino de las movilizaciones. Entonces, obvio, la convención fracasó en su intención porque no se dieron impulsados por un pueblo que le exigiera más, que lo acompañara más y ahí también la decisión política de algunos sectores de apostar primero por la institucionalidad y pensando que la movilización se vería. Nosotros el debate por ahora lo tenemos totalmente zanjado, de no apostar por cargos porque consideramos que hoy el camino va por el camino de la organización popular independiente de los intereses de las instituciones. Pero sí, conversamos con sectores que sabemos que están en otra postura, que consideran que hoy para ellos y su proceso de organización, si es necesaria la institucionalidad y nos seguiremos encontrando en los puntos en común, nos seguiremos encontrando los debates y en los balances, nosotros desde nuestro proceso de organización, donde esperamos sepamos ver que ha salido bien que ha salido mal y así aprender de los errores y aciertos y seguir construyendo proyecto de izquierda crítica transformadora revolucionaria.

Salvador Schavelzon: Te escuché a los 50 años del golpe, en 2023, en el acto afuera del Estadio Nacional. ¿Van a hacer algo ahora, o recordar de alguna forma los 50 años de Miguel? ¿Qué pensás decir?

Víctor Chanfreau: Hay una diversidad de conmemoraciones… es reivindicar el proyecto con perspectiva de presente. Creo que, además, por mi familia, de mis 22 años debo llevar 23 porque incluso, en la guata de mi mamá debo haber participado de actos, porque la familia nos conecta también, el proyecto del MIR está ahí, y he tenido debates desde familiares hasta políticos con la organización, pero creo que es importante que el revolucionario no se puede reivindicar en su aspecto de la derrota. Creo que muchas veces hay un exceso de derrota de sufrir por sufrir, ni siquiera sacar lecciones de la derrota. La derrota reivindicada como derrota. Nosotros creemos que el MIR ya no existe, y eso es una realidad, pero el proyecto revolucionario sí. Entonces, reivindicarlo desde ahí, desde cuáles fueron los aciertos y errores del MIR, cuáles fueron los aciertos y errores de una figura como Miguel también, ¿no? Entonces, cómo aprendemos de esos errores, qué elementos reivindicamos del MIR, qué elementos vemos que hoy día han cambiado totalmente… El MIR reconocía como sujeto estratégico a los pobres del campo y de la ciudad. ¿Cuál es el sujeto Revolucionario que entendemos hoy en día?, ¿Cuál ha sido el sujeto protagonista de las movilizaciones anteriores? Si vamos a reivindicar al MIR lo tenemos que reivindicar como un proyecto revolucionario general que sigue existiendo a día de hoy.

Salvador Schavelzon: ¿y cuál es el sujeto hoy?

Víctor Chanfreau: nosotros reconocemos en las mujeres en términos generales, evidentemente de la clase trabajadora y en la juventud como sujeto importante que han sido protagonistas de los cambios de las luchas durante los últimos años. El MIR lo tenía claro, cuál era el sujeto al que apostaba, y se veía en política cuál era el sujeto que intentaba organizar. Entonces cómo de esos aciertos también como haber hecho un análisis de clase para que la síntesis de eso fuera en qué sujeto iban a apostar, cuál era estratégico. Eso es una práctica que también tendremos que hacer el día de hoy las distintas organizaciones revolucionarias. Yo creo que es importante reivindicar a nuestros muertos y el proyecto en su clave política. Hace poco también fueron los 50 años de la detención y posterior desaparición de mi abuelo y hay que profundamente reivindicarlo como militantes de un proyecto de transformación. A mi abuelo no lo mataron ni por tener 23 años, ni por tener una hija, ni por estudiar filosofía, ni por estudiar en la Universidad de Chile. Lo asesinaron porque creía en una sociedad distinta. Y estuvo dispuesto a dar la vida por ese proyecto revolucionario que hoy sigue presente con distinta forma y experiencias. Entonces creo que reivindicarlo en clave política es sumamente importante porque lo que hizo la democracia pactada durante los 90 fue que les quitó el carácter político a nuestros muertos. Lo reivindicaban en sus particularidades personales como si la dictadura hubiera decidido asesinar a todos los jóvenes, a todos los estudiantes. Pero no, los matan porque creían en un proyecto distinto y porque los intereses que ellos representaban y que estaban llevando adelante era totalmente contrario a los intereses de la burguesía. Entonces creo que es importante reivindicar también esa clave política, reivindicarlos también como humanos, eso también está presente. Pero si queremos sacar hoy lecciones importantes del pasado yo creo que hacia ahí tiene que ir la perspectiva, y no quedarnos en conmemoraciones. Lo que yo creo, y lo que he hablado con mi abuela también, o con otros militantes del MIR, es que no podemos hablar en nombre de ellos, pero lo que le hubiera gustado también es que se le reivindique en la lucha de hoy y no quedándonos estancados en la derrota del ayer.

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