Ciudad de México, 23 de marzo de 2015. Jornaleros de San Quintín, Baja California, advirtieron que dejaran de enviar jitomate, pepino y fresa a Estados Unidos, como una forma de protesta por las precarias condiciones laborales, que los ha llevado a una huelga desde hace una semana para exigirle al gobierno estatal, que cumpla con su pliego de peticiones.
Miles de jornaleros de San Quintín, cansados de años de precarias condiciones laborales, bloquearon la carretera transpenisular desde el 16 de marzo, para exigir al gobierno que cumpla con mejores salarios, seguridad social, que no se tolere más los abusos sexuales hacia las mujeres por parte de mayordomos, entre otras exigencia.
Durante la mañana del viernes 20 de marzo, voceros de los jornaleros organizados en el Frente Indígena de organizaciones Binacionales (FIOB), se reunieron con el gobernador de la entidad, Francisco Vega. Los labriegos señalaron que si no se llega a un resolutivo formal, aceptaran la ayuda del sindicato de campesinos fundado por César Chávez, para iniciar el boicot en el mercado estadunidense.
En 1968 se inició una huelga de jornaleros migrantes en Estados Unidos y transformada en boicot en 1968, la organización dirigió una huelga de pizcadores de uva.
Los jornaleros exigen que en la próxima reunión acudan las autoridades de los tres niveles de gobierno, la Comisión Nacional de Salarios Mínimos, la Secretaría de trabajo Federal porque, hasta el momento nunca han tenido intención de entablar un diálogo con los jornaleros.
La noche del lunes 16 de marzo, se fueron a paro de labores miles de jornaleros de San Quintín y sus alrededores. Los huelguistas han denunciado amenazas, agresiones por parte del gobierno.
Los miles de jornaleros de los pueblos contiguos a San Quintín, trabajan en condiciones inhumanas, pues no cuentan con servicios médicos, falta de prestaciones y vivienda.
Académicos de la Universidad Autónoma de Baja California realizaron una investigación en donde constatan las condiciones de esclavitud de los jornaleros. Muchas de las personas que trabajan en los campos agrícolas, son indígenas que con engaños fueron llevados a los campos en el que son explotados por empresas como Corporativo El Cerezo Sociedad Agrícola.
Lo más preocupante para los investigadores es que los jornaleros viven dentro de los campos en donde trabajan y ahí pierden toda autonomía, además de estar expuestos continuamente por químicos usados en las cosechas; largas jornadas laborales, sin contratos.
Los trabajadores agrícolas llevan más de treinta años luchando por mejorar sus condiciones laborales.