México, DF. El 19 de junio se cumplieron 13 años del encarcelamiento del profesor tzotzil Alberto Patishtán, considerado uno de los presos políticos más emblemáticos de México.
Condenado a 60 años y privado de su libertad -física- el profesor tzotzil no se rinde, y todos los días exige justicia para él y decenas de presos encarcelados injustamente.
En estos momentos, el Primer Tribunal Colegiado Del Vigésimo Circuito, con sede en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, tiene en sus manos un expediente para elaborar un dictamen que representa la última oportunidad jurídica para dejarlo en libertad.
El pasado 26 de junio, diversas organizaciones sociales, intelectuales y defensores de los derechos humanos, manifestaron su inconformidad frente al Consejo de la Judicatura del Poder Judicial de la Federación, exigiendo la liberación inmediata de Alberto Patishtán.
A continuación algunos de los testimonios recogidos por los equipos de Desinformémonos y Otras Voces, Otra Historia.
Francisco Barrios, músico
Yo soy Francisco Barrios, me dicen el Mastuerzo y hago rolas.
Mi indignación por la cárcel política, como la de Patishtán y tantos otros compas, desde hace tantos años, es no solamente por la libertad de esos presos, sino por las mismas causas que genera que los compas sean desaparecidos, presos y asesinados políticos.
Pienso que es complicado que se haga justicia en estos casos. Creo que debemos realizar todas las acciones que sean posibles como este acto, por ejemplo-, de alguna forma picarles el culo para que apresuren el juicio o para que no salgan de vacaciones antes de que entre a otro proceso. Hay que apoyar cualquier lucha que abone a la libertad de los presos políticos, no solamente de Patishtán, sino de tantos otros.
Desde cualquier lugar le seguimos cantando a los compas presos políticos o de conciencia, como hemos hecho desde hace tantos años. Les seguiremos cantando porque acá afuera luchamos junto con ellos y contra las causas que los llevaron a la cárcel, al asesinato, a la desaparición forzada.
Ignacio Pérez Pérez, Sociedad Civil Las Abejas
Yo me llamo Ignacio Pérez Pérez, vengo de Chiapas y vine a México a ver que estamos logrando por el compañero Alberto Patishtán, y acompañarlos a exigir justicia y libertad para nuestro compañero.
Lo que estamos haciendo es decir la verdad -él es inocente- y las autoridades tienen que hacer justicia en México, nosotros en Las Abejas estamos promulgando la verdad, es la única arma que tenemos. Hemos realizado muchas acciones, pero el gobierno nunca nos entiende, nunca nos hace caso, liberó a los paramilitares que asesinaron a nuestros hermanos en Acteal.
Las Abejas de Acteal nunca vamos a descansar, aunque el gobierno nos mate con armas de azúcar, nosotros vamos a seguir luchando para encontrar justicia.
Alberto es conocido en el pueblo de Chiapas, sabemos que es un buen señor, que es un buen hermano, que es inocente y también en Las Abejas lo conocemos muy bien, es un luchador, por eso el gobierno no quiere que luchemos, quiere que nosotros cerremos nuestros ojos, que sigamos así caminando. Si nosotros le tenemos miedo al mal gobierno pues nos sigue engañando.
Sandino Rivero, abogado de Alberto Patishtán
Después de estudiar el asunto, como abogados nos piden hacer un análisis del caso, y estamos completamente seguros de que Patishtán es inocente, tuvo un proceso viciado fraudulento, y como consecuencia está sentenciado a 60 años de prisión. Estamos completamente seguros de la inocencia del profesor Alberto Patishtán por ello es que jurídicamente estamos dando la batalla.
Se necesita voluntad política por parte de las autoridades, por parte del mismo Poder Judicial de la Federación, para a partir de casos como el de Patoshtán, y realmente dotar de elementos a la reforma constitucional en materia de derechos humanos. Para esto se necesita voluntad, no solo jurídica sino también política. Creo que a partir precisamente de esta reforma, y como nosotros planteamos el recurso de reconocimiento de inocencia, se abre la puerta para que se interprete y se aplique la ley, de una forma completamente distinta, lejos de toda esa interpretación de hace años, cuadrada y arcaica.
Creo que ahora el Poder Judicial de la Federación tiene la posibilidad de dotar de mayores elementos para casos similares, generar un precedente y que puedan acogerse a beneficios como este las personas que estén en casos como el del profesor.
Mardonio Carballo, escritor náhuatl y comunicador
Yo creo que hay que indignarse por el otro, por el que es tu par en donde sea que esté. A mi Alberto me parece un emblema con respecto a las luchas, y sobre todo al no desánimo, el seguir a pesar de todo, a pesar de lo que le ha pasado, seguir teniendo la entereza de apoyar a más compañeros. Eso me parece que es importante.
Para alcanzar la justicia tendría que cambiar este país, que está lleno de impunidad. El caso de Alberto es uno, pero por fortuna ha tenido la entereza y ha tenido la fuerza de ser un ejemplo de resistencia a seguir, a pesar de todos los embates judiciales. Me parece que México no resiste mas la invisibilización de sus pueblos.
Héctor de la Cueva, coordinador del Centro de Investigación y Asesoría Sindical (CILAS)
Mi indignación nació hace muchos años, desde que militamos por la libertad del pueblo de México, pero en especial desde que simpatizamos con el levantamiento zapatista e hicimos nuestra la causa de los pueblos indios de México, así que viene de mucho tiempo, pero además, especialmente, la indignación viene de los atropellos, de las barbaridades que se están cometiendo en el caso de Patishtán, donde el estado mexicano está pasando por encima de los derechos más elementales, de la normatividad más elemental tanto nacional como internacional, y nadie puede permanecer indiferente ante un atropello de esta naturaleza.
Las autoridades y el poder judicial no entienden si el pueblo no habla alto, y por eso es indispensable no sólo hacer ver que se tiene el derecho de la libertar Patishtán, sino que el pueblo exija esa libertad, esa es la condición fundamental, porque los poderosos no escuchan de otro manera. Se necesita que los trabajadores, como los que organizamos nosotros, entiendan que todos somos un poco mas presos en la medida en que Patishtán siga preso, todos tenemos un poco menos de libertad, en la medida en que Patishtán siga preso, y que la falta de libertad en las fábricas y en los sindicatos en México, tiene que ver con el mismo sistema que hoy mantiene encarcelado a Patishtán.
María de los Ángeles Fernández Castillo Doña Fili, luchadora social
Soy ama de casa, pero estamos aquí en la lucha. Soy conocida como Doña Fili en mi colonia, el Pedregal de Santo Domingo, orgullosamente donde nosotros hicimos calles y nuestras casas. Debido a esa lucha nos hemos unido a muchas luchas como hoy es la del profesor Patishtán, injustamente detenido.
Pedir la libertad del profesor Patishtán es pedir la libertad del país, porque de alguna manera nos han creado una cárcel a todos. Estamos aquí para que el sistema entienda, para que no siga cerrando las puertas de la justicia, porque al sistema se le va a hacer demasiado tarde y porque sabemos quiénes son los que tienen que estar en las cárceles.
Para que haya justicia hace falta que todos nos organicemos. Todos los que estamos aquí tenemos ese compromiso y esa responsabilidad. Estamos aquí, no porque queramos estar aquí, o porque no tengamos qué hacer.
Estamos aquí porque el profesor Patishtán nos da un gran ejemplo de lucha, de amor a su pueblo. Hay muchos profesores Patishtán no sólo en nuestro país, sino en el mundo; como lo es Mumia, como ahorita es perseguido Julian Assange, como todos ellos también, que aman a sus pueblos. Por eso es que estamos aquí.
Ana Lilia Yépez, estudiante de Sociología en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, de la UNAM, expresa política..
Ahora me he sensibilizado más, me he vinculado más con el caso de Patishtán desde lo que pasó el primero de diciembre, donde fuimos de los presos y las presas.
Creo que Alberto Patishtán es esa persona que puede vincular demasiadas luchas. Creo que como presos del primero de diciembre, no sólo se lucha por la justicia, memoria y verdad de lo que pasó, sino que Alberto Patishtán muestra que después de entrar y ser encarcelado, su lucha se hace grande
El profesor resalta mucho porque no sólo nos enseña, sino también nos da clases de dignidad.
Un punto fundamental para lograr la justicia en este país, y para el que a veces no estamos preparados, es conocer nuestros derechos; también creo que el motor de que muchos de los presos políticos hayamos salido y sigan saliendo, es que la gente los conozca, se difunda y se solidarice.
Norma Adriana Garduño Salazar, Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad.
Para nosotros el caso de Patishtán es un problema de racismo. Desafortunadamente, el ser pobre y el además ser indígena en este país, te condena a no tener acceso ni a educación, ni a justicia, a pesar de la probada inocencia del compañero.
El caso de Alberto es paradigmático, por el hecho de que hay un montón de violaciones al debido proceso. Las pruebas con las que se le condena, son las mismas que no se toman en cuenta al momento en que se dictamina en libertad a la otra persona que se consigna junto con él.
Evidentemente es un problema de pobreza, de racismo, pero además hay una consigna política. Alberto, además de ser un maestro que esta entregado a un proceso de educación, con lo peligroso que es educar a los pueblos en este país, hace evidente el problema de corrupción que hay entorno al recurso del agua. El presidente municipal en ese momento toma una represalia política y la ha cumplido hasta el día de hoy.
Publicado el 1 de julio de 2013