Errores y traiciones contra los maestros en Guerrero

Enrique Ávila Carrillo

México, DF. Fiel a la cruz priista de su parroquia, el tono fundamental del régimen  de Ángel Aguirre es la violación sistemática de los derechos más elementales de los guerrerenses.

Ángel Aguirre Rivero, político profesional, quien durante la mayor parte de su vida fue militante y destacado funcionario priista y que, en el desempeño de su gestión como gobernador interino, se distinguió como represor de movimientos sociales (recordemos la matanza de El Charco en 1998), fue acogido y premiado por la dirección y los militantes del Partido de la Revolución Democrática (PRD) con la primera magistratura estatal.

Este funcionario perredista de negra memoria colaboró de manera destacada en la  represión contra los jóvenes normalistas de Ayotzinapa, el 12 de diciembre de 2012; en el mismo escenario, el 5 de abril del 2013 apoyó el desalojo con lujo de violencia  contra los profesores que protestaban por la reciente aprobación de la “reforma educativa”, engendro de ley constitucional que afecta directamente la selección, permanencia y promoción de los trabajadores docentes. En los primeros días de mayo, Aguirre aprobó la detención y envío de cuatro trabajadores de la docencia a penales de alta seguridad en Nayarit y Veracruz.

El gobernador repite en todos los medios de comunicación su disposición al diálogo, siempre y cuando se acepten las condiciones infamantes de las recién aprobadas reformas en materia educativa y, no conforme con su antidemocrática conducción de los asuntos internos de Guerrero, amenaza con contratar esquiroles en aquellas escuelas que sigan en paro. Balandronadas de un supuesto gobernante de “izquierda” que es el mejor material didáctico para demostrar el carácter traidor a los intereses del pueblo mexicano que asumen las actuales dirigencias de los “partidos progresistas”. La consigna es no molestar a los sectores hegemónicos y, con suerte, nos regalarán algunas migajas del gran pastel que significa la educación pública.

En el mejor estilo priista, el flamante militante perredista Ángel Aguirre Rivero amenaza con descuentos, ceses y encarcelamiento a los profesores que pugnan porque se mantengan las conquistas laborales, ganadas en casi un siglo de luchas. En respuesta, el personaje de marras amenaza con intensificar la represión contra aquellos trabajadores de la enseñanza que decidieron tomar las calles para externar su desacuerdo con las medidas gubernamentales.

Las agresiones contra el magisterio fueron provocadas por la actitud perversa e intransigente de un gobernante perredista que sólo responde a los intereses de los grandes consorcios privados[1]. Es en este contexto, que el perredismo guerrerense se disuelve en la corrupción de la clase política tradicional y abandona a aquellos que de alguna manera acudieron a depositar un voto amarillo con la esperanza de tener mejores condiciones de vida en su entidad, la cual forma parte de ese sureste mexicano sumido en la pobreza extrema.

Nos encontramos, desde hace ya varias décadas, ante un creciente fenómeno político y social donde los militantes de la izquierda supuestamente se agrupan en partidos políticos para transformar la realidad y construir una sociedad más justa e igualitaria. Este paradigma fue abandonado paulatinamente, de tal forma que en los actos de contrición que nos obsequian cotidianamente en los medios de comunicación (dixit magíster: Jesús Ortega, “quien no sale en la televisión no existe”), estos personeros de la izquierda domesticada  se convirtieron en parte de la grotesca farsa que nos venden los noticieros diurnos, vespertinos y nocturnos, en cuyas emisiones los entrevistados tratan de borrar todo vestigio que les pudiera recordar su pasado de ideas revolucionarias. De esa manera encontramos a ex militantes de la Liga Comunista 23 de septiembre, apoltronados en sus curules o en la dirección del PRD, desde donde emiten sendas filípicas contra aquellos que se atreven a protestar por las medidas tomadas en un supuesto “Pacto por México”, junto con sus pares de la derecha (Partido Revolucionario Institucional (PRI), Partido Acción Nacional (PAN) y Partido Verde Ecologista de México, PVEM).

De igual forma, estos presuntos representantes del “ala progresista”  se asimilaron de manera natural a la “clase política”. Su principal esfuerzo está dedicado a cooptar a multitud de expriistas, con los cuales se encargan de ganar posiciones desde las que reproducen el sistema e, incluso, mejoran en muchos aspectos la podredumbre que el PRI construyó en 70 años.

Manuel Camacho Solís, Porfirio Muñoz Ledo, Ángel Aguirre Rivero, Ricardo Monreal, Cuauhtémoc Cárdenas, Marcelo Ebrard, Arturo Núñez Jiménez, Leonel Cota Montaño y Andrés Manuel López Obrador son parte de los centenares de priistas que al no acceder a puestos de poder en su partido de origen, decidieron militar en la presunta izquierda electoral y de esta manera, llevaron junto con su persona todo el caudal de mañas y corrupción política que sólo es posible imaginar en aquellos que mantuvieron el control gubernamental, por más de setenta años, con total impunidad en este país.

La traición por parte de las diversas agrupaciones que optaron por el color amarillo, al aceptar y promover la “reforma educativa” que va contra los intereses de los trabajadores de la enseñanza, nos lleva a un símil con una práctica discriminatoria que se desarrolló en la España del siglo XIV, que consistía en obligar a los judíos a identificarse con una escarapela amarilla que simbolizaba la felonía que Judas perpetró contra Jesús.

Los votos que prometieron los “partidos progresistas” en el Congreso de Guerrero y que después traicionaron de manera vergonzosa, es un ejemplo del funcionamiento de estas mafias organizadas a favor de los grandes barones del capitalismo internacional.

Los maestros de Guerrero, Oaxaca, Chiapas, Michoacán y de todos los estados de la República merecen nuestro más amplio reconocimiento y solidaridad. Caminemos junto con ellos en la búsqueda de la democracia.


[1] Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX), Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Confederación de Cámaras Industriales (CONCAMIN), Televisa, TV Azteca, Mexicanos Primero, Centro Nacional de Evaluación (CENEVAL), Milenio y otras.

Publicado el 13 de mayo de 2013

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