Yo No Fui

Tinta Revuelta

El exterminio y las cárceles también bajaron de los barcos

La semana pasada en Argentina fue desalojada una comunidad Mapuche-Tehuelche en Villa Mascardi provincia de Rio Negro. Vale la pena recordarnos que las comunidades indígenas habitan estas tierras desde mucho antes de la construcción del Estado-nación. El desalojo fue llevado a cabo por más de 250 agentes de las fuerzas federales de seguridad: Gendarmería, Prefectura Naval, Policía Federal y PSA. El saldo fue represión y graves violaciones a los derechos humanos de mujeres y niñxs. Se detuvieron de manera ilegal a 7 mujeres de la comunidad, 4 de ellas fueron trasladadas al penal de Ezeiza, a 1.500 km de su territorio, y otra de las mujeres detenidas cursaba un embarazo de 40 semanas. Consideramos este hecho como un un punto de inflexión epocal.

En 2017 y en 2021, Rafael Nahuel y Elias Garay fueron asesinados en manos de las fuerzas de seguridad como parte del mismo proceso de desalojo que el estado viene ejecutando sobre estos territorios mapuches, más específicamente en la comunidad Lof Lafken Winkul Mapu y en la comunidad Quemquemtrew. La persecución y criminalización sistemática a los pueblos originarios en la actualidad es algo que deja visible la continuidad del proyecto de la dictadura.

Hay muchas continuidades a lo largo de la historia, proyectos que van tomando distintas formas pero que están hechos de la misma cepa.

La relación entre esclavitud y cárceles es evidente. Las cárceles nacieron cuando se abolió legalmente la esclavitud. La cárcel es esclavitud por otros medios. Es el recurso subjetivo y material que desarrolló el estado para criminalizar la pobreza y para encerrar a quienes se resisten a la colonización de las existencias, de la tierra y de los recursos naturales. El pueblo mapuche nunca asimiló la burocratización de los territorios como parte del modo de habitarlas. La tierra es de quien la habita, no de quien la compra. El pueblo mapuche defiende la tierra de quien quiere destruirlas, crea otros modos de convivir y otros modos de hacer justicia. Resisten al plan de despojo que tiene la intención de extinguir a sus comunidades. Los únicos dos destinos que el estado propone como alternativa de resolución del conflicto es la cárcel o la muerte. Las cárceles son un proyecto racista para encerrar a las diferencias. De este modo, racismo y cárceles son dos tentáculos del mismo órgano.

El gobierno nacional y “popular” que tanto presume sobre los derechos humanos y la perspectiva de género terminó por confirmar lo que venimos oliendo hace tiempo, no están tan alejados de la oposición en sus prácticas. Los ministerios de las selfies sirven solamente para vender una imagen de algo que no son. El gobierno persigue a los pueblos originarios operando a favor de los intereses de grandes terratenientes como Lewis, Benetton y Roemmers. A menos de un año de las elecciones cierra filas y alimenta las lógicas punitivas y de exterminio que disciplinan los imaginarios y las prácticas. Del mismo modo que desalojaron tierras en el sur de Argentina, desalojaron en plena pandemia, a más de 3.000 familias en Guernica, provincia de Buenos Aires y expropiaron tierras para la construcción de nuevas cárceles con el fin de encerrar a más de 12.000 personas. De este modo habilitan y legitiman distintos modos de represión. En lo que va del año, podemos contar: 56 muertes registradas en manos de las fuerzas policiales, 10 muertes registradas en comisarías, 137 muertes bajo custodia del Servicio Penitenciario Bonaerense.

Desde el momento en que supimos que las compañeras detenidas en el desalojo estaban siendo trasladadas a la Unidad Penal de Ezeiza, rápidamente activamos redes, recursos y afectos. Mientras desde afuera, agitamos el pedido de libertad,nos pusimos en contacto con nuestras compañeras que se encuentran detenidas en esa unidad para contarles lo que estaba sucediendo. Nos organizamos para segundear, hacer llegar alimentos y productos de higiene como un gesto de contención, acompañamiento y reconocimiento. El gesto que no tuvo el estado, lo tuvieron las compañeras detenidas.

El poder judicial, el despojo, la cárcel, los palos, la muerte por gatillo fácil, la violencia de género, cis-sexista, cuerdista, la violencia institucional y racista persisten con arraigo en lo más profundo de nuestra historia política. Estamos en alerta y no vamos a ceder frente a las nuevas oleadas de derechización que quieren perseguirnos, criminalizarnos y encerrarnos.

Libertad a las presas mapuches. Todx presx es político #Estado Racista Sos Vos El Terrorista!

Eva Reinoso

YoNoFui es un colectivo transfeminista y anticarcelario que trabaja en proyectos artísticos y productivos, dentro y fuera de las cárceles de mujeres de Argentina. Muchas de nosotras estuvimos privadas de la libertad, otras no. Todes encontramos en la escritura la posibilidad de inventar una nueva forma de vivir y estar entre nosotres.

Dejar una Respuesta

Otras columnas