Yo No Fui

Eva Reinoso

Conflictos perpetuados

Lucio Dupuy, el niño de 5 años asesinado a golpes por su madre y su pareja en noviembre de 2021, interpeló a lo largo y ancho del país a toda la comunidad, y tristemente nos sigue reflejando como una sociedad altamente violenta sobre las infancias en su etapa inicial de crecimiento y desarrollo. El juicio dictaminó que ambas fueran condenadas a prisión perpetua, ¿qué es la perpetua?

Estos índices son el reflejo que en el tiempo dan cuenta de la precariedad del enfoque de derechos sobre las infancias y las prácticas de cuidado de las que dependen les niñes. Garantizar el desarrollo integral de les pibes en su vida cotidiana es una responsabilidad de la que nadie queda exento; contribuir a prevenir y cesar la violencia  con la dimensión  física psíquica, afectiva, social, cultural, simbólica y política que tal proceso requiere, lejos está de saldarse con la cadena perpetua a la que las agresoras de Lucio fueron condenadas. Esta problemática deja muy visible la necesidad que tenemos de componer un proceso profundamente crítico, pero por sobre todo pedagógico y comunitario sobre  la problemática de malos tratos e  infanticidios que el sistema judicial y la lógica punitiva no puede ver, (porque cada vez que se conoce la noticia, pareciera que es la primera vez que ocurre) mucho menos prevenir o reparar.

Lucio, en el tránsito por la pseudo intervención de la práctica judicial que estuvo a cargo de Ana Pérez Ballester, titular del Juzgado de Familia y del Menor N° 1 de La Pampa, iba siendo menos visible como persona, para transformarse en un “caso”.

Todxs son responsables de los resultados de esa intervención; desde la asesora de menores Eliza Catán hasta cada “auxiliar de la justicia” que intervino en la vida de este niño o que miro para otro lado; no podemos naturalizar los hechos como una situación  aislada en el marco de un accionar judicial que falló.

Esto materializa toda una lógica que se regula en sentido verticalmente arbitrario y sistemático en una perspectiva vulgarmente nefasta que lejos está de garantizar el interés superior del niño como establece la convención sobre los derechos del niño Ley 23.849. Se falla sin tener en cuenta los hechos concretos de cada situación, haciendo de la interpretación de la ley, una receta que no se puede aplicar de la misma manera en cada intervención.

Por lo tanto, podemos decir, que en todo el proceso la interpretación de la Ley 26.061, Ley de protección integral de los derechos de lxs niñxs no respetó ninguno de sus artículos; estamos acostumbradxs a este  tipo de prácticas, ya que es moneda corriente cosificar los conflictos y las trayectorias vitales de las personas e invisibilizar a las infancias, que se vuelven CASOS de un momento a otro.

La muerte de Lucio nos demuestra muy visiblemente, el nivel de vulneración que padecen las familias intervenidas por el sistema judicial y el sistema de protección de derechos, como menciona el abuelo de Lucio: el empezó a morir cuando lo separaron de su entorno, el estado estuvo presente para fallar, una vez más, de manera sistemática. El interés superior del niño, quedó sepultado bajo la premisa “el niñx siempre tiene que estar con la madre”, escondiendo bajo esta acción, la imposibilidad de la justicia de poder observar en detenimiento cada situación particular, el análisis de las prácticas de cada núcleo familiar y la imposibilidad de “ver” a otros referentes afectivos, como posibles cuidadores, no solamente, con capacidad de dar afecto, sino de hacerse cargo materialmente de la crianza de lxs mismxs. Las decisiones de los tribunales están repletas de “copy – paste”, como si las situaciones estuvieran calcadas.

En tiempos del macrismo, la vedette de las decisiones judiciales en los tribunales de familia y las herramientas de los organismos ligados a la niñez y adolescencia, eran las “medidas de abrigo”; por medio de las cuales compulsivamente, se quitaban lxs hijxs a mujeres que se encontraban transitando por un proceso penal (muchos de ellos ligados al tráfico de estupefacientes en su menor eslabón o delitos contra la propiedad, por lo tanto su detención no estaba ligada a su “incapacidad de maternar”), para darlos en adopción. Son muchas las situaciones de compañeras, que tras salir de la cárcel, encontraron que sus hijxs ya no se encontraban en el hogar de menores, al que habían sido llevados, (muchos de esos espacios subvencionados por el estado, eran para lxs pibxs un anillo más en el infierno de Dante, por las malas condiciones y las situaciones de vulneración de derechos vivenciadas por ellxs), sino que además se había dispuesto la imposibilidad para esa madre, de revincularse con sus hijxs, una vez recuperada su libertad. Por lo tanto, la mirada moral sobre su condición de “delincuente” traspasaba la pérdida de la libertad ambulatoria, para también cuestionar su capacidad de maternar.

Cuando las corrientes teóricas y los lugares comunes se convierten en el dogma y van por los canales en los que corre la opinión pública sin analizar cada situación situadamente, damos lugar como sociedad, a que las decisiones que se tomen sean equivocadas y a que otrxs ninxs tengan el destino de Lucio.

Son muchas las experiencias que conocemos, en la que lxs niñxs no son consultados con quienes desean permanecer. La justicia va macerando sus decisiones en la arbitrariedad y en la “infantilización” de sus expresiones que no son leídas como importantes. Posteriormente demoniza judicial y mediáticamente  a lxs imputadxs, en cada foja de un expediente, sin hacerse cargo de las decisiones que se tomaron, cuando fueron esas decisiones las que crearon el caldo de cultivo que promovieron los hechos.

Con el diario del lunes, consideramos que lo más importante es cómo prevenir, cómo llegar antes; cada quien tiene un granito de arena para aportar más allá de los medios de comunicación, que exacerban los comentarios de odio, que alimentan el morbo con los detalles de la autopsia, que describen detalladamente las conversaciones en un chat que aparece en la causa, que subrayan su condición de lesbianas y que se regodean en el goce del linchamiento mediático, del castigo y de la posibilidad de una perpetua, punitivizando de manera burra al feminismo, pidiendo entre esvásticas, cruces y carteles pro vida, que el resto de la población penal, posteriormente a la sentencia, las hierva en aceite. Apelando, a que “lxs eternamente olvidadxs” ejecuten, ya que hasta la sentencia judicial les sabe a poco.

Si las imputaciones se realizan a mujeres o diversidades, se suma una capa más de oprobio en los castigos que la opinión pública exige como si fuera una horda, una manada que condensa todas las violencias en sí misma ¿Qué arquetipo se nos juega internamente como sociedad, cuando los crímenes son cometidos por una lesbiana? ¿O por dos? ¿La reparación que se busca, responde solo al crimen cometido o a la defraudación de las cualidades que debería tener todo un colectivo? ¿Por qué parece que todxs somos un NPC, cortados por la misma tijera? Un personaje secundario en un video juegos en los que por su biología o por su condición de género (por una cosa o por otra siempre salimos perdiendo) no tiene decisión propia en sus propios devenires de su vida.

Quienes se corren de los cánones, cualquiera sea la situación, no solamente deben pagar con cárcel, sino con las laceraciones del castigo sobre sus cuerpos, para calmar la sed de venganza.

Tenemos mucho para hacer como comunidad, en lo macro, en lo micro, pero sobre todo en lo cotidiano y en el entorno; ¿Cuántas veces naturalizamos un golpe, un chirlo?¿Por qué? ¿Cuántas veces el entorno más cercano sugiere la violencia como límite necesario? ¿Cuál es el límite que se juega ?¿Qué hacemos frente a la violencia de nuestros vínculos más cercanos? la de tu hermano, o tu cuñado o tu viejo, tu abuela, lxs tixs, lxs primos, la de tu vecine, tu jefe, tu pareja, tu amigue . No podemos desarticular la violencia con más violencia, fortalecer las herramientas para las prácticas de la crianza es todo un desafío; que el sistema funcione en un marco pedagógico comunitario parece lejano. Ya hay media sanción en diputados para la Ley Lucio dónde habla de formación y capacitación que promueve la sensibilización de esta problemática para todos lxs trabajadores del sistema, pero bien sabemos que en nuestro país una ley no es garantía de nada, ya tenemos leyes para hacer dulce, cuando los medios hegemónicos lo disponen, ahí estamos para producir una opinión una ley, un decreto, un comunicado dónde fijar una posición u omitir cualquier tipo de moción, pero que terminan siendo vacíos de contenido, titulares en los diarios que no tienen su contraparte en el trabajo real con las personas, un punto más en los programas de los organismos, presididos por los funcionarios de turno, con plazos irreales para llevarse a cabo. Todo gira en torno a los medios que marcan agenda  y a la opinión pública que con sus vaivenes van marcando los resultados de una elección, perfilando un/x candidatx. No hay que tener muchas luces para observar cómo estos procesos son forzados y manipulados mediáticamente,  que en líneas generales la única generalidad es que cada quien lleva agua para su molino o cuida su quintita.

¿Cómo gestionamos una alternativa a determinado conflicto, si estos procesos de ampliación de conceptos subjetivos, humanos y sensibles se agotan y rápidamente pierden vigencia, opacando la posibilidad de profundizar de manera prolongada y progresiva un conflicto, mientras corremos tras un nuevo titular?

¿Cómo desligamos de la violencia de la vida social disciplinadora de nuestros vínculos?

¿Cómo evitar caer en la burocratización de nuestros vínculos y en el castigo como único recurso ?

¿Cómo hacer de estos hechos, que nos estrujan la mente y el corazón, y que nos enfrentan con las violencias internalizadas, el puntapié para poder transformar algo?

Eva Reinoso

YoNoFui es un colectivo transfeminista y anticarcelario que trabaja en proyectos artísticos y productivos, dentro y fuera de las cárceles de mujeres de Argentina. Muchas de nosotras estuvimos privadas de la libertad, otras no. Todes encontramos en la escritura la posibilidad de inventar una nueva forma de vivir y estar entre nosotres.

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