“El Estado tiene que pedir perdón por su injusticia”: Héctor Patishtán

Jaime Quintana Guerrero

México, Distrito Federal. “A la sociedad civil y organizaciones les pedimos que se levanten por los injustamente presos, que le digan a los gobiernos y partidos que liberen a todos”, señala Héctor Patisthán, hijo del preso político tzotzil. El joven de 17 años –de los cuales su padre ha pasado 13 en prisión- espera, junto a su hermana Gabriela y las organizaciones solidarias, que la última instancia judicial a la que pueden recurrir en México para lograr la libertad del profesor dicte el fallo. Los otros caminos legales son el indulto presidencial y el sistema interamericano de justicia.

Este 19 de junio de 2013, Alberto Patishtán Gómez –sentenciado a 60 años acusado de ser autor de la masacre de siete policías en el municipio de El Bosque, Chiapas- cumple 13 años de prisión. En los mismos días, el Primer Tribunal Colegiado del Vigésimo Circuito con sede en Chiapas debe dar el fallo y diversas organizaciones sociales en México y otros países preparan acciones para reclamar la libertad de Patishtán.

“El  expediente de mi padre ya lo tiene el tribunal”, informa Héctor Patisthán en entrevista con Desinformémonos. “En unos días le turnará el caso a uno de los tres ministros para su estudio a profundidad. Diez días después se tendrá el fallo”. Si la resolución es favorable al preso, se tiene que ordenar su libertad, aclara el joven. “Ésta es la última instancia jurídica en México para lograr que lo liberen”, agrega.

Hay otra opción, que es el indulto por parte del poder ejecutivo federal, pero “para nosotros no es la opción. Es como si mi papá y el pueblo de El Bosque le pidieran perdón  al Estado. ¡El Estado debería pedir perdón por la injusticia que cometió!”, exclama el hijo del preso político más conocido de México. Si fallan las instancias nacionales, lo que resta es acudir a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, pero la familia tiene confianza en que el tribunal dictará la libertad.

Vivir la cárcel sin estar dentro

Ser familiar de un preso político “es un proceso largo de aprender a  vivir desde chico la cárcel, aun estando fuera”, señala Héctor. “Es saber que se puede luchar a pesar de que tienes una condena de muchos años porque es injusto estar en la cárcel”.

Héctor Patishtán recuerda particularmente el día que la Suprema Corte de Justicia de la Nación rechazó resolver el caso de su padre: “Fue un golpe duro, nos sentimos solos porque no estuvo la justicia, pero aun así estamos de pie y no nos cansaremos hasta tener a mi padre fuera de la cárcel”.

Héctor y Gabriela son los dos hijos  del preso político tzotzil. “La lucha por la libertad llevó a nuestra familia a la desintegración. Mi madre se fue y sólo quedamos mi hermana, mi padre en la cárcel y yo, pero no nos sentimos huérfanos. Gaby está en San Cristóbal de las Casas coordinando la campaña, yo en el Distrito Federal y mi padre luchando en la prisión. Mucha gente nos apoya y esa es nuestra familia”, relata el menor de los hijos de Patishtán.

Como hijos, “aprendimos con las organizaciones y los familiares de los injustamente presos de La Voz del Amate, de La Voz de los Llanos,  de Voces Inocentes  y ahora con los Solidarios de la Voz del Amate. Nos dimos cuenta de que existen muchas familias que, a pesar de las dificultades económicas, no se cansan y siguen luchando”, concluye Héctor Patisthán.

Esperanza y solidaridad

El profesor Alberto Patisthán se encuentra enfermo a causa de las condiciones carcelarias y las acciones de resistencia que ha emprendido, pero también está animado ante la posibilidad de que lo liberen. “En el último contacto que tuvimos con él -en la cita médica-, estaba entusiasta por el posible fallo a favor de los magistrados”, relata Héctor. “También está muy contento con la solidaridad de los colectivos y organizaciones del Distrito Federal, que nos abrieron los brazos”.

El caso de Patishtán- quien se encontraba en un lugar diferente al de la masacre por la que está sentenciado en el momento en que ésta se cometió- trascendió por todo el mundo. “Una de las campañas de la sociedad civil internacional para exigir la libertad de mi padre consistió en tomarse una fotografía que luego circuló en la redes sociales. La respuesta que se encontró fue importante”, valora Patishtán hijo. “Hemos realizado plantones y pasado hambre, frío y calor. Seguimos resistiendo, no nos cansamos”,  afirma el hijo del profesor.

Publicado el 10 de junio de 2013.

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