En la pequeña ciudad de Katerini, de 55 mil habitantes, ubicada en el norte de Grecia, se realizó lo que los medios de comunicación dieron a conocer como el “movimiento de la papa”.
Un grupo de voluntarios contactó directamente a productores de papa del pueblo de Nevrokopi, acordó un precio de 25 centavos de euro por kilogramo (un tercio del precio establecido por los supermercados) por 24 toneladas de papa y colocó la oferta en internet para reunir peticiones hasta que se garantizara su venta. La oferta tuvo mucho éxito y mucha difusión, no sólo en medios alternativos sino también en medios convencionales. El proceso se repitió en la misma ciudad, esta vez con setenta y cinco toneladas. Otras ciudades en Grecia siguieron el ejemplo.
La venta de papas sin intermediarios
La organización se hizo a través de internet. Se ofrecieron paquetes de 5, 20y 30 kilogramos de papas. Los interesados hicieron sus demandas en línea mediante un formulario que se puso a disposición una semana antes de la cita. Un día antes, los que habían confirmado su pedido recibieron un mensaje en su celular en el que se les pedía llegar a una hora específica. Cada media hora se programó la llegada de 130 consumidores, de los 530 que habían confirmado sus pedidos.
Las indicaciones en línea pedían ser puntuales, seguir las instrucciones de los voluntarios para estacionar su coche, llevar la cantidad exacta de dinero, pasar por un puesto de control en el que se confirmaba la petición, dirigirse al puesto del productor para pagar, tomar el producto y salir del lugar lo más pronto posible. En cuatro horas terminó todo, sin ningún problema. Para el segundo pedido, las familias que hicieron demandas aumentaron de 530 a 1110. Solicitaron 75 toneladas de papa en 20 horas por internet. La lista con todos los nombres se hizo pública en línea para evitar la llegada de personas que no habían hecho algún pedido.
“O topos mu” y sus actividades pasadas
“O topos mu” (“mi lugar”, en griego) es un grupo de acción voluntaria del distrito de Piería. Tuvo una presencia muy importante en la ciudad de Katerini antes del “movimiento de la papa”, aunque poco cubierta por los medios de comunicación tradicionales. Se fundó en 2007 de manera no oficial porque, como dicen sus miembros, no les interesaba obtener un reconocimiento legal. Empezó con cuatro o cinco personas que, después de los grandes incendios ocurridos en el sur de país, fueron al departamento de bomberos para preguntar qué podrían hacer en caso de que Olimpos, la montaña de los dioses, que está en la región, enfrentara una situación parecida. “Doy un día de mi verano al bosque” fue la primera de varias acciones que siguieron con la siembra de árboles y la protección de la montaña del eco-negocio y las actividades deportivas agresivas para la naturaleza (como el heliskiing y los ralis).
Los miembros del grupo afirman que se dedican a materializar ideas. Cuando alguien tiene una idea la propone, se la informa a todos los miembros (que hoy rondan los dos mil), se publica en su sitio web y durante una semana se enlistan los interesados. La historia de “O topos mu” es muy basta. El grupo ha realizado actividades como monitoreo y propuestas para el manejo de la basura de la región, acciones de sensibilización para reciclar, talleres sobre el alcoholismo en la adolescencia, jornadas para el libre acceso a las calles para personas con discapacidades, manejo responsable del automóvil, el uso de bicicleta y apoyo a la biblioteca local, entre muchas otras. Todas ellas se han diseñado también para impartirse en las escuelas locales.
En 2009, los miembros de “O topos mu” formaron parte del movimiento “No pagaré”, que exigía acceso libre a las calles públicas, sin tener que pagar peaje. El movimiento, que aún sigue fuerte, impartió conferencias con representantes de toda Grecia; ofreció folletos con indicaciones a los conductores para no pagar, formó un grupo de abogados solidarios y bloqueó las casetas para permitir el paso libre de los automovilistas. Su argumentación se fundamentó en la idea de que algunos servicios básicos se pagan con los impuestos, por lo que no se deben pagar de nuevo. La movilidad en las calles es uno de éstos.
En mayo de 2011, el grupo estaba en las plazas con los indignados firmando una carta pública en la que responsabilizaba a los diputados locales por los daños provocados al país por los acuerdos de préstamo, dejando abierta la posibilidad de ir a juicio contra ellos. En agosto del mismo año, el grupo apoyó el movimiento contra el impuesto extraordinario incluido en la factura del servicio de luz; formó grupos de apoyo para reconectar la energía eléctrica en las casas a las que se había suspendido el servicio por no pagar el nuevo arancel. Hace poco, el grupo abrió una exitosa tienda de productos donados para que las familias sin recursos obtuvieran alimentos gratuitos. Asimismo, los “O topos mu” planean establecer un centro médico con voluntarios para ofrecer consultas y terapias sin costo.
De todas estas actividades surgieron las redes que permitieron el éxito de la venta de papas, durante la cual los medios de comunicación convencionales descubrieron que hay iniciativas interesantes desde abajo.
La idea, el impacto de la venta y el movimiento
Como dicen los participantes del grupo, el impacto fue inmediato. Uno de los supermercados locales bajó, durante la semana que empezaron los pedidos por internet, el precio de la papa de 70 centavos de euro a 35 centavos por kilogramo, en la compra mínima de 10 kilogramos. Esta fue, precisamente, la meta de la iniciativa: dar un golpe a la especulación de los precios que afecta la economía de los consumidores y chantajea a los productores.
La idea comenzó cuando algunos productores de Nevrokopi repartieron paquetes de diez kilogramos de papa frente de la Exhibición Internacional de Tesalónika (considerado el evento de negocios más importante en Grecia), como una forma de denunciar las importaciones de papa mientras que el 70 por ciento de su cosecha se quedaba almacenado.
Entonces, el grupo contactó a un productor de la región que tenía una gran candidad de papas sin vender; ambos acordaron un precio (el productor ofreció sus papas por 23 centavos por kilogramo y el grupo dijo que las tomaría por 25 centavos), y se inició una encuesta en línea. ¿Tendría éxito tal iniciativa? ¿Habría gente interesada? La semana que abrieron las peticiones también se publicó otra encuesta en un costado de la página en la que se preguntaba qué otros productos les interesaban a los consumidores y en qué cantidades.
Después, el grupo repitió el proceso, esta vez con harina (50 toneladas solicitadas por dos mil 60 familias, pagadas al 50 por ciento del precio de los supermercados). La siguiente oferta masiva será de arroz.
El movimiento ya cuenta con seguidores en varias ciudades griegas, en donde cooperativas de productores pactan los precios con algún grupo local y establecen la cita donde se encontrarán directamente con los consumidores, evitando los intermediarios. Los productores reciben un mejor pago por sus productos y este pago es en efectivo, no con cheques a seis meses como hacen los supermercados. Por otro lado, los consumidores compran productos de buena calidad, cosechados en Grecia y a buen precio.
El peso que obtuvo la iniciativa en los medios de comunicación convencionales genera dudas. El partido comunista de Grecia acusó al grupo de promover iniciativas que no golpean el corazón del problema, la especulación de precios por cárteles y grandes empresarios, por lo que el proyecto está condenado a fracasar. Por otro lado, en algunos casos los arreglos con los productores se hicieron a través de candidatos de los nuevos partidos que surgieron del PASOK (el partido “socialista” que puso a Grecia bajo la vigilancia del Fondo Monetario Internacional). De cualquier forma, la iniciativa fue un ejemplo del alto nivel de organización y solidaridad que se puede generar desde abajo. Precisamente esto quiso mostrar “O topos mu”: que podemos lograr muchas cosas sin el Estado.
Publicado el 02 de Abril de 2012