Vícam, Sonora, 18 de septiembre de 2014. El ánimo de los yaquis es de esperanza y rabia, a pesar de la decepción que se percibió ayer, después de que se diera a conocer la noticia sobre el auto de formal prisión al vocero yaqui, Mario Luna Romero, por los delitos de privación ilegal de la libertad y robo de auto cometido por dos o más personas.
«La detención de Mario nos hace pensar que el gobierno quiere golpearnos a toda la tribu yaqui, pero con más ganas vamos a continuar luchando, para que el gobernador Guillermo Padrés Elías sepa que no vamos a decaer en nuestra lucha. A la vez que peleamos por la liberación de nuestro vocero, seguiremos por la cancelación del Acueducto Independencia», declaró Rodrigo Gálvez Palma, parte de la tropa yaqui (como se llama a los integrantes de la comunidad que no son autoridades).
Los bloqueos en la carretera México-Nogales continuarán por tiempo indefinido, comunicaron miembros de la tribu yaqui y del Movimiento Ciudadano por el Agua, reunidos en esta población, cabecera de los ocho pueblos de la etnia. El cierre se dará de manera intermitente hasta que la tribu decida otras acciones no sólo por el auto de formal prisión contra su vocero, Mario Luna Romero, sino por la cancelación del Acueducto Independencia, que se llevará las aguas del río Yaqui a la capital sonorense, Hermosillo.
Vicam es un pueblo que en este momento tiene sus calles llenas de barro, porque no están acostumbradas a la lluvia. Al lado de la carretera federal, los yaquis en resistencia instalaron una cocina, en la que las mujeres asan las tortillas de trigo que alimentan a la tropa proveniente de los ocho pueblos que conforman a la tribu. Señalan que es creciente el número de los que se suman a la defensa del río, amenazado desde 2010 por la megaobra que pretende llevarse el agua que les pertenece por resolución presidencial, hacia la capital, Hermosillo, sede de importantes industrias consumidoras del vital líquido.
El 17 de septiembre, día en que se dictó al auto de formal prisión contra Luna Romero, secretario de la Autoridad Tradicional, se desarrolló un bloqueo carretero total durante once horas. A pesar de que la policía advirtió con anticipación, la fila de autos superó los tres kilómetros. El yaqui Rodrigo Gálvez Palma, que a pleno rayo de sol da el paso a los vehículos pequeños, con materiales peligrosos y autobuses escolares, informó que casi nunca ocurre un cierre por tantas horas, pero que la mayoría de los automovilistas les manifiestan apoyo.
«Ayer todos teníamos la esperanza de que a Mario lo iban a liberar, estábamos convencidos por las pruebas que el abogado presentó, en las que queda claro que él no se encontraba en el lugar donde ocurrió el supuesto secuestro, abundó Gálvez Palma.
La solidaridad se siente en la carretera y sus calles aledañas, expresó Gálvez Palma. Agregó que incluso la policía colabora cuando algún carro intenta cruzarse de forma violenta. Mario Luna también siente solidaridad en el penal y es que, de acuerdo con Rodrigo Gálvez, nadie puede decir que la lucha de los yaquis es injusta.
Actualmente la tribu yaqui vive condiciones económicas difíciles. Muchas de sus cosechas se secaron debido a la falta de un sistema hidráulico que les permita regar sus cultivos; algunos recurren a las aguas negras, incluso para alimentar a los animales y no dejarlos morir de deshidratación.
A pesar del duro panorama, la solidaridad no se acaba. Las mujeres yaquis, entre risa y risa siguen alimentando a la gente, con tortillas y caldos de chile. La dueña de la lonchería Primavera le da de comer a las personas que vienen de afuera, mientras un hotel proporciona el hospedaje, y un profesor la hace de chofer. Esto es parte del tejido social que no ha logrado romper ni la palabra de un juez ni las acciones del gobernador.