Vicam, Sonora. En las lodosas calles de este pueblo yaqui, epicentro de la lucha contra el Acueducto Independencia, los habitantes manifiestan admiración por su detenido secretario, Mario Luna Romero, y califican de injusticia su reclusión. Sin embargo, advierte su propio hermano, «nosotros vamos a seguir esta lucha con Mario afuera o adentro, porque es todo un pueblo que será afectado por el acueducto». Su madre, padre y hermanos hacen presencia en los bloqueos para oponerse al Acueducto Independencia, que terminará de secar el río Yaqui, que desde hace casi veinte años palidece por las tres presas construidas, una río arriba y dos abajo.
Una semana después de la aprehensión de Luna Romero en una carretera en Ciudad Obregón, resume su ex compañera sentimental, existe un sentimiento de rabia e indignación entre la población yaqui. Sin embargo, desde el Centro de Readaptación Social número dos, el vocero yaqui pide a su familia que no se sienta derrotada, pues las pruebas que tiene el gobierno en su contra son muy débiles y no las podrán sostener por mucho tiempo, informa la mujer.
La detención del secretario de la autoridad tradicional logró, sin embargo, que más gente se una a la lucha, relatan desde Vicam, con lo que la organización se fortaleció. Las mujeres cocinan y tiene presencia en los bloqueos; algunos voluntarios transportan a los medios de comunicación que viene a informar sobre la problemática de la tribu, y muchos otros prestan la seguridad porque todo el pueblo es tropa. Desde la escuela, a los niños y niñas les enseñan que siempre hay que estar listos para defender el territorio.
Mario Luna Romero, hoy de 42 años de edad, empezó desde muy pequeño en la lucha social, recuerdan sus familiares. Fue el segundo de ocho hijos de una familia humilde de Vicam, informa su hermano. A él le gustó estudiar desde chiquito, y todos hicimos en esfuerzo para que pudiera entrar a la escuela, recuerda.
Fue en la secundaria cuando Luna Romero tuvo su primera experiencia de organización. Su ex compañera relata que comenzó a pelear para que el gobierno le diera becas a los jóvenes preparatorianos, primero a los de Vicam y después a los habitantes de los otros siete pueblos que conforman a la tribu. Los jóvenes becados empezaron a organizarse contra los patronatos, y el gobierno les quitó la beca, con el objetivo de dividir a la población organizada a cambio de devolvérselas. La mujer señala que al gobierno no le gusta que los jóvenes vayan a la escuela, pues comenzarán a organizarse, y ellos le temen mucho a eso. Hace cerca de diez años, Mario Luna fue nombrado secretario y vocero de la tribu. «El escuchaba e intentaba buscar una solución a los problemas de la gente, desde los rentistas y sus cobros altos, hasta los problemas con los cultivos», refiere su ex compañera. Su cargo se trata de transmitir el sentir del pueblo, explica. Fue en este trabajo que Luna Romero se hizo más conocido, al volverse uno de los rostros más visibles de la oposición al Acueducto Independencia, promovido desde 2010 por el gobernador panista Guillermo Padrés Elías.
La ex compañera de Mario Luna indica que, de alguna manera, él ya se esperaba el auto de formal prisión antes de que se hiciera el anuncio desde el juzgado tercero, pues sabe que el gobernador no va a dejar el tema tan fácil, porque si le daban la libertad, le darían más fuerza y por ahora le conviene al gobierno dejarlo adentro. Afortunadamente, expresa la mujer yaqui, la detención fue una razón más para que el pueblo se uniera para defender lo que por historia nos pertenece.
Los yaquis extraen esperanza del panorama. «Al gobernador le queda poco tiempo de mandato y pronto se le podrá hacer un juicio por todo lo que ha hecho», finaliza la mujer yaqui.
*Por seguridad y a petición expresa, se omiten los nombres de los familiares de Mario Luna Romero.