Perdí a un amigo. Durante 20 años acompañé a Don Samuel en muchos de sus momentos. Con orgullo puedo decir que participé en varios de los equipos que formó jTatik a lo largo de su vida. Don Samuel no trabajaba sólo, siempre formaba equipos de trabajo, siempre consultaba, pedía opiniones, hacía que todos fuéramos parte de las decisiones. Creo que la única vez que tomó una decisión solo fue cuando cerró la CONAI en aquel verano de 1998.  Era un domingo por la tarde que nos citó y nos informó sobre su decisión. Aquél domingo no lo podía yo creer: por cierto, ese día tembló en San Cristóbal mientras estábamos en la reunión. Salvo esa decisión, que por más que parecía inminente me sorprendió, generaba siempre consensos, tejía decisiones colectivas. No sé si eso era un don suyo o lo aprendió del mundo indígena, pues no creo que lo haya aprendido en el seminario.En el mundo de los pueblos indios, las decisiones se toman en consenso, se pueden tardar días enteros en lograr que haya “acuerdo”. Por más que las cosas parezcan evidentes, don Samuel consultaba, generaba en el otro la palabra “lo hacía importante al decir su palabra” por más que fuera claro el camino, la decisión a tomar. De hecho don Samuel al preguntar creaba personas, los “tomaba en cuenta” no eran objetos de decisiones. Ahora lo veo más claro. Don Sam fue un gran articulador, un gran constructor de puentes y consensos, un constructor de personas con la palabra compartida.