Vecinos de Sauce, Uruguay ganan la partida contra multinacional cementera

Redacción Desinformémonos

Los vecinos de la pequeña localidad de Suarez, en el departamento de Canelones están contentos. Han recuperado la calma que habían perdido hace más de dos años, cuando la noticia les había caído como piedra: la multinacional Cementos Artigas s.a, subsidiaria del gigante brasilero Votorantim y la española Cementos Molins, habían desembarcado en medio de los campos agrícolas de la zona con un proyecto de mina a cielo abierto.
En dos predios pretendían extraer 168 mil toneladas de piedra granito durante 30 años, en una modalidad de mina a cielo abierto. No van a poder.

Esta semana, la autoridad ambiental del Uruguay rechazó el proyecto.

“Para todos, esa mina a cielo abierto representaba un disparate social. Lógicamente que para los habitantes de este suelo canario significa un enorme alivio y gran alegría. Pero además nos abre esperanzas porque demuestra que la movilización y gestión ciudadana, seria y tenaz, encarada más allá de opciones político – partidarias o filosóficas, es sin duda alguna, factor decisivo en el acontecer social” expresó la Comisión de vecinos de Suarez, pieza clave en que este proyecto se detuviera.

En la primera línea, a unos 150 metros de la explotación que se proyectaba, está la villa La Esperanza y a 400 está el liceo público de la zona. Pegadito está la localidad de Suarez, algo más al oeste está Toledo, un poco al norte, Sauce. Es una zona de minifundistas y chacreros, de criadores de cerdos y gallinas. Es por eso que la resistencia a la explotación movilizó grupos de vecinos de esas tres localidades –también al de Camino Buero y las villas circundantes- en las que viven unas 15 mil personas, entre ellos, muchos de los trabajadores de las chacras. “La comunidad de Sauce en pleno, desde el cura párroco hasta las instituciones culturales y deportivas, nos hemos manifestado en contra”, relataron los vecinos mese atrás, cuando el desenlace de lo que pasaría con el proyecto aún era incierto.

Además del peligro que significaba que les plantaran una mina a cielo abierto en las narices, el lugar tiene una historia particular y sensible, que fue probablemente otro de los motivos del amplio rechazo popular. En ese lugar ya funcionó una cantera, en donde se produjo una catástrofe en octubre de 1977 en la que murieron 15 de sus trabajadores. “Es una herida que está muy fresca en la comunidad, tenemos compañeros y vecinos que estuvieron esa vez, que ayudaron a sacar los cadáveres entre los escombros”, contaron los vecinos.

Con el rechazo de la Dirección Nacional de Medio Ambiente al proyecto de explotación de las multinacionales, a los vecinos se les abre un nuevo frente de lucha: conseguir que se monte un parque público en el predio, que sea a la vez un sitio de memoria de la catástrofe que marcó la identidad de Suarez.

Que sea garantía de que “en ese lugar nunca más se implante una mina extractiva y en cambio sí se convierta en espacio público al servicio de la Comunidad”.

Foto: Marcelo Aguilar

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