Tejiendo la memoria

Raúl Ortega

El grupo de mujeres posa para las cámaras de Raúl Ortega y Xun Sero. No paran de hablar y de reír mientras trabajan en un cafetal de autoconsumo, cuya cosecha estará lista entre octubre o noviembre de este año. A un lado, en la milpa, se asoman los primeros elotes de agosto. Y empieza ya la cosecha de frijol. En Tsajal Uk’um las mujeres tienen una tienda colectiva y una granja de pollos. Hasta hace poco tenían algunas cabezas de ganado que tuvieron que vender para cubrir necesidades de salud.

El bordado se relaciona con el territorio porque ahí están las plantas, los gusanos, las abejas y las mariposas en las flores
En los últimos años, como en el resto del estado, se ha expandido el crimen organizado, justo donde históricamente crecieron los grupos paramilitares involucrados en la masacre de Acteal
Ya van a ser 25 años de la masacre y no hay justicia. Nosotros no queremos dinero, ni para mis hermanos ni para mis familiares, sólo justicia
La cooperativa de bordado, coinciden todas, cambió el papel de la mujer en la familia y en la organización, pues su trabajo se convirtió muchas veces en el sostén principal
No vamos a ceder en los abusos cuando quieren el bordado más barato porque nosotras sabemos el trabajo que conlleva
Aún no amanece y empiezan los fogones a encenderse en Tsajal Uk’um, comunidad localizada a cinco kilómetros de terracería de Acteal
Las Abejas junto con las víctimas y sobrevivientes de la masacre están empujando a la justicia a nivel internacional ante la Corte Internacional de Derechos Humanos (CIDH)
Lo que defendemos de nuestro territorio, dice en la entrevista colectiva Carmela Pérez Pérez, de Tzajalchén, “está en nuestra ropa”
Son campesinas, mamás, bordadoras, esposas, defensoras de una vida que les gusta
De nuestras tierras surge nuestra imaginación, lo que dibujamos en nuestros tejidos y bordados
Las bordadoras de Acteal reflexionan sobre la defensa del territorio, de su cultura, de sus cuerpos/territorio, y sobre el territorio de su colectivo
El fogón es el centro de la vida. Afuera, el patio está lleno de flores en este verano de lluvias
Nos da alegría darle buen uso a la tierra y que no estamos aprendiendo a depender del gobierno o a vender nuestras tierras
Las montañas de Los Altos de Chiapas son parte de las 7.5 millones de hectáreas de un territorio disputado por transnacionales, gobernantes, empresarios locales y el crimen organizado
La tierra, los árboles y todo lo que hay en nuestro lugar, lo estamos defendiendo de cualquier abuso. Porque si sufren abuso, nosotras también

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