Ri-Maflow Think gReen, alternativa obrera gestada por la imaginación

Giaunluca Carmosino/ Comune-info Traducción: Alejandro González Ledesma

Milán, Italia. Al margen del reciente proceso electoral en Italia y de las propuestas de los candidatos de todos los partidos, los ex-trabajadores de la empresa de autopartes y refacciones Maflow, en Milán, decidieron ocupar su antiguo lugar de trabajo y organizarse como cooperativa. “Nos inspiran no sólo las históricas sociedades de socorro mutuo, sino también las extraordinarias experiencias, hijas de la actual crisis económica y de los desequilibrios tradicionales del sistema social: las fábricas recuperadas en Argentina, el Movimiento de los Sin Tierra de Brasil y las experiencias de autogestión en Grecia y España.”

A mediados de diciembre de 2012 el lugar estaba abandonado. Los únicos sonidos que se escuchaban provenían de los trabajos de desmantelamiento de lo que antes fuera la fábrica Maflow de Tezzano, en la provincia de Milán. A este lugar asistían diariamente 800 obreros para elaborar refacciones de automóviles, destinadas principalmente a la empresa alemana BMW. El año pasado, la fábrica dejó de ser rentable para los patrones y fue cerrada definitivamente, dejando en la calle a los trabajadores. Sin embargo, muchos de ellos no se resignaron a ser desechados y, tras haber ocupado una parte de la estructura, actualmente discuten cómo echar a andar un proyecto alternativo de empleo basado en los principios de producción sustentable y autogestión.

“Primero entramos y ocupamos una pequeña parte del área”, cuenta Michele, uno de los ex trabajadores. “Algunos días después estaba con nosotros un experto en desechos. Observó con atención la maquinaria y las cosas que habían quedado, y dijo que por separado valía al menos 20 mil euros”. Efectivamente, al principio la idea de los ex-trabajadores era recuperar algo de dinero con los desechos de la fábrica, en particular con las partes electrónicas (de las cuales se puede extraer hierro, cobre, vidrio y plástico), pero la posibilidad de hacer del reciclaje una actividad productiva propia comenzó a ser seriamente considerada. Y es que ya ni siquiera se podían definir como empleados: entraron a lo que antes era su lugar de trabajo luego de pedirle permiso al banco Unicredit -actual propietario del lugar- de quedarse con aquellos “desechos” y de utilizar una parte de la estructura; el banco no ha dado ninguna respuesta, pero ellos ocuparon de todas formas. Mientras tanto, sus ideas se vuelven cada vez más un proyecto concreto de autogestión.

El proyecto tiene un nombre más bien claro: Ri-Maflow. En el blog que abrieron para contar de su experiencia, explican que “Ri” significa “reutilización, reciclaje, reapropiación, rebelión contra la deuda y revolución” (riappropiazione, riciclo, rivolta il debito, rivoluzione). La forma jurídica que encontraron para organizarse es la de la cooperativa; el modelo, una verdadera autogestión, o sea el aprender haciendo. En estos días discuten desde su cuanta de Facebook el logo que utilizarán. Por lo demás, el patrimonio de ideas, saberes y relaciones no falta.

La historia de la fábrica Malflow es larga y compleja. Los 800 obreros de los años setenta se volvieron 350 una década después. Además de la fabricación en serie de autopartes y refacciones, en Trenzzano se preparaban proyectos de investigación para implementar nuevas tecnologías, de manera que 2007 fue probablemente el año de mayor expansión productiva, teniendo en cuenta que el grupo industrial posee otras 22 fábricas repartidas por el mundo. Pero en mayo del 2009, inesperadamente, la fábrica se declaró insolvente. Llegó una administración extraordinaria y, poco después, un nuevo patrón, un polaco de apellido Boryszew, que acepta mantener el establecimiento solamente porque estaba vinculado a la producción de las otras plantas en el mundo. Luego de dos años no sólo no se reinicia la producción ni se recontrata a los obreros despedidos, tal como el nuevo patrón había anunciado, sino que los pocos trabajadores que se mantenían en activos son despedidos. Desde octubre del 2012 se anunció el cierre definitivo de la fábrica. La propiedad del terreno y de la estructura es ahora de la sociedad bancaria Unicredit.

“Pero nosotros sostenemos que esta fábrica no pertenece ni a Boryszew ni a Unicredit”, afirma Michele, “sino a todos los trabajadores y trabajadoras de la Maflow que han trabajado aquí por años.” Así, desde comienzos del otoño pasado, un grupo de más de 30 ex trabajadores comenzaron a reunirse para hablar de autogestión, ayuda mutua, fábricas recuperadas y producción ecológica. “Ahora le pedimos a Unicredit que ceda una parte de la estructura en comodato de uso para comenzar a trabajar en la cooperativa que arrancará en pocos días”.

Mientras tanto, otras personas se han acercado, empezando por algunos trabajadores despedidos por la empresa químico-textil Novaceta, también de Milán, “con los que habíamos compartido en los últimos años un recorrido de lucha”, así como algunos jóvenes que buscan una oportunidad trabajo en la cooperativa.

Son días difíciles pero llenos de entusiasmo. Los miembros de la Ri-Maflow abrieron una brecha importante para ellos y para otros trabajadores. El centro de las actividades de este nuevo trabajo, al menos en la fase inicial, será el manejo y reciclaje de desperdicios. Michele agrega: “Personalmente nunca había pensado en el trabajo autogestivo; a los temas ecológicos les daba poca importancia, y nunca he tenido contacto con sindicatos. Pero el camino que hemos recorrido hasta ahora nos permite ver las cosas de un modo diferente, vincular problemas e imaginar soluciones. Hoy estamos todos convencidos de que la actividad de reutilización y reciclaje de materiales es una necesidad de la sociedad y un trabajo concreto y digno.”

“Tuvimos una impresión desde el principio: cuando eres desechado de improviso, cuando te mandan a casa, te hacen entender que ya no sirves, te sientes una basura”, confiesa Michele. “Pero entendimos también en nuestra propia piel que desperdicio significa conjunto de recursos y potencialidades, basta organizarse en modo distinto. En todo caso, el camino que empezamos va más allá de la búsqueda de un puesto de empleo cualquiera: hemos descubierto y compartido puntos de vista que ponen en tela de juicio la idea tradicional de trabajo, y no podemos dar marcha atrás.”

En el blog, por otro lado, escriben: “Nos inspiran no sólo las históricas sociedades de socorros mutuos, sino también las extraordinarias experiencias hijas de la actual crisis económica, y de los desequilibrios tradicionales del sistema social: las fábricas recuperadas en Argentina, el movimiento de los Sin Tierra de Brasil, las experiencias de autogestión en Grecia y España”.

Y, ¿qué cosa significa la autogestión para ellos? “Experimentar una fábrica sin patrones, donde todos perciben el mismo salario y donde se lleva a cabo una rotación de los cargos de responsabilidad”, señalan. En suma, los de la cooperativa Ri-Maflow rechazan el trabajo enajenado y para cualquier patrón, y están listos para vivir ahora mismo el mundo que desean crear.

Gianluca Carmosino forma parte del proyecto informativo Comune-info.net, sitio de noticias de abajo sobre Italia y el mundo que publica semanalmente una fotografía y una reseña sobre noticias de Desinformémonos

Publicado el 4 de marzo de 2013

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