Como campesinos hay que pararnos temprano, como a las 4 ó 5 de la mañana para ir al campo. Por ejemplo, ahorita en tiempos de cosecha hay que ir a deshierbar y ya de ahí traemos la pastura para los animales. Luego cuando hay vacas hay que ordeñarlas temprano todos los días. Aquí en el campo sembramos frijol, maíz y cebada. La cebada la molemos para los animales, la yunta. Parte de la cosecha se utiliza para alimentar a la familia y lo que sobra lo vendemos aquí mismo en Atenco porque mucha gente no siembra. No todos tienen ejido. Entonces los que no tienen, compran a los que sí tiene. Hay para todo: para la familia y para vender, y de ahí sale también para los gastos de cultivo.
Hoy, por ejemplo, ya fui al campo, pero terminé temprano y me vine aquí a vender un ratito (aguas frescas, tacos y pulque), pues como invertimos en los gastos de siembra y deshierba, nos quedamos sin dinero y tuve que buscarle por otro lado.
Tengo dos hijos, uno es profesor y el otro obrero; ellos no siembran. Somos mi papá y yo los que trabajamos el campo. Mi papá tiene 74 años y todavía anda trabajando, gracias a Dios todavía puede.
La lucha por la defensa de la tierra comenzó desde el 2000, cuando se empezó a oír que nos querían quitar la tierra, pero fue hasta 2001 cuando intentaron tomar posesión de los terrenos. No avisaron, nomás fue de repente… A siete veinte pesos nos querían pagar el metro. Ofrecieron dinero, pero no a todos. A nosotros los que trabajamos en el campo no nos ofrecieron nada. Nada más a los que no cultivan y tienen su tierra abandonada, a ellos sí les ofrecieron. A nosotros nos comentó Nacho (Ignacio del Valle, líder del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra [FPDT]) que había que defender y pues no se dejó la tierra.
Hubo paros de carretera, sembramos más y más para que se viera que las parcelas estaban sembradas y apoyamos aquí al movimiento con víveres. Yo la verdad no pude salir porque trabajo, pero sí hubo apoyo moral y económico, también aquí en el pueblo apoyamos.
Estimados compañeros, siempre aprendemos de todos, no habia visto la defensa del campo como una forma de resistencia, como una manera de seguir defendiendo la identidad. Me facino su articulo.
Por otro lado nos gustaria estar en contacto con ustedes, estamos trabajando sobre la integración de temazcal, herbolaria, danza y siembra como practicas de uso y saber usadas para mantener la salud y parece ser que hay una ruptura del campesino con esta practicas. Su ayuda de poder entrevistar a las campesinos y campesinas sobre su cosmovisión seria valiosisima y posteriormente compartir el intercambio de saberes.
att. Intlapa´tianame
Gracias por este testimonio tan valioso. Viva Atenco!!
Que siga este medio de desinformación y desaparezcan los medios de información. Saludos.
Que bonito escrito, admiro a la gente que sabe que La tierra es de quien la trabaja. Estudio Agricultura y en cuanto termine mi carrera, creanme que sabran de mi!. Un abrazo a nuestros hermanos que continuan en la lucha y sepan que no estan solos. Saludos!