Ana Enamorado lleva tres años viviendo en México. Es hondureña, tiene 44 y vino para buscar a su hijo Óscar Antonio López Enamorado, quien en mayo de este año cumplió los 25. Ahora, es una de las organizadoras de la Caravana de Madres de Migrantes Desparecidos en México y explica que este viaje organizado por el Movimiento Migrante Mesoamericano, le ha ayudado mucho a sobrellevar su situación: “la convivencia es maravillosa, porque todas las madres nos apoyamos unas a otras, nos tratamos con mucho cariño y solidaridad”, dice.
Ella, como las decenas de madres que recorrerán el país en busca de su familiar en la Caravana -que va por su onceava edición-, conoce de primera mano lo que es lidiar con las instituciones mexicanas y encontrarse sola en un país extranjero, buscando y viviendo la incertidumbre de un ser querido.
“A mi primero me extorsionaron. Me llamaron de México diciendo que mi hijo había chocado con una camioneta y que enviara el dinero a unas personas para la reparación. Lo hice pero no supe nada de él. Fui a Jalisco, acudí a la Procuraduría General de la República, presenté mi denuncia, les di los datos de las personas y no se ha hecho ninguna investigación. Dicen los policías que han intentado entrar varias veces en la zona de San Sebastián del Oeste, pero ‘que está muy peligroso’”.
Como ella, decenas de madres de migrantes ya andan en los preparativos para la próxima Caravana, que empezará el 30 de noviembre y finalizará el 18 de diciembre. Este año se centrará sobre el desplazamiento forzado y recorrerá unos cinco mil kilómetros pasando por estados como Tabasco, Veracruz, Chiapas, Tlaxcala, Oaxaca o Distrito Federal.
La meta de esta actividad, en la cual participan íntegramente madres de migrantes que desaparecieron en su travesía por México, es hallar a sus hijos. En estos últimos años, han logrado reencontrar a 250 personas con sus familiares.
“Tenemos tres objetivos con esta caravana: primero, encontrar a migrantes desaparecidos en su viaje a Estados Unidos. Segundo, denunciar y posicionar la desaparición de migrantes y que sea un tema en la agenda nacional. Y por último, informar y lograr la buena voluntad de los mexicanos. Respecto a esto, hemos visto efectos en el cambio de actitud por los lugares que hemos trabajado”, explica Marta Sánchez Soler, organizadora e integrante del MMM.
Este año, el Movimiento Migrante se trasladó a Honduras donde instalaron un módulo de información para que la gente con familiares desaparecidos diera datos y señas muy personales sobre ellos. “Los datos que dan las organizaciones no sirven para las búsquedas, no tienen toda la información, son una “fichita”. Necesitamos saber cómo era su vida, qué les gusta. Hubo un caso de un desaparecido que le encantaban las peleas de gallos y lo encontramos en un palenque”, explica Sánchez Soler.
La reivindicación de la caravana será hablar del desplazamiento forzado, ya que la mayoría de los centroamericanos que huyen de sus países lo hacen por la situación de violencia que viven. Según datos del MMM, de los migrantes deportados en México desde el Plan Frontera Sur, 90 personas han sido asesinadas en sus países de origen poco después de haber sido devueltas. Estando en boga mediáticamente la tragedia de los desplazados sirios que huyen de la guerra civil, el MMM quiere reivindicar que los jóvenes centroamericanos también son refugiados.
Y es que México, además, se ha vuelto en la frontera de la frontera. Las deportaciones de centroamericanos desde México y Estados Unidos se triplicaron a partir del 2010, de unas 100 mil a 340 mil. En 2014, los Estados Unidos deportó a 239 mil y México 102 mil personas, pero para el 2015 las proporciones se alteraron, y si Estados Unidos deportó a 110 mil en lo que va del año, México contribuyó con 174 mil. México ahora detiene al 52.2 por ciento mientras que los Estados unidos detienen a sólo el 29.5 por ciento. He ahí el gran logro del plan Frontera Sur, denuncia el MMM: “ser el brazo ejecutor de la política migratoria del país vecino”.
Para la logística de la Caravana en México, se contará con la colaboración de más de 120 organizaciones , y se espera, que en su trayecto final mantengan reuniones con varias embajadas para tener más datos sobre los desaparecidos migrantes en México. Como informa Sánchez Soler, las únicas estimaciones sobre el tema son de la Comisión Nacional de Derechos Humanos en 2011.
Este año, organizaciones italianas aglutinadas en la Carovanne Migranti, organizarán en Turín Italia, una serie de eventos coincidentes con las actividades en México con el fin de dar visibilidad al tema de las desapariciones. Estarán presentes un grupo de madres de Túnez que también buscan a sus hijos desaparecidos. En España, Túnez, Estados Unidos y en otros países del Cono Sur, también se están organizando para realizar actividades solidarias.
Alimentando la esperanza
La fundadora del Movimiento Migrante, Marta Sánchez Soler, recuerda una historia que bien podría ilustrar el significado de la Caravana. Un año, a través de un usuario de Facebook lograron encontrar a una persona que llevaba 15 años en calidad de desaparecida. “En un pueblito de Hidalgo que ni sale en los mapas”, describe Sánchez Soler. Al llegar al pueblo, encontraron a la persona en condición de esclavitud trabajando para el cacique local del pueblo, que celebró cínicamente la llegada de la Caravana con comida y festejos. “El muchacho solo miraba al suelo, lo sacamos de ahí. Tardó una semana en hablar”.
Ana Enamorado tampoco no ceja en su empeño y cada día realiza sus llamadas correspondientes para presionar y que las instituciones de seguridad hagan su labor. Explica que dos veces al año viaja a Jalisco para checar el expediente de su hijo ya que “no me informan ni me dicen nada”. Ella explica que ninguna madre puede quedarse en México realizando este trabajo de investigación, ya que la mayoría vuelve a Honduras a cuidar se sus otros hijos o familiares.
Para Ana, lo más impactante que le ha tocado vivir fue el caso de una madre que llevaba 20 años buscando a su hija. La encontró y al cabo de dos años, la señora falleció. “Pienso de ella que se fue contenta, que luchó”.
Esta y otras historias, se compartirán durante los días que dure la Caravana a su paso por México, para alimentar aquello que nunca podrán desaparecer: la esperanza.