La pandemia dio la oportunidad de recuperar la vida rarámuri

Patricia Mayorga y Raúl Fernando Pérez

Bocoyna, Chihuahua | Desinformémonos. Enclavada entre formaciones rocosas sobre un gran valle, que trazan elefantes gigantes, ranas, monjes, hongos y otras figuras, se encuentra una de las escuelas indígenas más importantes de la Sierra Tarahumara. En el salón de Antonia Barragán Cruz, sus plantas colocadas en masetas ya extrañan a los alumnos, están tristes después de un año de ausencia de las niñas y los niños del kínder.

Sin embargo, la maestra rarámuri de la comunidad de San Ignacio de Arareco, ha entendido la gran oportunidad que les trajo la pandemia de Covid-19 para fomentar en sus alumnos y sus familias, la recuperación del sentido de comunidad, de sus leyendas e historias, y de vivir en la Sierra Tarahumara.

Localizada en el municipio de Bocoyna, San Ignacio de Arereco es de los puntos turísticos más importantes del estado de Chihuahua. Sus habitantes, que casi en su totalidad son indígenas, son grandes artesanos, su principal fuente de ingresos.

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