Redacción Desinformémonos
La Procuraduría General de la República (PGR) confirmó pericialmente que uno de sus detenidos clave para sostener su hipótesis de que los normalistas de Ayotzinapa fueron incinerados y arrojados a un río, Patricio Reyes Landa, alias el Pato, tenía huellas de tortura tras su captura. Pese a ello, el Ministerio Público validó su declaración y lo consignó.
Un dictamen de mecánica de lesiones realizado por la Procuraduría bajo los parámetros del Protocolo de Estambul –que sirve para verificar la existencia de tortura– corroboró que las lesiones físicas de Reyes Landa eran compatibles con las que se provocan mediante maltratos y tratos crueles., según informa Animal Político.
El documento se encuentra en el tomo 82 de los 85 que tiene la versión pública de las averiguaciones que la PGR ha integrado por los hechos ocurridos el 26 y 27 de septiembre del 2014 en Iguala, Guerrero.
El expediente también revela que la PGR tardó casi un mes en autorizarle a la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) una revisión a otro detenido clave que denunció tortura, Jonathan Orozco, alias el Jona. Y cuando lo hizo, citó a los especialistas en un horario en el que ya no pudieron encontrarlo en el Centro de Arraigos porque ya había sido trasladado a un penal federal.
El Pato, el Jona y otras cuatro personas, cuyas declaraciones le sirvieron a la PGR para sustentar su “verdad histórica” sobre lo ocurrido a los estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, estuvieron arraigados casi 80 días antes de ser consignados.
Ayer 30 de septiembre, Animal Político publicó que la mayoría de los presuntos integrantes de Guerreros Unidos que participaron en el ataque a los estudiantes fueron arrestados en condiciones similares: ebrios, en la calle y con golpes que supuestamente ellos mismos se causaron.
Nota Animal Político.