En Ciudad Juárez, Chihuahua, querer ser médico significa jugarse la vida

Como en casi todas las universidades de México, el requisito para obtener un título profesional siempre es el servicio social, el cual muchas veces se realiza en localidades diversas del país.

En el caso de los estudiantes de medicina, el problema es que hoy, hacer el servicio social significa arriesgar la vida.
Debido a las condiciones de inseguridad que prevalecen en casi todo México, la mayoría de esas localidades están inmersas en el narcotráfico y la delincuencia organizada, lo que, sumado a jornadas laborales de 14 horas, sin salario, sin viáticos y con más de dos mil quinientos pacientes por médico, el riesgo de perder la vida es muy alto.

En la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ) el médico pasante Antonio Muñoz Quintana está en huelga de hambre desde el 21 de mayo pasado para protestar por esta situación, ya que la estadística de la Asociación Mexicana de Facultades y Escuelas de Medicina dice que en seis años han sido agredidos, secuestrados e inclusive algunos asesinados, 71 médicos pasantes en el país.

Antonio Muñoz Quintana, desde su huelga de hambre, pide a las autoridades seguridad y protección a los médicos pasantes para que su actividad no sea de alto riesgo y que, cuando ocurra un daño en su integridad, la UACJ los represente y sea mediador ante las autoridades.