El Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), cuyos milicianos han comenzado a abandonar el territorio kurdo administrado por Turquía en pequeños grupos desde hace un mes en virtud de los términos del acuerdo de paz, ha subrayado que la violencia es contraria a los objetivos del proceso que lo que busca es reforzar la democracia en el país.
«Es un hecho claro que esta violencia policial aplicada por el partido gubernamental AKP es contraria al espíritu del actual proceso de resolución democrático», ha señalado el PKK en un comunicado difundido por la agencia de noticias Firat.
En su mensaje, el PKK no ha dado ningún indicio de que esté considerando retirarse del proceso o llevar a cabo ninguna otra acción.
Murat Karayilan, comandante del PKK, ha afirmado que las protestas han puesto de manifiesto la necesidad de la «creación de una nueva Turquía democrática».
Por su parte, el Partido Paz y Democracia (BDP), que ha ayudado a negociar el proceso de paz con el PKK, ha considerado que la violencia corre el riesgo de minar el acuerdo y ha responsabilizado al primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, de la ola de protestas y violencia de los últimos días.
«Fue el primer ministro quien encendió la llama que tuvo como resultado que todo el país se viera inmerso en el caos», afirmó el martes el líder del BDP, Selahattin Demirtas, durante una reunión de su partido en el Parlamento.
«Si el Gobierno está pensando tanto en el proceso de negociación como en la paz en las calles, entonces debe urgentemente anunciar un paz de democratización», defendió.