Cine para ver

Alberto Cortés

El grito, una película de Leobardo López Aretche

Estamos próximos a cumplir el medio siglo del Movimiento Estudiantil de 1968, podemos empezar a pensar cómo celebrarlo, más allá de la tradicional marcha del 2 de octubre, se me ocurre visitar el sesentayocho en los documentos de imagen que existen.

El grito, de Leobardo López Aretche, es un documental mexicano de 2 horas de duración filmado durante el movimiento estudiantil de 1968, por estudiantes del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos, el emblemático CUEC, participó formando parte de Consejo Nacional de Huelga, el mismo Leobardo era miembro, pero el mayor aporte de este centro universitario al 68 son esas famosas 8 horas de material filmado con recursos muy limitados, cámaras de cuerda, sin sincronía con el sonido directo que la imagen propone, película de 16 mm. blanco y negro, grabadoras de audio muy precarias, etc., -en contraste con la producción de una de las aventuras fílmicas más ambiciosas de la época: La olimpíada de 1968, a cargo de Alberto Isaac, se construyeron cámaras especiales Arriflex con óptica de última generación-. Sin embargo ver las imágenes de El grito evocan y hacen sentir mucho de lo que les pasó a esos jóvenes estudiantes en los meses que duró el movimiento; julio, agosto, septiembre y el fatídico octubre. Viendo esas imágenes se pueden apreciar las diferencias en los usos y costumbres de esa época con la nuestra, aquellos fueron tiempos de pelo corto, camisas, faldas y vestidos más que pantalones para las mujeres, cierto formalismo en vestir, esa juventud aún estaba muy lejos de los jeans, las camisetas, las sudaderas y las capuchas. La ciudad se percibe desahogada de tráfico y contaminación, seguramente se trataba de otro México.

El documental se estructuró de forma lineal y cronológica de tal manera que tenemos los acontecimientos ordenados en su secuencia original, los capítulos se marcan con los meses, es un registro descriptivo de muchos de los actos y acciones de los estudiantes; marchas, mítines, brigadas de información, actos culturales, conciertos al aire libre, discursos, un mural efímero al lado de rectoría, producción de esténcil, cerigrafía y mimeógrafo. Lo primero que llama la atención es la imaginación con que abordaron el activismo, la protesta y las brigadas de información, hicieron uso de espacios de libertad creados por ellos mismos en la unversidad, las escuelas e incluso la calle, improvisaron sobre la marcha, obteniendo resultados muy notables. La imaginación al poder.

La película nos muestra el movimiento desde las bases, nunca vemos a los líderes, tampoco las interminables sesiones de CNH, vemos a numerosos jóvenes estudiantes, con una alta participación de mujeres, en la militancia y activismo para difundir las ideas y peticiones que estos “revoltosos”, como solían llamarlos, exigían a la autoridad, al poder. Díaz Ordaz respondió el primero de septiembre y el dos de octubre. Más allá de la tragedia de Tlatelolco, quedan todos esos momentos, espacios temporales de libertad e independencia, y de las vivencias de todos los involucrados que han trascendido hasta hoy, El Grito sirve para revisitar el movimiento y mirar a los participantes a través de una cámara inquieta y curiosa que se mueve a nivel de cancha ya que casi nunca sube a los templetes o a los presidiums, imágenes filmadas por pioneros estudiantes de cine, que contando con el apoyo universitario hicieron posible este valioso documental.

Se puede ver

vimeo.com/120299798

Alberto Cortés

Director de cine ganador en tres ocasiones del premio Ariel. Egresado del Centro Universitario de Estudios Cinemátográficos, entre sus películas y documentales se encuentran Amor a la vuelta de la esquina, Ciudad de Ciegos, Corazón del Tiempo, La tierra de los Tepehuas, Resistencia…somos gente del maíz, entre otros.

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