Anayeli Guerrero estaba en el mercado cuando recibió la noticia que se difundía por todos lados y de la cual no fue enterada oficialmente.
La tristeza y la desolación se apoderaron de ella al enterarse del comunicado de la Procuraduría General de la República (PGR) en el que se informa acerca de que, parte de los restos humanos enviados a Innsbruck, coinciden con los de su hermano Jhosivani Guerrero de la Cruz.
Sus padres viven con ella y su esposo, Pedro Juárez, en Tixtla, Guerrero. Su madre está en un estado de salud muy deteriorado por lo que Anayeli se pregunta cómo le va a dar la noticia y duda acerca de la veracidad de la información proporcionada, porque argumenta, «el gobierno nos ha mentido tantas veces, que es difícil pensar que esta vez sea cierto».
Anayeli y su esposo han sido luchadores incansables en la búsqueda de los 43 jóvenes normalistas desaparecidos. Con la noticia, que no le fue dicha oficialmente, el dolor y la angustia se vuelven muy profundos.