México, 11 de diciembre de 2014. Más de 2 mil palestinos muertos, 10 mil heridos, militarización, aumento de las restricciones a la circulación, despojo de tierras y conflicto entre los colonos judíos y los palestinos, es el saldo provisional de la más reciente ofensiva de Israel sobre el pueblo palestino, que comenzó hace cuatro meses.
El miércoles 10 de diciembre, durante un protesta contra la apropiación de tierras palestinas para la construcción de un asentamiento judío, soldados de de Israel asesinaron al ministro palestino para los asuntos de las colonias y el muro, Zias Abu Ein.
Amnistía Internacional (AI) informó que el Estado israelí cometió crímenes de guerra durante la operación Margen Protector, llevada a cabo el pasado mes de julio, y exige que se lleve a cabo una investigación rigurosa y se castigue a los responsables.
En Jerusalén se vive una de las militarizaciones más fuertes después de la Segunda Intifada en el año 2000. Soldados y policías, con gases lacrimógenos, prohíben la entrada de los palestinos a las mezquitas, en tanto que estos toman las calles para rezar, y la represión se endurece.
Esta semana el gobierno de Francia e Irlanda votaron a favor del reconocimiento de Palestina como un estado, sobre la base de las fronteras de 1967 y de Jerusalén del Este como su capital. En agosto Suecia, fue el primer país en reconocerlo como un estado.
En medio de este ambiente los palestinos viven diariamente batallas campales entre el ejército y grupos de menores que les lanzan piedras y que en muchos casos terminan detenidos. Es el caso de Omran Mansour, un niño palestino que desde los ocho años ha sido detenido y torturado tres veces. Su caso es como el de cientos de niños que son judicializados sin ningún derecho a un abogado, ni visitas de sus familiares.
Con información de: Periodismo Humano y Palestina Libre