“Disparar a matar, cuentos de perdigones y terror verde”

Este 23 de octubre se lanzó el libro de la Editorial Quimantu “Disparar a matar, cuentos de perdigones y terror verde” en la simbólica plaza 4 de septiembre del barrio de Ñuñoa en Santiago de Chile. Lanzamiento diverso, esos que juntan libros con canto, teatro, danza, pedagogía, deportes, talleres y en fin, política, en un día de actividades organizado por cuatro asambleas territoriales nacidas al calor del estallido social.

El libro se gesta a partir de un llamado de la editorial para que las y los protagonistas directos de la revuelta-rebelión se permitieran relatar sus experiencias sobre la brutalidad, la represión, el actuar de Carabineros, que en la más absoluta impunidad, y «a vista y conciencia» de todos los poderes del estado, utilizan el terrorismo de Estado para mantener el desorden antinatural de un sistema político y económico que se cae a pedazos. Desactivar y desmovilizar la expresión colectiva que pone en tela de juicio los núcleos de poder agusanados por la corrupción y el resquebrajamiento de sus instituciones, es lo que la represión pretendía asegurar… sostener esa expresión y animarla, es lo que pretenden estos 22 cuentos compilados por GianFranco Rolleri.

El libro fue presentado por la Editorial, y la activista de Derechos humanos la abogada Alejandra Arriaza, quien lleva los juicios emblemáticos de Fabiola Campillay y de la empresa Kayser. Alejandra profundizó sobre la impunidad total con la que actúa Carabineros, recalcando que de las 8000 denuncias por violaciones a los Derechos Humanos, hay solo 4 condenados, asumiendo que casos terribles como los de Gustavo Gatica y Fabiola, aun cuando sus autores criminales son conocidos y está probada su responsabilidad, se encuentran en sus casas.

Los 22 cuentos y sus ilustraciones incorporadas en esta antología callejera, son una recuperación de la memoria, algunos de ellos de ficción y otros de la absoluta realidad, historias que tienen muchos elementos en común, y que se cuentan para alumbrarnos y aunar nuestros fuegos internos, hacerlos comunes, familiares y barriales, para animar el andar, para sostener de algún modo a todas ellas y ellos que aún siguen en prisión, evidenciando lo mucho que nos falta trabajar y vivenciar para construir ese Chile urgente de libertad y dignidad.