Cuatro años sin justicia para Bety Cariño y Jyri Jaakkola

Jaime Quintana Guerrero

México. El gobierno de Oaxaca es el principal obstáculo para conseguir justicia en el asesinato de Bety Cariño, ya que “el sistema de judicial está totalmente corrompido”, expresa Carmen Cariño, hermana de la activista mixteca asesinada. “Queremos hacer justicia a través de la memoria. Le decimos no al olvido, y queremos reivindicar los ideales y decir que seguimos luchando”.

Beaty Cariño Trujillo y el activista finlandés Jyri Antero Jaakkola fueron asesinados el 27 de abril de 2010, cuando una caravana se dirigía a proporcionar ayuda humanitaria a 700 personas secuestradas en su comunidad por más de cinco meses, pertenecientes al naciente municipio autónomo de San Juan Copala. Éste, días después de la emboscada, fue ocupado por los grupos armados de la Unidad para el Bienestar Social de la Región Triqui (Ubisort) y el Movimiento de Unificación y Lucha Triqui- Partido Unidad Popular (MULT-PUP).

“Después de dos años no se ha realizado ninguna detención, solo la de Propino Juárez, que era dirigente de la UBISORT (Unión de Bienestar Social de la Región Triqui), pero por otros asesinatos”, explica Omar Esparza, quien fuera esposo de Bety Cariño. «La investigación sigue en las ordenes de aprehensión, sin que se detenga a nadie y sin que se haga justicia».

La impunidad de la que gozan tanto los asesinos materiales como intelectuales es resultado, explica Carmen Cariño, “de la acción y omisión del Estado mexicano en la medida que obstaculiza la justicia y no realiza las investigaciones correspondientes, desecha y desparece pruebas, manipula la información y niega la protección a los testigos”.

Para recordar la memoria de Bety Cariño, diversas organizaciones, pueblos y amigos se dieron cita el 27 de abril (día en que se cumplieron cuatro años del asesinato de la defensora de derechos humanos) en Chila de las Flores, Oaxaca, lugar de donde es originaria la familia. Fue una fiesta de la solidaridad y del recuerdo, de murales y cantos, de palabras y compromisos, relata Carmen Cariño. A dicho encuentro asistieron habitantes de comunidades de la región mixteca, como Xonoscle, La Laguna, el Espinal y Huajuapan de León, en las que se desarrollan proyectos como las cajas de ahorro y radios comunitarias; también acudieron organizaciones de diversas partes de la república, como Atenco, Chiapas y Oaxaca.

Junto con las actividades conmemorativas que se realizaron en Chila de las Flores, Puebla, lugar de donde es la familia Cariño, en Finlandia la familia de Jyri Jaakkola realizó acciones para demandar justicia a los asesinos de los dos activistas de derechos humanos, señala Omar Esparza. “Los familiares, junto con parlamentarios de ese país, le demandaron al gobierno mexicano justicia para su hijo”, abunda.

Mientras tanto, en Finlandia se emprendió el día 27 de abril un evento político cultural en la embajada de México. El día 28 «vamos a realizar un acto en la Comisión de los Derechos Humanos del Distrito Federal. No solo un va ser un homenaje a Bety Cariño, sino que vamos hablar sobre la situación de los defensores de derechos humanos del país y a demandar garantías para quienes luchan por la tierra y el territorio en México”, precisa Esparza.

Para el 29 de mayo, “estaremos haciendo una huelga de hambre”, explica Omar Esparza. “Estamos retando al gobierno mexicano con una acción no violenta por la demanda de la detención de los asesinos -que ahora trabajan en algunas dependencias del gobierno federal y de los gobiernos municipales; trabajan con recursos del gobierno del estado de Oaxaca”.

Omar Esparza, miembro también del Movimiento Agrario Zapatista (MAIZ), argumenta que “se esta demandando que cese la impunidad no solo para el caso de Bety, sino para muchos otros en la región triqui”.

Bety Cariño, mixteca que se distinguió por su claridad y su defensa irrevocable de la autonomía de los pueblos, señaló que en México “se sigue negando a los pueblos originarios el derecho a la autonomía, el derecho a existir y nosotras hoy queremos vivir otra historia: nos rebelamos y decimos basta, hoy aquí queremos decirles que nos tienen miedo porque no les tenemos miedo, porque a pesar de sus amenazas, de sus calumnias, de sus hostigamientos, seguimos caminando hacia un sol que pensamos brilla con fuerza, pensamos que se acerca el tiempo de los pueblos, el tiempo de las mujeres insumisas, el tiempo del pueblo de abajo”.

Cariño trabajó en la conformación de una red de radios comunitarias de la mixteca, entre las que se encuentran La voz de las nubes, de San Juan Mixtepec; La voz que rompe el silencio, de San Juan Copala; La voz del monte, de San Sebastián del Monte; Radio Liberando la Palabra, de Tezoatlán de Segura, Luna de Oaxaca; y La voz de la libertad, de San Pedro Yosotato.

Bety Cariño llegó a diversos lugares para compartir experiencias con barrios y comunidades. Así arribó, por ejemplo, a Santo Domingo, Coyoacán, en la capital de México. “Nosotros mandamos a Juanita y doña Jose Ponce a que fueran en una Semana Santa a las comunidades donde ella trabaja para compartir experiencias de derechos humanos”, recuerda Héctor Martínez, vecino y defensor de derechos humanos en el barrio coyoacanense.

Héctor Martínez la recuerda como alguien con mucho carisma, pues los vecinos que iban con ella regresaban con convencidos de sus razones. “Siempre les explicaba que tenemos que hacer lo imposible para todo”, indica el activista, y así lo hizo ella misma llevando alimento a los autónomos indígenas triquis.

El homenaje se organizó “para tenerla viva en la memoria” señala colaboradora e integrante de la Universidad de la Tierra de Oaxaca. La muerte de Bety  deja “ciertos miedos, culpas y responsabilidades; es un homenaje a la vida lo que queremos reivindicar”, apunta tambien compañera que trabajo con Bety.

A Beatriz Cariño se le recuerda por “esparcir esperanza en las comunidades y amigos con quien trabajó”, expresa la integrante de la UNITIERRA de Oaxaca.

Muchos dirigentes, explica Omar Esparza, están siendo asesinados por “la defensa de tierra y el territorio de las comunidades, estamos llamando hacer un gran frente ante la ola de represión que vivimos y detener las reformas que están haciendo mas pobre a nuestro pueblos, “estamos tratando también de articularnos contra estos gobiernos que hoy están no solo persiguiendo a los defensores de derechos humanos sino los están asesinando y encarcelarlos por temas que son de interés de los pueblos”.

Carmen Cariño señala que “el Estado mexicano es y ha sido responsable de su muerte, y de la falta de castigo a los responsables al incumplir su obligación de proteger los derechos de los ciudadanos y defensores de derechos humanos, y al no investigar y castigar los crímenes”.

27 de abril 2014

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