Brasil: Acciones pos copa Mundial (Adital, 06/07/14)

Marcela belchior

A poco más de una semana del final de la Copa Mundial de Fútbol Brasil Fifa 2014, la sociedad civil organizada ya articula la continuidad del movimiento de oposición después del megaevento. Confrontado durante los partidos con un gran aparato policial del Estado, que reprimió manifestaciones populares con violencia institucional y diseminó junto con sectores de los medios de comunicación comerciales un fuerte discurso ideológico para deslegitimar y criminalizar las voces disonantes, los movimientos sociales preparan, ahora, otra etapa en el continuo embate entre las fuerzas hegemónicas del Poder Público y la resistencia popular.

 En entrevista con Adital, el periodista Roger Pires, integrante del Comité Popular de la Copa del Estado de Ceará y medioactivista, hace un listado de acciones a las que el movimiento va a dedicarse. Primero, él recuerda que hubo varias violaciones a los derechos humanos entre diversos grupos sociales, y la articulación popular va a intentar mitigar esos daños mediante un plan de reparación a las personas afectadas. Además, llama la atención sobre la necesidad de realizar una auditoría de los gastos de la Copa.

 Otras demandas, señala Pires, son perfeccionar las redes de protección a niños y adolescentes y discutir la banalización de la represión de la policía. El midioactivista destaca también que las cuestiones evidenciadas en el proceso de organización y ejecución de la Copa del Mundo van a repercutir en la percepción de representación política de la población y, por lo tanto, en las elecciones 2014, cuya campaña ya se inicia este mes de julio para la elección de presidente, gobernadores, diputados federales y senadores. «Vemos que las personas no están satisfechas”, evalúa.

 Durante las tres primeras semanas de partidos del Mundial, el número de participantes en los actos de calle decreció sensiblemente si se lo compara con el mes anterior a la apertura de la Copa, provocando una reconfiguración en las acciones del movimiento. «A partir del momento en que se percibe el recrudecimiento de la represión sobre una manifestación de calle tradicional, es de esperarse que se busquen nuevas tácticas que intenten promover una mayor movilización popular, sin exponer a las personas a la violencia de la policía militar”, evalúa Tiago Almeida, miembro del Comité Popular de la Copa de San Pablo, en entrevista con Adital.

 De acuerdo con él, hay una intencionalidad clara en la proposición de tácticas diferentes de las consolidadas, manteniendo el atravesamiento del discurso opositor en las estructuras hegemónicas de poder. Con esto, acciones lúdicas como intervenciones teatrales, la Copa Rebelde de los Movimientos Sociales (con partidos de fútbol en las calles), entierros simbólicos y panfleteo en las FanFests mantiene el espacio propositivo. «Los megaeventos, en tanto aparatos del sistema capitalista, siembran, inevitablemente, tácticas que ponen en cuestión el orden económico impuesto, como los black blocs. Las acciones populares han tomado formas diversas y están en plena reconfiguración”, analiza Tiago.

Construcción político ideológica y fuerza militar

 En la evaluación de Tiago Almeida, el debilitamiento de la movilización se debe a un movimiento ideológico y represivo del Estado. «Creció mucho la cantidad de propagandas pro Copa producidas por los gobiernos federal y estaduales. Ese movimiento, que fortalece el carácter festivo, alegre y contagiante del evento, coloca el amor por el fútbol y por la nación como prioridad y moviliza a las personas para apoyar incondicionalmente a la selección”, analiza.

 Según él, al mismo tiempo, la fuerte inversión en un arsenal represivo contra quienes cuestionan la Copa en las calles fue determinante para la evasión de la participación popular en las calles. «Fue llevado a cabo el lema ‘Brasil, ámelo o déjelo’, retomado de la dictadura: nuestras opciones se redujeron a apoyar la Copa e hinchar por la selección o ir a las calles a protestar contra las violaciones de derechos humanos bajo el riesgo de ser agredido físicamente por la policía, ir a la cárcel, sufrir procesos judiciales o tener acusaciones mediante investigaciones ilegales, lo que se vio en ciudades como San Pablo, Porto Alegre (Estado del Río Grande do Sul), Goiania (Goiás) y Río de Janeiro”, señala Almeida.

Imagen de la Copa y de los movimientos sociales

 Encaminándonos ya hacia la última semana de partidos, Almeida evalúa que los movimientos populares están más organizados y cuentan con legitimidad por parte considerable de la población brasilera. «Creo que el reconocimiento de la Copa de la Fifa como articuladora de violaciones de derechos, a la vivienda, al acceso al espacio público y a la ciudad, ayudó a promover esa mayor organización y legitimidad, demostrada principalmente por movimientos de vivienda, que han ocupado indiscriminadamente el centro y la periferia”, indica el activista.

 De acuerdo con esto, Roger Pires dice que cree que el movimiento perdió adhesión en los actos de calle, sin embargo, ganó en la circulación de ideas. «Por más que no haya habido tanto apoyo en cantidad, el involucramiento es cualitativo. Las personas involucradas tienen historial de lucha, militancia, inclusive sabiendo lo que puede ocurrir con la represión desmedida”, resalta.

Miembro del Comité Popular de la Copa de Río de Janeiro Mario Campagnani sostiene que hubo un cambio estructural en la forma como la población brasilera observa la Copa del Mundo. «Si uno pregunta a cualquiera si cree que el Mundial trajo beneficios al país, sea de derecha o de izquierda, fan de fútbol o no, rico o pobre, la respuesta es no. Las personas continúan hinchando por la selección, claro, pero no tienen una visión inocente sobre cómo la Copa fue montada”, explica, en entrevista con Adital.

 Indagado sobre las diferencias entre la movilización social de las Jornadas de Junio de 2013, durante la Copa de las Confederaciones en Brasil, que llevaron a miles de personas a las calles, y la decreciente adhesión popular a los actos de calle observada durante el Mundial el último mes, Mario pondera: «Creo que junio de 2013 fue algo fuera de lo común, que puede volver a ocurrir, claro, pero tampoco puede ser el parámetro para todas las movilizaciones. Lo que está siendo realizado en las calles hoy es mucho más importante”.

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