Ciudad de México, 2018
Historia de la mesa de firmas para Marichuy en la Cineteca
Para mí la historia de esta mesa comienza el 9 de noviembre del año pasado, cuando en el chat de nuestra red delegacional, Argelia nos hace la invitación para integrarnos a esta mesita y yo acepto.
Nunca había trabajado con Eréndira ni con Rogelio, tampoco con Argelia ni con Coria, nos conocíamos de vista y nos saludábamos, había interactuado un poquito más con Argelia, pero tampoco al grado para podernos conocer. A Carlos tenía poco de conocerlo y Blanquita era la única integrante a la que conocía.
Para mí fue muy motivador encontrar un lugar fijo para aglutinarme con otros compas, eso era lo que buscaba, desafortunadamente, en mi red original, las cosas no se dieron bien y mi lógica me decía que si llamábamos a la gente a organizarse, debíamos partir justo de eso. Muy gratamente, no solo encontré lo anterior, sino también amistad, risas, abrazos, solidaridad, apoyo, disciplina y planeación, camaradería y un mundo culinario muy seductor, personalmente, creo que estos fueron los pilares fundamentales que le dieron vida a esta mesita, y aquí cito a Coria “Nuestro bastión contra el capitalismo”.
¿Qué vivimos?
Pues comenzamos por contarnos nuestras historias al correr de los días, luego, intercambiamos opiniones y reflexiones con muchísimas personas al contarles cómo había nacido el Congreso Nacional Indígena (CNI), cómo surgió el Concejo Indígena de Gobierno (CIG) y su vocera Marichiy y por qué debían aparecer en las boletas electorales; nos retroalimentarnos con ellas y entre nosotrxs, argumentamos ejemplos de que podemos crear otros mundos posibles y les citábamos a Cherán, a Ostula y a los caracoles zapatistas que viven sin partidos políticos y que su organización les permite llevar una vida digna en todos los sentidos. También trabajamos con los abogados de Infrarrealismo con quienes participamos en la defensa de las firmas de la mesa de control del INE y con los apoyos ciudadanos en papel.
¿Por qué pusimos la mesa?
El 31 de diciembre de 2016, el CNI se encontraba sesionando durante todo el día en el CIDECI y el 1 de enero de 2017 nos dieron el anuncio de la creación del CIG en Oventic, ese día salimos con el corazones llenos de esperanza, pero en mi caso, muy confundida porque no sabía cómo haríamos para hacer que la gente firmara por una propuesta tan compleja y tan poco común, ese fue el reto.
Luego, vino el llamado a comenzar el proceso y conforme pasó el tiempo, pude entender que las mesas nos permitían ser espejos del otro, que teníamos muchas cosas en común, que sus problemas también eran mis problemas y que por lo mismo, lo invitábamos a organizarse con sus familiares, con sus amigos, con sus vecinos, etcétera. Al final, pude corroborar con la práctica que los puntos comunes nos unían muchísimo y de esta forma estaba naciendo una colectividad.
¿Qué encontramos?
Mayoritariamente encontramos muchos rostros con esperanza cuando se enteraban en qué consistía este llamado, vimos otros hartos de las mentiras y promesas de los políticos partidistas, vimos frustración y enojo, y finalmente, vimos manipulación, cerrazón y racismo en otros más que nos repetían frases hechas para descalificar nuestra tarea, por fortuna, fueron los menos que se acercaron a la mesa.
Anécdotas
Fueron varias, desde celebrar que unos anarquistas firmaron, que un niño nos exigió su derecho a firmar, después de decirle quién era Marichuy, otro señor que miró el cartel en el que estaba Marichiuy como sirenita y nos preguntó, ¿qué le pasó a Marichuy?, a lo que Carlos y Eréndira respondieron confundidos “Se volvió sirena”. Otro día perdimos los volantes, pero los encontramos debajo de la bolsa de las gorditas de chicharrón y frijoles. Comida para compartir, nunca nos faltó. La última que recuerdo, fue cuando colocabamos la mesa de firmas entre dos puestos de películas, llegaron y nos preguntaron por la película de Marichuy.
Agresiones
Por fortuna fueron pocas, nos llegaron a gritar que dividíamos los votos, que si éramos apoyados por Salinas de Gortari, varios señores nos buscaban para desahogar sus frustraciones políticas o simplemente buscaban provocar para iniciar un “debate”. Ayudó mucho que somos de un carácter tranquilo y lo evitamos lo más posible para concentrarnos en lo realmente importante, hablar con otras personas que pudieran abrir sus oídos, junto con su mente y dieran su firma.
Sensibilidades
Me quedo con la mirada de todas esas personas que nos dijeron “¡Ojalá quede Marichuy en la boleta electoral!”, también con la solidaridad y preocupación de aquellxs que llegaron a preguntar por el estado de salud de Marichuy, de lxs concejales y lxs compas que tuvieron el terrible accidente en Baja California, o con esa felicitación que a veces nos daban por la labor que hacíamos en la mesa. Finalmente, con los extranjeros que nos decían, “¡si pudieramos, firmaríamos con mucho gusto!”