“A esta generación nos toca defender el trabajo”

Testimonio recogido por Antonio Castro en la ciudad de México

Tengo treinta años y estudie informática. En Luz y Fuerza yo era capturista. Tengo una hija de dos años y medio, y no tengo para darle de comer. Mi padre es quien nos ha estado ayudando con quinientos pesos y con las despensas que nos han dado de parte del sindicato logramos salir adelante.

Mi trabajo en la Compañía de Luz y Fuerza del Centro era capturar cargas de trabajo. Nos daban infecciones en la piel por toda la contabilidad que llegaba de la empresa. A los usuarios los atendíamos con libros, porque el gobierno así lo quería, porque no querían invertir. Nosotros nunca nos negamos a la modernización, está firmado un convenio de productividad para poder modernizar Luz y Fuerza, para implementar el internet, call center, cajeros automáticos, atención en línea y muchísimas cosas más que no se hicieron.

Yo entré en el año 2000 a Luz y Fuerza y hoy, de un día para otro, nos arrancan todo. Soy la tercera generación en esta compañía. Mi abuelo, mi padre y ahora yo. Mi papá era agente foráneo de aquí, ahora ya lleva muchos años jubilado. Mi abuelo también perteneció a Departamentos Operativos, fue el primero de la familia que entró a trabajar aquí. Llegó a pertenecer al Comité Central en sus inicios. A mi padre le hereda el trabajo su padre y mi padre a mi, para ser parte de este sindicato, que ya de por sí lo traemos en el corazón. Por eso estamos aquí ¿no?

A esta generación nos toca defender este trabajo. Nos arrebataron en un día el patrimonio de nuestras familias, la estabilidad económica y emocional. De un día para otro nos dejaron sin nada, sin dinero, sin trabajo, salimos a las calles y somos discriminadas.

Somos gente de lucha, gente digna, gente que quiere trabajo y que quiere comer,  y en tanto no nos lo den pues seguiremos aquí. Somos 11 compañeras las que estamos en huelga de hambre. Diez compañeras trabajadoras y una compañera jubilada que también se une a este movimiento. Somos 11 porque el 11 de octubre se atenta contra los electricistas. Y bien se dice que el 2 de Octubre no se olvida. Nosotros nunca olvidaremos ese 11 de Octubre tampoco.

Antes de tomar la decisión de la huelga de hambre, las trabajadoras nos organizamos para tocar puertas, como la del Partido Revolucionario Institucional, Derechos Humanos, Secretaria de Energía, Secretaría del Trabajo, Secretaria de Gobernación, pero al final de cuentas lo único que recibimos de parte de ellos fue una invitación «a la creatividad» para poder salir adelante. Recibimos también patadas y golpes de la Policía Federal Preventiva, a pesar de que éramos puras mujeres las que nos estábamos manifestando, recibimos más agresiones. Tenemos miedo de que atenten contra nosotras. Estamos aquí por que así lo quiere el gobierno, así nos quieren tener, en las calles. En el momento en que nos den una solución nos levantamos y nos vamos a nuestras casas con nuestros hijos. Pero mientras no haya nada no podemos regresar a nuestras casas a entregarles a ellos un país de inseguridad, de neoliberalismo, de fascismo y de impunidad.

El gobierno ha ofrecido dar incentivos a los trabajadores que decidieran cobrar su liquidación antes del 14 de noviembre;  y capacitación a los trabajadores de Luz y Fuerza para que se reincorporen a otras actividades laborales: como salir a los semáforos a vender tortas,  cursos de corte y confección, o estudios de belleza para poner estéticas. Para los hombres se ofrecen cursos de carpintería e incluso cursos de barman, para poder prepara bebidas en bares. Mis respetos para quien hace estos trabajos, pero nosotras no estamos dispuestas a aceptar esas ofertas, porque este sindicato se ha forjado a base de lucha durante los 95 años que cumpliremos este diciembre.

Hay una campaña mediática en contra de los electricistas. Han invertido millones y millones de pesos para poder convencer a la gente de que estuvo bien lo que hicieron, aunque saben que fue anticonstitucional. Nosotros somos el Sindicato Mexicano de Electricistas, respetamos la Constitución y exigimos que el gobierno también la respete, porque si ya no hay constitución en este país entonces ya no hay reglas, ya no hay garantías, ya no hay nada. Ahora la campaña mediática contra los electricistas es para poder justificar lo injustificable.

En el Sindicato Mexicano de Electricistas existe toda una tradición de lucha, a través de la que se ha movido la mayoría del movimiento obrero en este país. El contrato colectivo que teníamos y otros logros por los que luchamos no son privilegios, porque este sindicato nunca ha formado parte del sindicalismo institucional. Nada nos lo han regalado. Todo le ha costado a generaciones y generaciones.

El testimonio de Mónica fue recogido a los 4 días de iniciada la huelga de hambre. La huelga terminó el 9 de diciembre, tras 17 días de ayuno.

Publicado el 01 de Diciembre de 2009

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