Ciudad de México. La noche del 26 de septiembre, según una investigación periodística, el ataque, que dejó como saldo tres estudiantes asesinados y 43 desaparecidos, fue orquestada y ejecutada por la Policía Federal (PF), con la colaboración del ejército, pero la historia oficial maneja una versión contraria de los hechos.
Según informa la Revista Proceso en su número de este fin de semana, documentos oficiales, vídeos, testimonios y declaraciones judiciales evidencia la participación directa y activa de la PF en la desaparición y asesinato de los estudiantes normalistas.
La historia oficial refiere que la policía de Iguala y Cocula, por órdenes del alcalde José Luis Abarca Velázquez que preocupado por la posibilidad de que los estudiantes se manifestaran en el informe del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), dirigido por su esposa, María de los Ángeles Pineda, elementos de la PF atacaron a los estudiantes y posteriormente fueron entregados a la organización criminal Guerreros Unidos, que después de asesinarlos, los incineró con el desconocimiento de los agentes federales y los soldados destacados en la zona.
Un informe inédito del gobierno de Guerrero fechado en octubre y entregado a la Secretaría de Gobernación (Segob), señala que desde su salida de las instalaciones de la Normal de Ayotzinapa, los estudiantes eran monitoreados por agentes de las administraciones estatal y federal e informado a los tres niveles de gobierno a las 17:59 horas el Centro de Control, Comando, Comunicaciones y Cómputo (C4) de Chilpancingo informó que los normalistas partían de Ayotzinapa rumbo a Iguala. A las 20:00 horas la PF y la Policía Estatal llegaron a la autopista federal Chilpancingo-Iguala, donde los estudiantes empezaban a hacer una colecta. A las 21:22 horas el jefe de la base de la PF, Luis Antonio Dorantes, fue informado de la entrada de los jóvenes a la central camionera y a las 21:40 el C4 de Iguala reportó el primer tiroteo.
Cinco de los supuestos integrantes del grupo criminal detenidos, fueron torturados por marinos y policías federales. Según actas de la Procuraduría General de la República (PGR), éstos declararon contra el exalcalde Abarca Velázquez y policías de Iguala y Cocula.
No es la primera vez que la PF ataca a los estudiantes de la Escuela Normal Rural «Raúl Isidro Burgos, el 11 de diciembre de 2011, durante una manifestación en la autopista México-Acapulco los federales dispararon contra ellos y mataron a dos estudiantes.
El ataque y la desaparición de los 43 estudiantes fue dirigido concretamente a su estructura ideológica y de gobierno de esta institución. Según la revista Proceso, varios de los desaparecidos eran activistas políticos en formación.
