“La ciudad de México debe aprender a manejar su agua”

Emilio Rabasa Véjar

México, Distrito Federal. Los cortes de agua a zonas específicas de la ciudad son cada vez más frecuentes y se extienden en su área. Aunque las autoridades esgrimen argumentos técnicos, lo cierto es que se trata sobre todo de decisiones políticas, que tratan de manera injusta a las zonas con menos recursos y gastan energía en alejar el agua usada y atraer la potable, en vez de administrarla mejor, denuncia la investigadora Claudia Pampero.

Diversos estudios afirman que si no se toman medidas, para 2030 serán necesarios tres sistemas como el Cutzamala, que es donde se potabiliza y distribuye el agua para el estado de México y el Distrito Federal.

Pampero, trabajadora de Blue Planet Proyect (Proyecto planeta azul) así como de Food and Water Watch (Vigilancia de alimento y agua), considera que el problema del agua en la Ciudad de México reside en la manera en la que ésta se encuentra construida. El primer conflicto fueron las inundaciones, y posteriormente la escasez, señala.

Pampero explica que el tema de la inequidad en la distribución del agua es el más importante y severo. “Las personas que sufren este tipo de problemas son exactamente las mismas que tienen el problema de la calidad del agua; al mismo tiempo, son los que tienen que pagar más por el recurso. Todas estas circunstancias son violaciones al derecho humano al agua”, abunda.

La Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) anunció que se tienen en mente cinco cortes totales o parciales de agua en lo que queda del año 2014 para la Ciudad de México. Inicialmente, los responsables de la gestión del agua en el Distrito Federal anunciaron que se cortaría el suministro del líquido de manera total por al menos 72 horas, aunque reculó unos días después.

Históricamente y por problemas de infraestructura y ubicación, la delegación más afectada es Iztapalapa. Los responsables del sistema de aguas argumentan que “ellos no pueden contra la geografía”, por lo que estos cortes son muy necesarios.

Datos oficiales señalan que en México, siete de cada diez habitantes viven en una ciudad. Las proyecciones demográficas para los siguientes 25 años indican que continuará un incremento sostenido de las zonas urbanas y con ello, el riesgo de mayores problemas de acceso y abastecimiento de agua, situación que ya afecta a 38 municipios del país, entre ellas el Distrito Federal (DF).

El agua que se utiliza en el DF proviene de cuatro fuentes: aguas subterráneas, el Río Lerma, el sistema Cutzamala y por el Río Magdalena. La principal fuente de abastecimiento la constituyen los mantos acuíferos. El déficit hidráulico ha inducido a la sobreexplotación de los acuíferos, lo cual es resultado de un mayor volumen de extracción de agua del subsuelo con respecto de la cantidad que se infiltra.

Otro problema, explica Pampero, es que hay gran cantidad de almacenaje de agua en la parte Poniente de la ciudad, lo que trae un desequilibrio absoluto. En esta zona de la ciudad existe un mayor número de recursos, lo que constituye una clara diferencia con el resto de la metrópoli, pues el agua fluye de mejor manera al tener tinacos, cisternas de mejor calidad y tamaño, en comparación a la gente que no puede aspirar a pagar estos productos, indica la investigadora.

Pampero acusa que el discurso de las autoridades siempre viene cargado con argumentos de tipo técnico. “Es muy importante entender que los problemas de agua en la Ciudad de México tienen una complejidad muy importante, eso no genera dudas: traer el agua de lejos, cavar pozos mas profundos, potabilizar, el manejo de presión de la red hidráulica, etcétera, involucra una complejidad bastante importante. El tema principal es que las decisiones técnicas vienen de la mano de decisiones políticas: si las zonas que requieren agua de manera más frecuente fueran de ingresos altos, ya se hubiera solucionado, sin embargo, a las que más lo necesitan se proponen soluciones que de ninguna manera cubren la demanda en su totalidad”.

Respecto a las soluciones que se manejan, existen metas a corto y largo plazo. En las primeras, explica Claudia Pampero, es crucial entender cuál es la cantidad disponible de agua en cada cuenca para poder administrarla de mejor manera, situación que no se ha dado hasta ahora. Actualmente se buscan nuevas fuentes de agua, pues con el crecimiento poblacional, así como la concentración de población en zonas específicas, la demanda crece cada vez más, situación que será insostenible en un punto no tan lejano, advierte. Con esto también se genera el rezago de comunidades sin recursos, ya que no son tomadas en cuenta a pesar de todas las demandas que se imponen.

“La Ciudad de México tiene que aprender a vivir con el agua disponible que tiene. Esto significa captar agua de lluvia y reutilizar el agua al interior del DF, entre otras cosas”, continua Pampero. También menciona que se invierten miles de millones de pesos en la extracción del líquido, situación que ha llevado a las autoridades construir una planta en Atotonilco para facilitar la extracción del recurso, así como la cuestión del drenaje. Sin embargo, indica, el problema radica en que esta planta está demasiado lejos del Distrito Federal. De igual manera, se invierte demasiada energía en bombear el drenaje de salida de la ciudad, situación que la entrevistada califica de “inconcebible”, pues el drenaje debería funcionar por pendientes.

La situación del agua hoy en día es grave, una crisis que se ha ignorado y que paulatinamente causará mayores estragos a la población, finaliza Claudia Pampero: “si el agua la llevamos cada vez más lejos, desechando hacia otros lado, mientras aquí la seguimos necesitando, no tiene ningún sentido”.

Publicado 21 de abril de 2014

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