Militarización de las favelas en Brasil: ¿un camino para la pacificación?

Entrevistas de Joana Moncau Fotografía: EBC

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Brasil.  Antes de las cinco de la mañana del 14 de octubre, más de mil hombres ocuparon  las comunidades de Manguinhos y Jacarezinho, dos complejos de favelas de Río de Janeiro, donde viven cerca de 36 y 38 mil personas, respectivamente. Un ostensible aparato militar se desplegó.  La policía civil, militar, de carreteras federales, fusileros navales, marines, Batallones de Policía de Operaciones Especiales (BOPE), granaderos, Batallones de Acción con Canes y el Agrupamiento Aéreo Marítimo, se desplegaron en cerca de 20 minutos en toda el área.

De acuerdo con la estimación de la Secretaría de Seguridad Pública de Río de Janeiro, en operaciones que antecedieron a esta ocupación, fueron detenidos 33 sospechosos, confiscaron algunas armas y cinco presuntos jefes del narcotráfico fueron asesinados por la policía. El día 14, sin embargo, los únicos datos que aparecieron como resultado de la ocupación fueron que 104 usuarios de crack habían sido hospitalizados contra su voluntad en clínicas no identificadas.

¿La justificación del gobierno para tal operación? Por irónico que parezca, llevar la «paz». Éste ha sido un procedimiento estándar en las favelas de Río desde antes de la instalación de las Unidades de Policía Pacificadora (UPP), en que funcionan desde 2008 y que ya  han sido asentadas en 28 comunidades.

Desinformémonos presenta dos puntos de vista sobre el debate que existe en torno a la política de las UPP. Uno es el de Marcelo Francisco da Silva, habitante de la favela de la Maré, una de las más grandes de Río de Janeiro y la cual se encuentra en la lista de las comunidades que serán «pacificadas». El otro es de la Red de Comunidades y Movimiento Contra la Violencia, formada por familiares de las víctimas de la violencia policial, que opera en muchas comunidades donde las UPP se instalaron.

Unidades de Policía Pacificadora: una nueva cara de la represión policíaca en Brasil

Rio de Janeiro, Brasil.

 “Desde que instalaron las Unidades de Policía Pacificadora (UPP), todos los días recibimos llamadas de quejas contra el abuso de autoridad y violencia policíaca”, dice Patricia de Oliveira da Silva, de la Red de Comunidades y Movimiento en contra de la Violencia,en Río de Janeiro. Muchas veces han recibido llamadas durante la madrugada y han tenido que cruzar la ciudad cuando así ha sido necesario, para ayudar a alguien en una estación de policía o para interpelar a algún policía por sus abusos de autoridad.“Si la policía da dos palmadas en la mesa, nosotros damos tres, hasta lograr lo que es correcto“, dice Patricia. (Leer entrevista)

“Es como si nosotros, los favelados, no reconociéramos ninguna otra autoridad que la impuesta por la fuerza bélica”

Rio de Janeiro, Brasil

Francisco Marcelo da Silva, de 36 años, nació y vive en el complejo La Maré, en Río de Janeiro, uno de los más grandes de la ciudad, integrado por  16 comunidades, con una población de alrededor de 156 mil personas, y está en la lista de las favelas que serán “pacificadas” por la política de Unidades de Policía Pacificadora (UPP). “Yo crecí aquí y estudié en escuelas de aquí para ir a la universidad “, relata. Universitario de “primera generación”, como dice, o sea, el primero en una familia de cinco hermanos que llegó a la universidad tras la abolición de la esclavitud en 1888, tiene licenciatura en Geografía y una maestría en Educación. “Yo no soy un experto en el tema de la ocupación, escribo lo que siento y percibo”, señala respecto a su artículo publicado sobre el tema. “Mi interés en el tema se le dio de modo casi natural: soy residente de la favela y La Maré está en la ruta de las favelas que serán pacificadas”. (

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)

Publicado el 22 de Octubre de 2012

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